sábado, 14 de octubre de 2023

El acto barbárico de Hamás y la respuesta israelí

 En relación a los últimos acontecimientos que están sucediendo en Israel y Palestina, primero y más importante: Lo que ha hecho Hamás es barbarie pura.

Puedo comprender que quieran romper el cerco de la Franja de Gaza a la que les está sometiendo Israel (económico, comercial, de circulación de personas…), y que para ello decidan romper la valla con excavadoras.

Puedo entender también que asalten bases militares israelíes y tomen ciudades cercanas a Gaza. Al fin y al cabo, Israel está llevando a cabo una ocupación en un territorio que no le pertenece, con lo que parece legítimo que los ocupados traten de resistirse, incluso por las armas, y recuperar el territorio que les pertenecía.

Puedo comprender que para ello haya intercambio de disparos con soldados israelíes y que haya bajas. Es lógico que eso suceda en un enfrentamiento militar.

Ahora bien. Lo que no puedo comprender de ninguna manera, es que unido a todo lo anterior, a alguien le parezca buena idea ponerse a asesinar civiles que estaban tranquilamente en sus casas, familias enteras, o gente joven que simplemente estaba disfrutando de un festival de música.

¿Qué delito habían cometido? ¿Ser judíos? ¿Estar en el lugar y en el momento equivocados? Asesinar, violar y raptar civiles, es, ahora, antes, y siempre, barbárico, se mire como se mire, y lo haga quien lo haga.

El hecho de que Israel bombardee masivamente Gaza, destruya casas de los palestinos, construya asentamientos en territorio palestino, levante un muro para separar a la población palestina, imponga controles militares, limite las protestas y los accesos a ciertos sitios, y un largo etcétera, es sin duda alguna totalmente condenable, totalmente reprochable, y que en general la Comunidad Internacional mire para otro lado cuando todo eso sucede es realmente lamentable.

Pero eso no puede justificar absolutamente de ninguna manera que el otro bando, Hamás en este caso, decida que eso les autoriza para asesinar, violar, raptar y mutilar a civiles indiscriminadamente.

Porque incluso aunque entre los asesinados haya colonos que estuviesen viviendo en asentamientos ilegales, o reservistas del ejército, o incluso militares que simplemente estaban en sus casas fuera de servicio, se les ha asesinado por sorpresa, mientras eran vulnerables, con el único objetivo de crear terror y de saciar ansias de venganza.

En un enfrentamiento militar como el que sostienen el Estado de Israel y las milicias palestinas, puedo entender que haya muertos en ambos bandos, pero los objetivos de los ataques deberían ser única y exclusivamente militares.

No es de recibo alguno que los familiares de un miliciano palestino tengan que aguantar cómo el ejército de Israel destruye su casa, cuando ellos no han cometido ningún delito. Ni que civiles palestinos mueran como “daños colaterales” en bombardeos israelíes en la franja de Gaza contra supuestamente objetivos militares de las milicias palestinas. Ni tampoco que los civiles en Gaza tengan que quedarse sin electricidad, sin alimentos, o sin agua, simplemente porque Israel decide que es buena idea para hacer sufrir a la población de Gaza y que así se revuelvan contra Hamás (consiguiendo en cambio precisamente el resultado contrario).


Los civiles palestinos no pueden sufrir de esta manera los bombardeos, el bloqueo comercial a Gaza, ni la destrucción de sus hogares. Ellos no han tomado las armas, y no son por tanto un objetivo militar legítimo.

Como tampoco lo son los judíos o los israelíes, ya sean colonos o no, que estaban cerca de Gaza en sus casas o en un festival de música.

Imaginemos por un momento el terror que han tenido que sufrir quienes estaban en dicho festival o en dichas casas cuando de repente ven acercarse coches y motos de milicianos palestinos que empiezan a dispararles sin una razón aparente, a raptarles, y a ensañarse con ellos.

Había también gente extranjera o con doble nacionalidad que simplemente estaba disfrutando del festival. El terror que han debido de sentir, así como el de sus familiares y amigos dentro y fuera de Israel, es sencillamente indescriptible, y cuanto menos pone la piel de gallina.

