viernes, 19 de junio de 2020

Libertad de Expresión. Parte 4

Con esta van cuatro entradas las que escribo sobre la libertad de expresión (aquí se pueden ver la primera, segunda y tercera entrada al respecto), prueba de que es un tema complejo y que los límites son difusos y siempre salen nuevos casos sobre los que opinar.

Recientemente se están dando nuevos casos de intento de censura en defensa de lo "políticamente correcto". Con motivo de la brutal muerte de George Floyd a manos de la policía de EEUU y de las protestas de Black Lives Matter, se está apuntando hacia símbolos que se consideran esclavistas o racistas. Fue muy sonada por ejemplo el derribo de la estatua a Edward Colston en Bristol, tirándola los manifestantes al río, al considerar a Colston un esclavista. Colston (1636-1721) fue efectivamente un comerciante que traficaba con esclavos, pero también un parlamentario británico y un filántropo que financió en Bristol la construcción de hospitales, iglesias, escuelas y residencias para personas sin hogar y ancianos, entre otras obras de caridad. 

(Momento en el que los manifestantes tiran la estatua al río. Foto de La Vanguardia).


Junto a la de Colston se ha procedido al derribo, retirada o vandalización de diversas estatuas por parte de manifestantes o autoridades al considerar que habían promocionado el comercio de esclavos. Así, la ciudad de San Francisco ha decicido retirar la estatua a Cristóbal Colón, y algunos grupos políticos como la CUP están solicitando que se retire la estatua que tiene en Barcelona. En el Estado de Virginia, un grupo de manifestantes procedió a quemar una estatua dedicada a Colón. En Boston decapitaron una estatua suya, y en Miami la vandalizaron. En Sacramento las autoridades han decidido retirar sendas estatuas dedicadas a Colón y a Isabel la Católica. Y en Bélgica varias estatuas dedicadas al rey Leopoldo II han sido vandalizadas por su papel en la colonización del Congo.

Por su parte, la ciudad de Londres procedió a retirar una estatua dedicada a Robert Miligan (1746-1809), quien también fue comerciante de esclavos, y quien impulsó la construcción del puerto de las Indias Orientales en Londres. Incluso la estatua de Churchill en Londres fue también vandalizada, acusándole de racista.

Claro que esto no es del todo nuevo. Ya en 2018 se retiró una estatua a Colón en Los Ángeles tras suprimir la fiesta del Día de Colón. Y en ese mismo año Barcelona retiró una estatua dedicada a Antonio López (1817-1883), alegando que además de ser banquero y comerciante, era esclavista.


Además de contra "esclavistas", también están yendo contra estatuas a generales de la Confederación. Por ejemplo en Kentucky retiraron una estatua al presidente confederado Jefferson Davis, y en Richmond (Virginia) derribaron la estatua del general confederado Williams Carter Wickham.
Incluso la NASCAR (competición de carreras de automóviles en EEUU) ha prohibido el uso de la bandera confederada en sus carreras.


Todo esto creo que se está sacando de contexto. Está bien que la gente proteste contra el racismo. Pero echar la culpa a comerciantes esclavistas del siglo XIX, XVIII, XVII, o a descubridores de los siglos XV y XVI, no creo que vaya a aportar mucho. Más bien al contrario. No se puede mirar a la historia con ojos del presente. Como algunos decían en comentarios respecto a la retirada de estatuas, por esa regla de 3 habría que derribar las pirámides de Egipto al haber sido construídas por esclavos. ¿Y qué pasa con las estatuas de los padres fundadores de EEUU? George Washington o Thomas Jefferson también eran esclavistas. ¿Por qué no se va contra ellos?

En mi opinión, para luchar contra el racismo, hay que actuar en el presente. Por ejemplo, suspendiendo partidos de fútbol cuando se oigan gritos racistas. Por ejemplo, prohibiendo a la policía realizar estrangulamientos a detenidos salvo que su propia vida estén en peligro, como se acaba de aprobar en EEUU. Por ejemplo, acabando con la prohibición de votar para los encarcelados (en EEUU pierden el derecho al voto si están en prisión, y una gran parte de los reclusos son negros).


 (Mural del artista Abdul Aziz al Asmar en Idlib, Siria, en homenaje a George Floyd. Foto: The Washington Post).


Esas son medidas que se pueden ir tomando. Pero ir al pasado y decir ¡este era esclavista! ¡Abajo con él! es de un absurdo atroz. Anda que no mataron gente Alejandro Magno, Julio César, Napoleón o Suleimán el Magnífico en todas sus campañas militares. Pero a nadie con dos dedos de frente se le ocurre retirar sus estatuas por eso. Pues lo mismo pasa con las otras. A Colón, Antonio López, o Edward Colston no les levantaron estatuas por ser esclavistas precisamente, sino por muchas otras cosas que hicieron a lo largo de sus vidas. Y pretender ahora olvidar todo eso y centrarse solo en lo negativo es tremendamente simplista.

