Numerosas han sido las entradas que he hecho en este blog acerca del conflicto entre Israel y Palestina en el último año.
La primera fue tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, analizando la barbarie cometida y anticipando lo que podía ser la respuesta israelí. La segunda, cuando esta se produjo, centrándome en el daño a los civiles palestinos, en la inmoralidad de la reacción israelí y en la posible solución de dos Estados.
La tercera, acerca del posible ataque a Rafah, con la involucración de la Corte Penal Internacional en el conflicto de la mano de Sudáfrica, instando a Israel para que limite el daño a los civiles, y en la búsqueda de soluciones de la comunidad internacional para resolver el conflicto presionando para ello a Israel, así como en las negociaciones para un alto el fuego.
Y finalmente la cuarta, abordando la ideología sionista y la radicalización de la sociedad israelí, que explican por qué el gobierno israelí sigue empeñado en la ofensiva en Gaza rechazando los acuerdos de tregua y las presiones internacionales, así como la campaña de boicot y sanciones a Israel como forma de presión, y el supuesto apoyo del público de Eurovisión a Israel.
De esta forma llegamos al momento actual, y desde la cuarta entrada, han sucedido bastantes cosas. Las negociaciones para un alto el fuego continúan, y según EEUU están más cerca que nunca de alcanzarse. Sin embargo, hay quien señala que podría ser una estratagema de presión a Hamás, quien no parece convencida de los términos del acuerdo, para que ceda ante una trampa israelí, y también a Irán, para que postergue un posible ataque a Israel.
Y es que, entre otras cosas, Israel ha asesinado al líder político de Hamás cuando este se encontraba en Irán para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente iraní. Aunque Israel no ha reconocido oficialmente ser el responsable, es bastante evidente que la autoría del ataque es suya. Conviene recordar que Israel ya había causado la muerte previamente de varios de los hijos y nietos de Haniyah en un bombardeo en Gaza.
El asesinato de Haniyah es un hecho de la mayor relevancia que conviene analizar desde diferentes vertientes.
La primera, lo que supone el asesinato de Ismail Hanihah para Hamás. Hay que recordar que Haniyah era el líder de Hamás en Gaza desde 2006, y que en 2017 asumió el liderazgo global de la organización, estableciéndose en el exilio en Qatar. Es decir, el asesinato de Haniyah no es uno más, entre los muchos que ha realizado Israel contra miembros de Hamás, sino que es el más importante desde que Israel asesinó en un bombardeo al jeque Ahmed Yasín en 2004, uno de los fundadores de Hamás y en ese momento su máximo líder, que por cierto, era tetrapléjico y estaba prácticamente ciego.
(El jeque Ahmed Yasin junto a Ismail Haniyah en una fotografía de 2002)
Así pues supone una baja muy importante para Hamás, quien ha tenido que decidir en medio de una guerra contra Israel a quien elige como su sucesor, cosa de la que hablaré después.
La segunda vertiente, es Irán. El hecho de que Israel se haya atrevido a atacar a Hamás en Irán denota dos cosas. Una, que no tiene ningún miedo ni respeto a Irán, más bien al contrario, pareciera que con este ataque está invitando a que Irán responda. Y es que no son pocos los que dicen que a Netanyahu le interesa políticamente un conflicto a gran escala contra Hezbollah y contra Irán, ya que le afianzaría en el cargo, que le interesa conservar al estar acusado de corrupción, y el hecho de que esta guerra aún no haya comenzado se debe más bien a la cautela, paciencia y contención de Hezbollah e Irán, quienes no desearían una confrontación abierta conscientes del daño que podría suponer para ellos una contienda de estas características.
El otro aspecto que revela esta segunda vertiente, es que Hamás no está seguro en Irán. Si Israel es capaz de alcanzar a Hamás en Irán, y no le tiembla el pulso en hacerlo pese a la posible respuesta iraní, Hamás debería replantearse si bien no su alianza con Irán, si al menos sus viajes al exterior. Hamás se suele prodigar también por Qatar, pero ahí Israel ha decidido no atacarles. ¿Por qué? Pienso que porque Qatar no es Irán. Es decir, Qatar en un actor influyente a nivel internacional, y especialmente en Oriente Medio, que sirve de puente entre Irán y Hamás por un lado, y EEUU e Israel por el otro. Por tanto un ataque israelí en Qatar podría provocar un cambio en la política catarí que inclinase sus simpatías hacia el lado iraní rompiendo con EEUU.