Se habla de que entraron a matar a todo el que por allí estaba, daba igual que fuese hombre, mujer, niño, bebé, anciano, judío, cristiano, ateo…Ya fuese por disparos, puñaladas, con fuego (quemaron casas), y no bastándoles con ello, aprovechando para violar (uno no puede dejar de preguntarse qué clase de milicianos islamistas son estos que creen que violar y asesinar civiles está permitido por el Islam, o por lo menos les da aparentemente igual o no se plantean que sea contradictorio con su religión realizar este tipo de acciones), torturar, mutilar (se ha hablado incluso de niños o bebés decapitados, aunque este extremo no está del todo confirmado), o secuestrar, llevando a los civiles secuestrados o sus cadáveres de vuelta a Gaza en todoterrenos exhibiéndoles como trofeo, con una población exaltada queriendo golpearles, grabarles en vídeo, escupirles, o simplemente reírse de ellos.

Quien haya tenido que sufrir todo eso, ya sea directa o indirectamente (familiares y amigos), es sin duda algo que nunca podrá olvidar, y muy difícilmente perdonar. Seguramente el concepto que muchos tuviesen (tuviésemos) de las milicias palestinas y especialmente de Hamás, cambie a partir de ahora. Esta táctica que ha utilizado es más propia de Al Qaeda o del Estado Islámico que de lo que venía siendo la resistencia palestina.

Es una deriva hacia el terror. De ahí el vocablo terrorismo. Causar terror entre la población para conseguir sus objetivos políticos. Y vaya que si lo han hecho. Han creado un gran terror. Ahora, de ahí a que consigan sus objetivos, va un trecho. Yo diría que incluso están más lejos que antes de conseguirlo.


¿Por qué ha recurrido Hamás a este acto barbárico? Es algo interesante de analizar. Por un lado, están las connotaciones morales de asesinar a civiles indiscriminadamente, violar, secuestrar y mutilar, que no se pueden encuadrar en otro lado que en el de utilizar todos los medios a su alcance para hacer daño a Israel y a la población judía en general. Es decir, ya no se limitan a objetivos militares, sino que ahora para ellos cualquier objetivo judío o israelí es válido. Todos son enemigos, ya sea un soldado, un niño judío, un anciano israelí, o una joven alemana que asistía a un festival de música en Israel. Todos, sin excepción, son susceptibles de ser asesinados, raptados, violados o mutilados, ya que todos son enemigos.

Es algo realmente terrible. Alguien puede intentar entender esto como una forma de desesperación ante todas las tropelías a las que Israel ha estado sometiendo a los palestinos durante tanto tiempo. Y sin duda los palestinos han sufrido muchísimo, posiblemente los que más en este planeta y en este siglo (y en el siglo pasado), a manos de su potencia ocupante. Pero pese a todo lo que han sufrido, eso no justifica de ninguna manera que ahora para los milicianos palestinos, cualquier persona que esté en Israel sea un objetivo legítimo. Ni muchísimo menos.

Es como darle la vuelta a la tortilla, y decir que, porque el pueblo judío sufrió muchísimo durante el holocausto con los campos de exterminio y la política de discriminación, ya eso les justifica para establecerse en Israel, echar a los palestinos de sus tierras, y someterles de la forma que quieran, otorgándoles un cheque en blanco para ello.

Pues no. Por mucho que hayan sufrido en el pasado, que sin duda han sufrido, eso no les da derecho a hacer lo que hacen con el pueblo palestino. Del mismo modo que todo lo que han sufrido y están sufriendo los palestinos no les da derecho a comportarse como lo han hecho los milicianos de Hamás en este último ataque. Y no solo de Hamás, porque aparentemente, según ellos mismos han mencionado, había también otros palestinos no vinculados a esta milicia que decidieron entrar en Israel y actuar por su cuenta y cobrarse la venganza por su propia mano.

Volviendo al análisis de por qué Hamás ha decidido actuar así. Decíamos que ha optado por considerar a todo aquel que se encuentre en Israel como su enemigo independientemente de su condición. No es algo realmente nuevo, porque al lanzar cohetes indiscriminadamente, caigan donde caigan, sin un objetivo claro, al realizar atentados suicidas con coches o en autobuses, o al apuñalar o atropellar judíos o israelíes que pasaban por allí en Cisjordania o en territorio israelí, ya estaba aplicando ese concepto. Pero lo que sí que es nuevo es la magnitud. Antes, en cada ataque, podían morir, aproximadamente, entre 1 y 20 personas, como mucho.

