A diferencia de España, los empleados de los servicios públicos son quienes más se movilizan. Tanto en el sector transportes (metro, ferrocarril, aeropuertos), como en educación (institutos, universidades), o refinerías, la huelga es prácticamente total.
La gente no se preocupa si servirá de algo la huelga, o de perder un día de sueldo, o de criticar a los sindicatos. La gente se une a la protesta, o aunque no lo haga, la apoya.
Los sindicatos no se conforman con convocar una huelga y parar aunque no hayan logrado sus pretensiones. Siguen y siguen para intentar ganar.
Hay en España un sentimiento negativo hacia los franceses, llamándoles gabachos o franchutes. Yo nunca he tenido ese sentimiento, y después del ejemplo de compromiso, unidad, lucha, valentía y coraje que están mostrando, espero que a mucha gente se le quite ese sentimiento.
¡Ánimo Francia! ¡Sois un ejemplo para toda Europa! ¡Hasta la Victoria Siempre!
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