Y aunque a EEUU seguramente no le haya gustado el ataque israelí a Haniyah en Irán por razones que comentaré en breve, mucho menos le habría gustado que se produjese en Qatar, por todo el revuelo que podría originar. Al fin y al cabo Irán es un país enemigo, con lo que parece que todo está permitido. Pero un ataque en un país amigo es una cosa muy diferente.
Finalmente, la tercera vertiente que conviene analizar en el asesinato de Haniyah en Irán por parte de Israel, es lo que supone esta muerte para las negociaciones de alto el fuego. No en vano, Haniyah, como máximo responsable político de Hamás, era una pieza muy importante en estas negociaciones. Es más, según los analistas, Haniyah tenía un perfil pragmático. Es decir, era de los que presionaba dentro de Hamás para lograr un alto el fuego y una solución política, reconociendo las fronteras previas a la guerra de 1967 a cambio de un reconocimiento del Estado palestino.
El hecho de que Israel haya decidido quitarle de en medio, revela dos cosas. La primera, que independientemente de que Israel esté negociando con Hamás, siguen en guerra, y allí donde vean la oportunidad de hacer daño a Hamás, van a atacar, si estiman que los beneficios superan a los riesgos. Y la segunda, que poco le ha importado a Israel que Haniyah fuese de los "moderados" de Hamás. Ha pesado más su cargo en la organización, y la oportunidad de asestar un duro golpe a Hamás. La posibilidad de que le suceda un líder más radical, como así ha sucedido y de lo que hablaré ahora, no les importaba en demasía. Tal vez incluso fuese lo que Israel buscaba.
En este sentido, conviene recordar que no han sido pocas las voces, Borrell entre ellas, que han acusado a Israel de favorecer en el pasado a Hamás frente a Al Fatah. Esta estrategia puede parecer contraproducente a ojos inexpertos, pero tiene sentido cuando de lo que se trata es de alzarte como baluarte frente al extremismo. Es la misma estrategia que siguió Bachar Al Assad en Siria. ¿Qué es lo que hizo cuando el pueblo sirio salió en masa a reclamar su salida del poder? Abrir las cárceles. Esto podría parecer positivo desde el punto de vista de los prisioneros políticos. Pero entre otros liberó a yihadistas, que en no mucho tiempo, consiguieron ascender en relevancia en las facciones rebeldes. De este modo, Al Assad ya no estaba reprimiendo a su pueblo que se manifestaba pacíficamente, ni luchando contra rebeldes que querían acabar con su tiranía, sino que el relato que se impuso era que luchaba contra yihadistas que querían llevar el terror, el islamismo y el fanatismo a lo más alto, y que él, Al Assad, era la única alternativa posible a la barbarie.
Pues algo parecido ha sucedido con Israel. Si favoreció en su día a Hamás, ahora provoca a Irán, y asesina a un "moderado" dentro de Hamás, lo hace con la idea de radicalizar al enemigo, para erigirse ellos como única alternativa frente a la "barbarie". No les interesa un Al Fatah fuerte y nacionalista, reivindicativo de un Estado palestino, ya que se podría considerar como un enemigo legítimo, ni tampoco un Hamás pragmático con el que sea posible llegar a una solución. No. Les interesa un enemigo con el que sea imposible dialogar, para alegar que no hay salida posible más allá de la guerra y el exterminio del enemigo.
Por cierto que algo que se olvida con frecuencia es que Al Fatah, al igual que todas las facciones palestinas, cuenta con un brazo armado, en este caso denominadas Brigadas Al Aqsa, que opera en Cisjordania, y que yo sepa, no por contar con una milicia armada se considera a Al Fatah como organización terrorista por parte de Occidente. No obstante, combate a Israel, y de hecho, recientemente Israel ha asesinado a Jalil Al Maqdad, comandante militar de este grupo armado.
Esta estrategia de aupar a un enemigo radical a costa del moderado ha sido la propia de Al Assad y ess la de Israel. Y esa ha sido la estrategia de muchos a lo largo de la historia. Franco metía miedo con los comunistas y los masones. Si el régimen caía, alertaban, España pasaría a estar bajo dominio comunista. Por lo tanto, era mejor mantenerle en el poder. El mal menor ante un posible (y certero según ellos) mal mayor. Eso ha servido para justificar otras dictaduras, como la de Batista primero y Castro después, la de Corea del Sur...Más recientemente lo vemos justificar en Venezuela y Nicaragua por ejemplo. O Maduro y Ortega, o el extremismo capitalista. Es la base con la que se justifica la represión del adversario, cuando no el exterminio.