Pero el ataque que han realizado ahora, escapa a toda comparación posible. Se habla de entre 1.200 y 1.300 israelíes muertos. ¡1.300! Y cerca de 150 secuestrados. En la prensa se hablaba del "Pearl Harbor" israelí, o de que un ataque islamista de esta magnitud no se veía desde el 11-S.

Pensémoslo fríamente un momento. El 11-M tuvo 192 muertos y fue un ataque brutal y devastador. El 7-J en Londres tuvo 52. Los atentados en París de 2015, 130. Este de Hamás ha llegado a 1.300 personas. 10 veces peor que el de París, que ya de por sí fue realmente brutal. Es una absoluta y tremenda barbaridad. Es un cambio de paradigma. No se puede considerar como un ataque más. Es un antes y un después.

Por eso la respuesta que se espera de Israel es brutal. Los bombardeos ya han comenzado, llegando a equiparar la cifra de muertos entre ambos bandos en apenas una semana, así como el corte de electricidad y del suministro de alimentos. Esto no es nuevo, porque ya ha habido previamente en el pasado bombardeos, y como decía, Gaza está sometida a un bloqueo económico y comercial desde hace más de 15 años. Pero desde Israel están prometiendo acabar con Hamás, y eso es muy difícil. Para lograrlo, tienen que llevar a cabo una campaña militar muy larga. No solo con bombardeos, sino también con una invasión terrestre, que ya está medio anunciada. Y no se tratará de entrar y salir. Tal vez sea entrar para quedarse. Y eso lleva tiempo, y pérdidas en vidas, tanto de un lado como de otro.


En otras campañas militares empleadas por Israel contra Gaza, normalmente la proporción de muertos entre ambos bandos era de 100 a 1. Es decir, 100 palestinos muertos por cada israelí muerto. Dada la magnitud del último ataque palestino, para que Israel llegase a la misma proporción a la que acostumbra, tendría que llegar a los 130.000 muertos palestinos. Una cifra totalmente espantosa e imposible de aceptar, incluso para sus aliados más fieles como EEUU. Pero tengo pocas dudas de que aunque no llegue a la proporción de 100 a 1, se intentará acercar como mínimo a la de 10 a 1 o 20 a 1, así que me temo que los palestinos muertos por los bombardeos israelíes se contarán por decenas de miles.

Los palestinos en Gaza van a sufrir mucho. Decía Netanyahu que huyesen. ¿Cómo se puede ser tan cínico? ¿Dónde van a huir si las únicas fronteras que tiene Gaza con Israel y con Egipto están cerradas? Está claro que muchos civiles en Gaza van a pagar por la acción de los milicianos palestinos. Y estos sufrirán también los bombardeos, claro. La posición de Egipto dice mucho de los países árabes en general. Apoyo moral, pero cuando se trata de salvar vidas, continúan con la frontera cerrada porque prefieren que mueran palestinos a tener que lidiar con albergar a un millón de refugiados. Primero el interés nacional, aunque sea a costa de vidas.

Entonces, cabe preguntarse, ¿realmente la acción llevada a cabo por Hamás va a servir de algo a la causa palestina? Se supone que al raptar a esas 150 personas esperan intercambiarlos por los presos palestinos que están en cárceles israelíes. Pero incluso aunque eso fuese así, que es bastante poco probable y luego explicaré por qué, ¿realmente serviría de algo? Imaginémonos que los presos volviesen a Gaza o Cisjordania, y los rehenes israelíes capturados volviesen a sus hogares. ¿Qué se solucionaría con ello? ¿Cuánto tiempo durarían los ex presos palestinos en Gaza antes de acabar muertos en un bombardeo o en un ataque israelí? ¿O siendo capturados y juzgados y encarcelados de nuevo? Realmente es pan para hoy y hambre para mañana. Puede que a corto plazo solucionase algo, pero a medio y largo plazo el conflicto seguiría estancado.