Por si fuera poco, HBO decidió retirar de su oferta televisiva "Lo que el viento se llevó" por considerarla una película racista al tratar con benevolencia la esclavitud, para luego recuperarla con una nota alertando de su contenido. Ya es lo que nos faltaba. Que nos digan qué es lo que podemos ver o no, y enciman con una nota aclaratoria. Pues sucedió algo parecido a cuando estaba prohibido el libro de Mein Kampf de Hitler y cuando se levantó la prohibición fue un éxito de ventas. Con lo que el viento se llevó también todo el mundo fue a buscar la película y se agotó en Amazon.

Además de mirar la historia con ojos del presente y tratar de marcar un código de lo que se puede ver y lo que no, los defensores de lo "políticamente correcto" intentar marcar también diferencias con la identidad. Ahora es todo el rato el día de algo. No solo son los más conocidos como el día de la mujer, día del orgullo gay, día de la madre, día del padre, o día contra la violencia machista. Hay días internacionales y días mundiales para aburrir, como el día del braile, contra el cáncer, contra el sida, contra la lepra...En este enlace se puede ver mes a mes todos los días internacionales que hay para conmemorar ciertas cosas. Hasta las más insospechadas.

Como diría el grande de Morgan Freeman cuando le preguntaron qué opinaba sobre el mes de la historia negra (en el sentido de dedicar un mes del año a hablar sobre la historia de los negros): "Ridículo". No hay que dedicar un mes o un día para hablar de algo. Hay que hablar de ello todos los días del año. No hay que incidir en la diferencia, hay que incluir esa diferencia dentro de la normalidad. ¿Historia de los negros? Incluirla en la historia general, no hacer una mención aparte. ¿Mujeres en la ciencia? Incluirlo en la historia de la ciencia, no en un apartado aparte. Esta glorificación de la diferencia lo único que está consiguiendo es dividirnos a todos y hacer que nos enfrentemos entre nosotros. Está bien que se reivindique algo, pero siempre que sea para incluir, no para diferenciar respecto al resto.



En este sentido es interesante ver el debate que se está teniendo en el mundo del feminismo con respecto a las personas transexuales. Un ejemplo sería el debate que ha tenido JK Rowling a este respecto, o el que enfrenta también al PSOE y Podemos. Resumiéndolo, viene a ser lo siguiente:

Ciertas mujeres feministas están preocupadas con las nuevas leyes sobre la transexualidad, porque consideran que se diluye el rol de la mujer. Estas nuevas leyes vienen a decir que una persona puede cambiar su sexo en el registro civil si así lo desea, sin mayor complicación, cuando antes para poder realizarlo, se necesitaba un informe médico y haber estado sometido a tratamiento hormonal o cirugía de reasignación de sexo. 

Quienes se oponen a estas nuevas leyes alegan que es posible que muchas mujeres se cambien de sexo en el registro civil para poder ser hombres y así aspirar a las supuestas ventajas que tienen los hombres en la sociedad, con lo que el papel de las mujeres en la sociedad se reduciría.

También alegan que podría suceder a la inversa, que ciertos hombres se cambiasen de sexo en el registro civil para poder escapar de ciertas leyes, como por ejemplo de la violencia machista (si se ha cambiado de sexo ya no sería violencia del hombre contra la mujer, sino de mujer contra mujer, y por tanto violencia doméstica en vez de violencia de género, con la diferencia de penas que eso conlleva). O por ejemplo con el tema de las cuotas. Si para estar en una mesa de dirección o en unas listas electorales se requiere cierta cuota de mujeres, y hay muchos hombres compitiendo, alguno podría cambiarse de sexo en el registro y ocupar su puesto en la dirección como mujer.

Todo esto suena muy rocambolesco y cuesta creer que alguien en su sano juicio decidiese cambiarse de sexo simplemente por estas cuestiones, pero cosas más raras se han visto, y además si esa reasignación de sexo se facilita sin ser necesaria una cirugía de reasignación sexual o un tratamiento hormonal o siquiera un informe médico, pues menos complicaciones para realizarlo.

Desde el colectivo LGTBI se alega que quienes se oponen a estas nuevas leyes como el PSOE o JK Rowling, son transfobos, y que no respetan a las personas transexuales que quieren cambiarse de sexo en el registro civil sin necesidad de cirugía de reasignación sexual o tratamiento hormonal.