Volviendo al liderazgo de Hamás. ¿A quién han elegido como nuevo líder? Pues nada más y nada menos que a Yahya Sinwar, que ya era líder de Hamás dentro de Gaza, y de quien se dice que fue el cerebro de los ataques del 7 de octubre. Es decir, a un partidario de la línea dura.
(Sinwar junto a Haniyah en una imagen de archivo)
Sinwar conoce bien a Israel, pues estuvo preso muchos años, y aprovechó para aprender hebreo y entender la mentalidad israelí. Cuando salió de prisión, escaló posiciones en Hamás, y en último término, ideó el ataque del pasado 7 de octubre que nos lleva a la situación actual.
¿Y por qué ha elegido Hamás a Sinwar como su nuevo líder? Aquí hay varios factores a analizar. Uno de ellos, es que Sinwar está en Gaza, y contrariamente a lo que uno podría pensar, posiblemente estando en Gaza esté más seguro que estando fuera. No hay más que ver lo que le ha sucedido a Haniyah. Estando de visita en un país aliado, Irán, han conseguido eliminarle. Por lo tanto, estar fuera no es ya garantía de seguridad, más bien al contrario, la zarpa israelí te puede alcanzar en cualquier momento. De ese modo, que Sinwar esté oculto en los túneles de Gaza le ofrece posiblemente mayor protección al liderazgo de Hamás que el hecho de haber escogido a otro líder en el exilio arriesgándose a correr el mismo riesgo que Haniyah. Es obvio que la seguridad total no existe, y que en cualquier momento Israel puede dar con el túnel en el que esté Sinwar y acabar con él. Pero han considerado que en términos de seguridad en estos momentos ofrece más garantía estar dentro que fuera.
Otro factor sería que dentro de las negociaciones de alto el fuego, aunque todo el liderazgo de Hamás está involucrado, al final quien tenía la última palabra era Sinwar, ya que al fin y al cabo, es el que está dentro de Gaza respondiendo a la ofensiva israelí, y quien puede saber mejor cuántos rehenes les quedan, donde están, y cómo está la situación en Gaza en cada momento.
Finalmente, elegir a Sinwar, partidario de la línea dura, frente a otros perfiles más posibilistas, implica una apuesta por la lucha y la firmeza. Es decir, una vez que lanzaron el ataque y tras 10 meses de lucha, no quieren ceder por las buenas, y aspiran a lograr un acuerdo lo suficientemente bueno que les permita sacar algo de rédito.
Quedando Sinwar al frente del liderazgo político de Hamás, está por ver quien queda al mando del liderazgo militar, tras el asesinato por parte de Israel de su líder Mohamed Deif. Todo parece indicar que el hermano de Sinwar, Mohamed, podría asumir el mando. No en vano ya tiene experiencia, pues fue uno de los que participó en el comando que secuestró al soldado Gilad Shalit, y quien fue intercambiado por un millar de prisioneros palestinos, entre ellos el propio Yahya Sinwar.
¿Qué otros perfiles se valoraban en vez de Sinwar para sustituir a Haniyah? Uno de los nombres que más mencionaba la prensa era Jaled Meshal, quien ya fue máximo líder de Hamás entre el período al frente de Ahmed Yasín y el del propio Haniyah, es decir, entre 2004 y 2017, y a quien se consideraba cercano a Haniyah en el sentido de ser más pragmático. Sin embargo, varios factores pueden haber pesado contra él. Por ejemplo, era el máximo líder de Hamás cuando tuvo lugar el levantamiento sirio contra Bachar Al Assad, y el posicionamiento de Hamás del lado de los rebeldes sirios, impulsado por Meshal, no gustó a Irán ni a Hezbollah, que apoyaban al dictador sirio. Y hay que tener en cuenta que Irán y Hezbollah son los máximos apoyos a nivel regional que tiene Hamás. Por eso entre otros motivos, cuando Haniyah sustituyó a Meshal, se volvió a aproximar al régimen sirio, al iraní y a Hezbollah, para asegurarse su respaldo, renegando del apoyo previo a los rebeldes sirios, una vez estuvo claro que estos tenían muy difícil ganar la guerra civil siria.