Pero es que, además, como decía antes, es bastante poco probable que Israel acceda al intercambio. Es cierto que en el pasado sí que se han realizado intercambios muy favorables a los palestinos. Pero como comentaba antes, la magnitud absolutamente descomunal del ataque de Hamás lo cambia todo. No se puede comparar el rapto de un soldado israelí en una acción aislada, y su posterior intercambio por unos cuantos cientos de presos palestinos, con lo que ha sucedido ahora.

El ataque ha sido de tal calibre que una gran parte de la sociedad israelí clama venganza, antes que tratar de negociar por la liberación de los rehenes. A esto hay que sumarle factores políticos, como que el actual gobierno está sostenido por partidos bastante conservadores y ultra religiosos que se niegan a cualquier tipo de diálogo con las milicias palestinas. O el hecho de que Netanyahu puede aprovechar esta crisis para salir del avispero en el que se había metido con una reforma judicial que había dividido severamente a la población israelí entre los que la apoyaban y los que la rechazaban.

Mientras tanto, las familias de los secuestrados se enfrentan a un dilema en el que desean que sus allegados vuelvan a casa, pero al mismo tiempo que los culpables paguen por lo que han hecho. No tengo ninguna duda de que el gobierno israelí intentará operaciones de rescate para liberar a los secuestrados. Pero no son fáciles de realizar, y se arriesgan a que acaben ejecutados, como ya ha anunciado Hamás que hará si Israel decide invadir Gaza o bombardear sin dar previo aviso para desalojar. De hecho, ya han anunciado que han muerto varios de ellos, aparentemente a causa de los bombardeos israelíes. Así pues, pinta muy mal para los secuestrados y sus familias.

También se habla del fallo de los servicios de inteligencia israelíes al no haber previsto una operación por parte de las milicias palestinas de este calibre. Porque algo así de grande no se planea de un día para otro, e Israel, que si destaca por algo es por sus servicios de inteligencia, debería haber tenido algún indicio de que se estaba preparando algo gordo, con tantos infiltrados como tiene en la población palestina, por no hablar de dispositivos de espionaje o de alertas de otros servicios de inteligencia como el egipcio.

Se dice que la atención de Israel estaba puesta en Cisjordania, donde había una situación muy tensa entre los colonos y los palestinos, con ataques y provocaciones frecuentes entre ambos, y que, al parecer la situación tranquila en Gaza, se había desplazado personal militar a Cisjordania, dejando Gaza bajo una mínima protección. Además, el ataque de Hamás tuvo lugar durante una celebración judía y de madrugada, con lo que el tiempo de reacción del ejército israelí se alargó. En este vídeo de hace unos meses, se habla de la tensa situación que se estaba viviendo es Cisjordania:


Independientemente de cuanto supiese el servicio secreto israelí sobre el inminente ataque, y hasta cuanto decidió el gobierno hacer frente o no a la incipiente amenaza, lo que es evidente es que Hamás llevó a cabo el ataque de manera cruel y desalmada, y eso es irrebatible, por mucho que otros se empeñen el poner el foco en otra cosa.

También se habla de si Hamás contó con ayuda. Es evidente que Irán ha estado apoyando a Hamás durante décadas, al igual que a Hezbollah en Líbano, con suministro de armas, financiación y asesoramiento, ya que en la ideología del régimen iraní está el acabar con su enemigo judío.

Ahora bien, hasta qué punto sabía Irán lo que estaba cociendo Hamás, no está claro. Parece ser que hasta a los propios milicianos palestinos les pilló por sorpresa el “éxito” de su operación. Desde luego estaba muy bien planificada, no solo por lo que se ha comentado antes de realizarla en un buen momento de madrugada durante una celebración judía cuando la protección militar israelí en la frontera era mínima, sino también en el modo de acceder a Israel desde Gaza, mediante todoterrenos, motos, lanchas, parapentes, combinándolo con ataques de cohetes y drones, y disparando, quemando, raptando, violando, decapitando y tomando todo aquello que pudieron.


De hecho, llegaron a tomar algunas poblaciones judías y las han retenido durante un tiempo hasta que ha llegado el ejército israelí. Es decir, que el objetivo real tampoco era tomar estas ciudades o romper el bloqueo en Gaza, porque como se ha visto, se han tenido que retirar rápidamente en cuanto ha llegado el ejército. Y algunos de sus milicianos han acabado apresados, torturados y ejecutados. Algo que evidentemente es un crimen de guerra, y no porque lo haga el otro bando es justificable.