En mi opinión, el problema de fondo en este debate es que hay ciertas leyes injustas que benefician a las mujeres por el hecho de serlo, como las cuotas o la violencia de género. Y por muy buena intención que pudiesen tener de proteger a la mujer frente a la violencia sexista o de promocionarla en puestos de alta responsabilidad, como toda discriminación positiva tiene su parte mala, que es que proliferan las denuncias falsas o la frustración de hombres capaces que por cuestión de cuotas no pueden llegar a puestos que tendrían de no existir estas cuotas. Y ante esa frustración, puede que haya algunos que piensen en acudir al engaño, y ante las nuevas leyes para los transexuales, poder acogerse a ello, por extraño que pueda parecer.



En EEUU también tienen leyes que benefician a población negra y latina frente a la población blanca en por ejemplo el acceso a la Universidad (les admiten pese a tener notas más bajas que el resto), y esto obviamente genera tensiones en la comunidad blanca. 

Siempre que se hace una ley que no trata a todas las personas por igual, por muy bien intencionada que sea y por mucho que esté dirigida a proteger o dar más oportunidades a un colectivo más débil, siempre va a solviantar al colectivo que queda fuera, ya sean los hombres o los blancos. En mi opinión habría que tratar de buscar formas de proteger a las mujeres frente a la violencia machista, de promocionar que estén en puestos de responsabilidad, o de fomentar el acceso de negros y latinos a la Universidad sin que haya otra parte que se vea discriminada por ello, porque eso, como he dicho antes con el tema de la identidad, lo único que lleva es a enfrentamiento y división. Y en vez de remarcar la diferencia, lo que se tendría que procurar es avanzar en la inclusión de todos.

Así, si no existiesen esas leyes que benefician a las mujeres por el hecho de serlo, y se las protegiese y promocionase de otra manera, los hombres no tendrían la "necesidad" de buscar un resquicio legal como el de las nuevas leyes trans, y al no existir la posibilidad de utilizar ese vacío legal, a las feministas no se les ocurriría que alguien fuese a utilizarlo de forma no sincera, y se ahorrarían el enfrentamiento con el colectivo LGTBI. Pero al negar el problema de fondo, unos acusan a los otros de transfobos, y los otros a los unos de ir contra el concepto de mujer, y es un ciclo que no se va a cerrar mientras no vean la raíz del asunto que no es otra que unas leyes que dan pie a intentar hacer trampa al no tratar a todos por igual.

Volviendo un poco al tema de la identidad, es asombroso ver cómo hay quien pretende dictar qué es lo que hay que escribir o filmar a partir de ahora, en base a unos códigos de diversidad. Por ejemplo, que en tal serie o tal película haya un determinado porcentaje de actrices, de personajes gay, de personajes negros...¿Dónde queda la libertad artística? ¿Por qué un director o un escritor no va a poder hacer una obra donde todos sus personajes son hombres, blancos y heterosexuales si le da la real gana? Para eso tiene libertad de creación. ¿O es que ahora pretendemos crear un código de conducta que hay que seguir para escribir libros o guiones? Es realmente alucinante. Pero aún lo es más cuando ese código se pretende aplicar no solo a obras actuales, sino incluso a obras antiguas. Por ejemplo se tacha a Tolkien de misógino por no dar más relevancia a las mujeres en sus obras. Cualquiera que las haya leído sabe que eso no es así, pero incluso aunque así fuese, él tendría todo el derecho del mundo a realizar su obra como él quisiese, que para eso es suya. Los demás puede criticarla, sí, pero de ahí a pretender que algo se escriba o se escribiese conforme a lo que ellos piensan, va un trecho.

Esto me recuerda a un concierto que vi, en el que mientras subía un grupo y bajaba otro, hubo un colectivo que hizo un alegato vía micrófono reclamando que hubiese más grupos con mujeres. Entonces pensé, ¿por qué no forman ellas un grupo? Si tanto lo están reclamando que lo formen, no que insten a los demás. Pues con esto es lo mismo. Si a algunos les gustaría ver una serie, una película o leer un libro con diversidad sexual, racial o de orientación sexual, que lo hagan o lo escriban ellos mismos, pero no que se lo reclamen a los demás, ¡y mucho menos que se indignen cuando ven que no tiene la diversidad que a ellos les gustaría! Ya está bien de intentar dictar a otros lo que uno quiere. Que cada uno haga lo que quiera. A unos les gustará más y a otros menos. Y si no les gusta que no lo vean, pero desde luego que no pretendan que la persona que ha realizado esa obra cambie su método solamente porque ellos crean que deben hacerlo.

Y esto se puede enlazar con la libertad de expresión que da título a esta entrada. Recientemente el futbolista Pepe Reina y el rockero Sherpa han realizado comentarios o declaraciones posicionándose de alguna forma a favor de las protestas convocadas por Vox contra el gobierno. Pues bien, ya ha faltado gente para insultarles. Tú puedes estar de acuerdo o no con esas declaraciones, pero lo que debería estar claro es que tienen todo el derecho a realizarlas. A ver si ahora va a resultar que solo pueden hablar los que piensen como uno, y los demás permanecer callados. Pues no. Cada uno puede hablar libremente, componer y crear líbremente, y luego a los demás les gustará más o menos, pero nadie puede mandar callar a otro ni insultar simplemente porque el otro diga lo que piensa.