Por cierto que Meshal fue célebre por sobrevivir a un intento de asesinato por parte del Mossad, el servicio secreto israelí, que intentó envenenarle cuando estaba en Jordania en los años 90, lo que provocó una crisis con este país que acababa de firmar la paz con Israel, y forzó a este a enviarles el antídoto y a liberar a 70 prisioneros palestinos - entre ellos el jeque Ahmed Yasin - a cambio de los agentes israelíes apresados.
Otro nombre que también sonaba aparte de Meshal era el de Jalil Al Hayya, muy cercano a Sinwar, y que al igual que Meshal se encuentra en el exilio en Qatar. Otros perfiles similares a Meshal también mencionados por la prensa han sido los de Moussa Abou Marzouk, tal vez demasiado moderado ya que se mostraba partidario de aceptar las fronteras previas a la guerra de 1967, y Zaher Jabareen, tesorero de Hamás y muy cercano a Haniyah y a Turquía.
(Moussa Abou Marzouk y Jaled Meshal en una recepción con el ayatollah Jamenei)
Sin embargo, como hemos visto, finalmente la organización ha optado por Sinwar, que aun teniendo un perfil parecido a Hayya, se encuentra en Gaza y por lo tanto más cerca del terreno y de las decisiones del día a día.
¿Y qué va a hacer Irán al respecto? Porque desde luego no puede quedarse de brazos cruzados. Poco importa que haya habido allí elecciones recientemente tras el accidente de helicóptero en el que murió su primer ministro Ebrahim Raisi (que sonaba para sustituir al líder supremo iraní Jamenei - de 85 años - y que parece que ahora podría dejar el terreno libre para Mojtaba, el hijo de Jamenei) y que haya salido elegido como primer ministro Masoud Pezeshkian, un moderado, pues al final las grandes líneas de la política exterior las decide el líder supremo, Alí Jamenei. Y si Irán quiere conservar su prestigio de enemigo de Israel y de eje de la resistencia, no puede permitir ni pasar por alto que se asesine en su propio territorio a un invitado como es el líder de Hamás. Esto es un desprestigio y un golpe considerable.
Ahora bien, como decía al principio, el régimen iraní tampoco quiere una confrontación abierta con Israel porque sabe que si se llega a ello, podría desaparecer, y aunque entre sus objetivos esté perjudicar a Israel, la razón primordial del régimen es sobrevivir, y por tanto parece poco probable que quiera arriesgarse a una guerra a gran escala.
Lo que nos deja con la incógnita. ¿Cómo va a responder Irán? Porque está claro que algún tipo de respuesta tiene que haber. Por cierto que algunos países como EEUU, Francia, Alemania, Italia o Reino Unido le han pedido contención o directamente que no responda. Lo cual me parece el colmo. ¿Acaso pedirían lo mismo a Israel si fuese Irán quien hubiese atacado en suelo israelí? De seguro que no. Es más, alabarían y justificarían la respuesta israelí. Por tanto, que ahora pidan contención o directamente que no haya respuesta, no deja de parecerme una incoherencia absoluta que no hace más que revelar que en el fondo, lo que importa no son los actos, sino quien los comete. Y si los realiza mi amigo, están bien y los aplaudiré y respaldaré, pero si los realiza mi enemigo, entonces estarán mal, los condenaré, y apoyaré que mi amigo responda, independientemente de que el acto en cuestión haya sido el mismo.
Ya hace unos meses Israel realizó un ataque contra la embajada iraní en Siria, e Irán respondió lanzando misiles sobre Israel. Claro que lo hizo un poco de aquella forma: avisando previamente, lo que dio tiempo a EEUU a apoyar a Israel para derribar los misiles antes de que llegasen a suelo israelí, en colaboración con Egipto, Jordania, e incluso Arabia Saudí.
Ahora se supone que el ataque no será una pantomima de cara a la galería para justificar que se ha respondido cuando en realidad todo era un teatro para no escalar más la situación. Pero el nivel del ataque, el momento y el lugar, siguen siendo desconocidos.
Por eso decía al principio que las actuales conversaciones de alto el fuego pueden ser una estratagema, ya que según lo que dice Hamás, siguen lejos del acuerdo, y bajo la excusa de las conversaciones, lo que podrían estar consiguiendo es tiempo para que Irán retrase y en último término se olvide de responder, al irse alejando el recuerdo y la indignación respecto a la afrenta perpetrada. Porque si Irán responde mientras hay unas negociaciones de alto el fuego, esta respuesta podría dar al traste con la negociación, e incrementar aún más la tensión.