(Mapa en el que se puede apreciar Gaza y los lugares de Israel en los que se ha combatido tras la infiltración de Hamás, en especial el kibutz Reim, cerda del lugar donde tuvo lugar la masacre del festival de música electrónica (aproximadamente 260 personas asesinadas). También Kfar Aza, un kibutz israelí de apenas 700 personas, de las cuales se calcula que unas 200 fueron asesinadas por Hamás, o Sderot, una de las ciudades israelíes más importantes en las cercanías de Gaza, que fue tomada por Hamás durante varias horas).

Aunque las milicias palestinas están bien preparadas militarmente, un ataque de estas condiciones no se había visto nunca. Por eso se sospecha que contaron con algún tipo de apoyo, coordinación o asesoramiento. Sin embargo, no parece del todo claro que esto haya venido de Irán, como sería de suponer, con lo que el interrogante permanece y da paso a elucubraciones que hay que coger con pinzas al carecer de una base real.

Hay quien apunta a Rusia, como forma de distraer la atención de Ucrania. No sería descabellado, pero Rusia nunca ha tenido malas relaciones con Israel, y pese a que Putin se haya vuelto loco y pese a que Israel esté medio colaborando con Ucrania, es difícil de imaginar que Rusia se arriesgase a una ruptura de relaciones total con Israel, ya que como digo, mantienen fuertes vínculos en muchos sentidos. No hay que olvidar que muchos judíos en Israel provienen de la antigua URSS.

Otros países como China, Corea del Norte, pueden sonar, pero por lejanía parece bastante inverosímil que quisieran involucrarse en algo parecido.

En cambio, Afganistán me parece más factible. Ahora están bajo control talibán, y no han dudado en celebrar el “éxito” de la acción palestina y en solicitar a Irán, Irak y Jordania que les permita acceder hasta Israel para “liberar” Palestina.

Hace no tanto asesinaron al líder de Al Qaeda que estaba residiendo en Afganistán, pese a que el movimiento talibán había prometido no volver a acogerles en su país. Eso unido a un Estado Islámico en horas bajas (sus líderes caen asesinados cada vez con mayor frecuencia) y a la brutalidad del ataque de Hamás, hace que el posible vínculo con el movimiento talibán o Al Qaeda me parezca una opción a tener en cuenta. Pero como digo son puras elucubraciones sin ningún sustento ni prueba. De todas formas, las campañas y atentados de Al Qaeda o el Estado Islámico no han pasado desapercibidas, y cada vez más, grupos armados de diferentes ideologías las imitan como forma de crear terror para conseguir sus fines. Así que no descartaría que al menos se hayan visto influenciados ideológicamente o en los métodos por ellos.

Volviendo a los motivos del ataque, se señalaba que entre otras cosas podía deberse a que los palestinos sentían, y con razón, que la Comunidad Internacional se estaba olvidando de ellos. Aquí tenemos que señalar a la administración Trump, que se encargó de trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, y de promover la apertura de relaciones de varios países árabes (Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán) con Israel, a cambio de pequeñas concesiones para estos Estados (por ejemplo, reconocer EEUU al Sáhara como parte de Marruecos, o sacar a Sudán de la lista de países patrocinadores del terrorismo). Precisamente últimamente se estaba discutiendo si Arabia Saudí se uniría a esta lista de países árabes que normaliza sus relaciones con Israel (Egipto y Jordania lo hicieron en los años 90).


(Momento de la firma de los acuerdos que restablecen las relaciones diplomáticas entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, y Bahréin, facilitados por la administración Trump).

Sin embargo, Arabia Saudí se sigue considerando la cuna del islam, y un movimiento así sería visto como una traición por muchos, incluso dentro de la propia Arabia Saudí. Pese a que es un régimen férreo, un cambio de esta magnitud podría ponerles en entredicho frente a posibles rivales, ya fuesen salafistas o el propio Irán. Así pues, el ataque de Hamás podría haberse visto influido por estos acontecimientos, y habrían decidido por realizar una “acción grande” para volver al tablero político y alejar un posible entendimiento entre Israel y Arabia Saudí.