Termino con una canción que publicó Boikot recientemente sobre el feminismo. Algunos apuntaron que era para subirse al carro, y lo cierto es que da esa impresión, aunque ya tenían alguna que otra canción en esa línea. Pero lo más sorprendente es que había quien les acusaba de machistas porque en la mayoría de sus canciones utilizan el masculino genérico. Ya es lo que me faltaba por oír. Que se acuse de machista al 99% de la población, que es quienes usamos el masculino genérico, avalados por la RAE.


Al final no es más que saber por lo que hay que luchar. Y mientras parece que algunos prefieren hacerlo por símbolos (día de, acabar con el masculino genérico, diversidad en cine y literatura, derribo de estatuas, revisión de la historia, enfrentamiento entre sexos, acusaciones de misóginos, fascistas o machistas...etc), otros prefieren hacerlo tratando de incluir a cuanta más gente mejor, dando libertad para que cada uno diga, escriba o crea lo que quiera, respetando el trabajo de otros, actuando no sobre la historia vista con ojos del presente, sino sobre la realidad, buscando fórmulas para incluir a todos sin excluir o discriminar a nadie. Puede que lo primero sea más fácil y lo segundo más difícil, pero no por ello significa que lo primero sea mejor, más bien al contrario.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy de acuerdo; nuestra libertad para pensar, hablar, escribir... Siempre respetando a l@s demás, y siendo respetad@s. Hay mucha gente que aprovecha para hacer campaña de algo tan básico como la libertad. La historia de todos los pueblos está manchada de sangre, en vez de repudiar la, aprender de ella, y de los múltiples errores.

Alberto dijo...

Muy bien escrito, como siempre.
Un abrazo.

Jesus dijo...

Gracias. Al parecer poco han tardado en continuar con la destrucción de estatuas, incluidas a George Washington y Thomas Jefferson en Portland: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-06-20/george-washington-presidente-eeuu-portland_2647872/
Albuquerque también ha retirado una estatua al conquistador Juan de Oñate, y en San Francisco han derribado una estatua de Fray Junípero Serra y vandalizado otra a Cervantes: https://www.diariodemallorca.es/part-forana/2020/06/20/derriban-estatua-junipero-serra-san/1517676.html

Anónimo dijo...


La historia de la Humanidad es una, concretamente la de una crueldad ejercida generalmente contra los mas débiles: mujeres ,niños, razas, otros pueblos... Que la estudiemos parceladamente por países o continentes no invalida lo anterior. Se hace por cuestiones prácticas. Morgan Freeman, vuelvo a él, ya dijo: A mí no me llame afroamericano, llámeme simplemente americano. Yo digo que no americano sino estadounidense. No hay que confundir.

Como empecemos a derribar estatuas nos tendremos que cargar no solo las pirámides sino el Parque Güell, las Médulas, el Arco de Bará o el Vaticano. No digamos nada de las pirámides aztecas o mayas. Y destruir ruinas, cuadros, cerámicas... ¿Nos hemos vuelto locos? Parece que sí.

Y de lo del cambio de sexo, a mí me recuerda al cambio de piel. El día que cambiar de piel sea como teñirse el pelo muy bien, pero mientras tanto se paga muy caro. Porque si yo me identifico con uno de mis progenitores porque es mas fuerte que el otro, aunque no sea consciente de ello, puedo estar compenetrándome con el otro sexo. ¿No sabemos a qué sexo pertenecemos? Dejo de lado todas las malformaciones posibles. ¿Cómo puede alguien decir que ha tenido un niño o una niña? Habrá que esperar a que se defina. Pues no. Nacemos, e insisto en que dejo a salvo todas las malformaciones, con un sexo definido en los genitales. Y a ese pertenecemos. Nuestra sexualidad la viviremos como nos dé la gana. Y si cambiamos de sexo nos convertimos, hoy naturalmente, en transexuales, no en miembros del otro sexo. En un mundo dominado por los blancos, si el cambio de color de piel fuese posible ¿Qué tendría mas lógica cambiarse el color de la piel o luchar por los intereses de todos? El ser humano, hombre, mujer, niño, anciano, blanco, negro, amarillo, etc. es UNO.

Y hablar en los términos permitidos por una democracia potente es un derecho. Nada de descalificar, que descalificando nos descalificamos. Argumenta y dí lo que piensas, que lo de menos es lo que digas, lo importante es el derecho a decirlo.