Pero claro, si estas negociaciones al final no conducen a nada, está por ver si a Irán le queda energía y motivación para responder, y en qué grado lo hará.
Se especula con que una de las posibilidades es que lo haga a través de Hezbollah. Es decir, que no se involucre directamente, sino que pase la patata caliente a sus amigos de Hezbollah para que sean ellos los que se coman la tostada.
De todos modos no está tampoco totalmente claro que esto vaya a suceder. Aunque la tensión entre Hezbollah e Israel es alta y cada día crece más, Hezbollah tampoco quiere una gran guerra con Israel, porque sabe que eso destrozaría al Líbano y les perjudicaría mucho como grupo, si es que no logran acabar con ellos. Por lo tanto parece que de momento se conforma con mantener la situación tensa pero sin acabar de romperla del todo.
Otros ataques con los que se especula que pueda responder Irán sería con otro lanzamiento de misiles pero esta vez sin aviso previo, o con algún ataque selectivo a alguien de alto rango israelí. También una continuación de los ataques de los houthíes de Yemen, aliados de Irán, a intereses israelíes.
Veremos lo que sucede, y también con las negociaciones. Biden, que está en sus últimos meses como presidente antes de que se celebren las elecciones en EEUU en noviembre, quiere que se llegue a un acuerdo, pero me da que Netanyahu no está por la labor. La prensa occidental se empeña en señalar a Hamás como máximo responsable de que no se llegue a un acuerdo, pero la realidad, relevada incluso por la prensa israelí, es que el verdadero responsable del estancamiento de las negociaciones, es el propio Netanyahu, quien ha decidido que los rehenes no son una prioridad, pese a la presión de los familiares, y que lo prioritario es mantenerse en el cargo, y para ello debe contar con el apoyo de los partidos extremistas que le son fieles, y que dejarían de serlo si se aviniese a un acuerdo con Hamás.
¿Cuáles son las discrepancias en las negociaciones? Parece ser que no lo es el intercambio de rehenes por presos, sino la duración de la tregua y la salida de las tropas de Israel de Gaza, ya que Hamás reclama que la tregua sea indefinida y la retirada completa de las tropas, mientras que Israel presiona por una tregua temporal y por la permanencia de las tropas en ciertos lugares de Gaza.
Por lo tanto, no soy muy optimista respecto a un posible acuerdo. Sin embargo, algo ha cambiado, y es que tras la retirada de Biden de la lucha por las próximas elecciones y la llegada de Harris, la victoria de Trump ya no está tan clara. Y eso que tras el intento de asesinato a Trump en Pensilvania, posible gracias a un fallo tremendo de los servicios de seguridad en asegurar el perímetro del recinto donde Trump daba su discurso, y el alineamiento de Elon Musk con Donald Trump, todo parecía indicar que Trump tenía la victoria asegurada. Pero la irrupción de Harris parece haber despertado a las bases demócratas, y los sondeos ya hablan de un empate o incluso de una ligera ventaja de Harris, cuando antes todos coincidían en pronosticar una victoria más o menos clara de Trump.
Con lo cual, si Harris gana las elecciones, el apoyo de EEUU a Israel se puede resentir. No es que Harris sea una crítica feroz de Israel, ni mucho menos, pero sí que parece que está en la línea de Biden de forzar un alto el fuego e incluso de cuestionar el apoyo armamentístico de EEUU a Israel. Con lo cual, la baza con la que contaba Netanyahu de que Trump ganase y por tanto tuviese carta verde para actuar en Palestina, ya no está tan clara. Y esto podría forzar a que Netanyahu acabe aceptando una tregua con Hamás y renunciando a una guerra con Irán, a la que Trump estaría más dispuesto que Harris.
De todas formas, es especular demasiado, pues las elecciones son en noviembre, y aún queda tiempo. Pero sin duda Netanyahu debe estar replanteándose algunas cosas.
Respecto al resto de la comunidad internacional, el reconocimiento unilateral del Estado Palestino por parte de España, Noruega, Irlanda y Eslovenia, no parece haber servido de gran cosa, ya que otros países como Bélgica, Portugal o Francia han optado por no proceder del mismo modo, al menos por el momento. En cualquier caso, es un paso adelante en la presión a Israel para negociar, así como al resto de Estados que aún no han realizado dicho reconocimiento, y que cada vez son menos.