Esto es lo único que veo que puede tener algún sentido en toda esta sinrazón. Conseguir retener a Arabia Saudí del lado palestino, al menos por el momento. ¿Pero a qué precio? ¿Cuántas vidas inocentes de un lado y del otro han tenido o van a tener que sufrir para ello?

Como decía, la respuesta israelí va a ser brutal. Entrarán con todo en Gaza. Ya están realizando bombardeos constantes, han cortado la electricidad, bloqueado el paso de alimentos, y esto solo es el comienzo. Cuando entren, lo harán para quedarse, para destruir los túneles que conectan Gaza con Egipto e incluso con Israel, y para aniquilar a cuantos milicianos de Hamás como puedan.

¿Hasta cuándo se quedarán en Gaza? ¿Cuándo estarán seguros de que Hamás está lo suficientemente debilitada como para irse de allí? ¿Cuántos milicianos de Hamás, cuántos civiles palestinos, cuántos soldados israelíes morirán como consecuencia de esto?

Realmente si el objetivo de Hamás era conseguir la atención internacional, lo ha conseguido. Ahora, si buscaba sobrevivir, o mejorar las condiciones de vida en Gaza, parece que ha conseguido más bien lo contrario.

Dada la brutalidad del ataque de Hamás, la mayor parte de los Estados Occidentales han salido rápidamente en defensa política de Israel, lo que entre otras cosas significa que pondrán pocos reparos a la violenta respuesta de Israel en Gaza.

Esto al final lo único que hace es complicar una solución política al conflicto israelí-palestino. ¿Cómo se va a poder solucionar con una Gaza ocupada? Los palestinos cada vez cuentan menos, cada vez hay más asentamientos israelíes en territorios palestinos, y en general Palestina tiene cada vez menos apoyo político de otros Estados.

No veo una salida fácil a todo este berenjenal. Es más, me temo que, a largo plazo, lo único que ha conseguido Hamás con este ataque horrendo, es complicar las cosas para los palestinos.

Tras las primeras noticias del ataque parecía que todo podía escalar muy rápidamente, habiendo tal vez un levantamiento generalizado en Cisjordania, un ataque fuerte de Hezbollah desde el norte contra Israel, y tal vez también de Siria, o incluso un apoyo abierto de Irán a Palestina, y por qué no, del movimiento talibán en forma de yihadistas yendo a Palestina a apoyar en la lucha contra Israel. Sin embargo, no parece que nada de esto vaya a suceder. Los movimientos de Hezbollah, Siria, Irán o los talibanes son mucho de palabra, pero poco de acción, si acaso, meras escaramuzas. Lo mismo con otras milicias palestinas o Cisjordania. Al menos de momento parece que la guerra se va a quedar en Gaza. Ahora bien, si Israel invade Gaza y la cifra de muertos no para de subir, no es del todo descartable que Hezbollah, Siria o Irán optasen por jugar un papel más determinante.


No obstante, por ahora, se ve que los palestinos están bastante solos, y que, aunque pueden recibir apoyo moral, político, financiero o de armas de otros Estados o movimientos, al final son ellos los que tienen que jugarse la vida, porque nadie más está dispuesto a acompañarles hasta las últimas consecuencias en una lucha condenada a perder al contar Israel con el apoyo político y militar incondicional y abrumador de EEUU.

En fin, veremos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Pero como decía, nada bueno puede salir de todo esto. Habrá muchas bajas en ambos bandos, muchas de ellas inocentes, y el pueblo palestino saldrá perdiendo.

Y sí, es muy fácil y muy legítimo decir que la culpa es de Israel por el bloqueo a Gaza, por la ocupación, o de EEUU por apoyar a Israel. Todo eso es cierto, y hay que decirlo. Pero también hay que decir muy claramente y en primer lugar, que el ataque de Hamás contra civiles que estaban en sus casas o asistiendo a un festival de música, es totalmente barbárico, condenable, injustificable, reprochable, cruel, y sí, de naturaleza terrorista, ya que por sus métodos lo que pretenden entre otras cosas es sembrar el terror entre los que consideran sus enemigos.

La palabra terrorismo o terrorista se utiliza mucho y a veces en demasía. Yo no la he utilizado mucho en este artículo, no porque no crea que lo que ha hecho Hamás no se merece este calificativo. Ya he dicho que lo merece. Sino porque no creo que estar añadiendo todo el rato ese adjetivo a palabras como milicia, acción o ataque tenga sentido en cuanto a redacción escrita se refiere. Con decir una vez que la acción cometida por Hamás es de naturaleza terrorista, creo que es suficiente. No veo la necesidad de estar repitiéndolo constantemente, y me parece hasta contraproducente para una lectura fluida.

Y digo acción o ataque en vez de atentado, porque realmente fue una operación de tal calibre que incluso la palabra atentado se quedaría corta. Así que para que no quede ninguna duda, lo que Hamás realizó, fue una acción terrorista de magnitudes gigantescas.

Habrá quien diga que lo que realiza Israel también puede ser considerado terrorismo. Ahí entramos en un debate terminológico acerca de si un Estado como tal puede cometer terrorismo o si es una palabra reservada para grupos armados que no forman parte de un Estado. Y en ese debate no voy a entrar. Pero sí que diré que muchas de las acciones que realiza Israel contra Palestina son totalmente condenables y en muchas ocasiones directamente crímenes de guerra, y que los líderes políticos y militares de Israel merecen ser juzgados por ello en el Tribunal Penal Internacional de la Haya. De hecho, Palestina ya comenzó a moverse para ello tras la ofensiva israelí sobre Gaza en 2014.


Al igual que muchas de las acciones que cometen las milicias palestinas son de naturaleza terrorista y por ello merecen ser juzgados y condenados. Pero que Israel se tome la justicia por su cuenta y decida a quien eliminar y a quien no, sin un juicio previo, desde luego creo que entra en la naturaleza de acto de terrorismo de Estado. Porque no está siguiendo los cauces democráticos que debería seguir ante una acción así.

En resumen, aquí no hay buenos ni malos. Todos son malos, y es difícil decir quien es peor. Pero que alguien haga algo mal, no da derecho a que el otro haga también algo mal.

Ojalá la Comunidad Internacional se mostrase dispuesta a mirar a ambos bandos en igualdad, forzándoles a llegar a un entendimiento que seguramente no satisfaría a ninguna de las partes. Pero claro, para ello la Comunidad Internacional tendría que ser fuerte y estar unida, y actualmente es débil y está muy desunida, y así es imposible.

De esta forma nos encaminamos hacia una época de conflictos. En Ucrania con la invasión de Rusia. En Palestina con la ocupación de Israel. En Taiwán con las amenazas de la ocupación china. En la península de Corea con la retórica de guerra del Norte contra el Sur y su aliado EEUU. Sin quitar el ojo a lo que pueda suceder entre India y Pakistán, o entre Marruecos y el Sáhara, apoyado por Argelia.

Porque los conflictos, por muy congelados que estén, si no están resueltos, es muy fácil que por una cosa u otra vuelvan a prenderse, y en ocasiones a escalar de forma descomunal.

Así pues, la Comunidad Internacional tiene deberes. Solo después de grandes crisis como las dos guerras mundiales se reformó en serio, primero con la creación de la Sociedad de Naciones, y después con la creación de la ONU. Esperemos que no haga falta una tercera guerra mundial para que vuelva a reformarse, y que los líderes políticos sean más inteligentes y se pongan manos a la obra antes de que sea demasiado tarde.

El problema es que es fácil decirlo y difícil hacerlo. De ahí que surjan muchos líderes populistas a uno y otro lado de la esfera política, como Trump, Bolsonaro, Berlusconi, Orbán, Fico, Milei, o Putin en el lado de la derecha, o Maduro, Ortega, Correa, Morales, AMLO, Ocasio Cortez o Corbyn en el de la izquierda. Y que salgan líderes válidos y visionarios con empuje para cambiar las cosas en la buena dirección es difícil y en muchas ocasiones se enfrentan a muchos problemas internos. Pero hay algunos ejemplos, como Mandela, Zelenski, los padres fundadores de la UE, Churchill, De Gaulle o Roosevelt. Así que esperemos que más pronto que tarde haya algún líder con la fuerza necesaria para mover el mundo hacia el rumbo del cese de hostilidades y de armonía entre países. Difícil, pero no imposible. Espero.

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