Por otro lado, el fiscal de la Corte Penal Internacional ha solicitado órdenes de detención contra Netanyahu, el ministro de defensa israelí Yoav Gallant, y los líderes de Hamás Ismail Haniyah, Mohamed Deif (ya imposibles de cumplir debido a que Israel se consideró como siempre por encima de la ley y decidió tomarse la justicia por su mano sin un juicio ni un proceso justo) y Yahya Sinwar, por posibles crímenes de guerra. Está por ver si la Corte acepta la petición del fiscal. No obstante, esta decisión se está retrasando, ya que es un procedimiento largo y debe examinar los alegatos presentados acerca de su competencia jurídica antes de decidir sobre la emisión de la órdenes de arresto. Pero si finalmente se produjese, sería una gran noticia, y aunque resultaría de muy difícil cumplimiento, sí que impediría viajar a Netanyahu, y supondría un desprestigio aún mayor para él. Por cierto que cuando salió la noticia hubo muchos Estados que se escandalizaron y llegaron incluso a desafiar la autoridad de la Corte Penal Internacional, negando que Netanyahu y los líderes de Hamás estuviesen al mismo nivel. Alemania y Austria entre ellos, además de EEUU y Reino Unido. De hecho, la cámara de representantes de EEUU llegó a aprobar sanciones a la Corte Penal Internacional por esta petición de la fiscalía. Ya en su día se informó de que EEUU estaba maniobrando para tratar de evitar que se emitiesen las órdenes de arresto. Esto no prueba otra cosa que su doble moral, ya que ven legítimo lo que realiza el amigo, e ilegítimo lo que realiza el enemigo, a pesar de que ambos, es evidente, han cometido crímenes de guerra.
Finalmente, hay que destacar también el acuerdo de reconciliación entre las facciones palestinas, no solo de Hamás y Al Fatah, sino que también incluye a la Yihad Islámica y al Frente Popular por la liberación de Palestina, entre otras, y que ha sido facilitado, nada más y nada menos...¡que por China! Un actor que hasta ahora había estado bastante alejado de todas las cuestiones relacionadas con Oriente Medio y que con este movimiento podría estar reclamando su sitio y su influencia en esta parte del mundo. De hecho ya fueron artífices en el deshielo entre Irán y Arabia Saudí el año pasado. Veremos si este acuerdo perdura en el tiempo y tiene repercusión más allá de lo simbólico. Ya ha habido varios acuerdos previos que han quedado en nada. Pero la grave situación actual puede que haga que este sea diferente. De momento se propone la creación de un gobierno de unidad nacional bajo el marco de la OLP, que preparará el terreno para unas elecciones generales, que se entiende, se celebrarían cuando se normalice la situación en Gaza.
Y es que ya van más de 40.000 palestinos muertos, según las cifras oficiales. Claro que estas cifras son dudosas, no por estar infladas, al contrario, por estar seguramente infrarrepresentadas, ya que ante la falta de hospitales en Gaza debido a los bombardeos israelíes, cada vez es más difícil contabilizar de forma verídica el número de muertos. Y es que aunque ya nos hemos acostumbrado a nuestra dosis de barbarie diaria, no por eso deja de ser menos espeluznante. Por citar solo algunas historias entre las miles que hay, destacaría la de Mohammad Abu Al Qumsan, civil de Gaza que acababa de ser padre de gemelos y tras salir de casa para recoger el certificado de nacimiento se encontró con que Israel había bombardeado su casa y su mujer y sus gemelos recién nacidos estaban muertos.
O el bombardeo israelí a una escuela de Gaza, alegando que servía de refugio para miembros de Hamás, que dejó más de 100 muertos y amplias condenas internacionales.
Y no solo en Gaza. También en Cisjordania se nota la violencia israelí de los colonos, en ataques a aldeas palestinas en las que queman casas y vehículos, permitido por las fuerzas de seguridad israelíes. Y es que las provocaciones israelíes son constantes. Como prueba, la incursión de ultranacionalistas judíos en la explanada de las mezquitas, lugar reservado al culto musulmán según los acuerdos de paz de 1967, y que en este caso los colonos decidieron saltarse, apoyados por el ministro extremista de seguridad nacional Ben Gvir, así como de la policía israelí.
Para concluir, el asesinato de Haniyah ha complicado las cosas, alejando un posible alto el fuego y acercando una posible escalada militar con Irán. Sin embargo, el empuje de Harris frente a Trump, podría despertar dudas en la estrategia de Netanyahu de continuar la guerra a todo coste, que tanto sufrimiento está causando.
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