sábado, 15 de julio de 2023

23J: Pactos, propuestas y expectativas

 En mayo se celebraron las elecciones municipales en España y ya en ese momento hablé de las promesas que Sánchez se lanzó a proclamar, centrando la atención en su persona, en vez de en cada municipio. Pues bien, ante la contundente victoria del PP en las elecciones, Sánchez decidió al día siguiente adelantar las elecciones generales al 23 de julio, cuando se tendrían que haber celebrado en diciembre. La verdad es que para esto, mejor que hubiese juntado las municipales con las generales y así se habría facilitado la vida a la gente. Habrían ido a votar un solo día, no habría sido en período vacacional, y no se habría fastidiado a tanta gente para estar en mesa electoral. Además, como Sánchez planteó las municipales en clave nacional, no habría habido mucha diferencia en cuanto al mensaje político. 

Pero claro, Sánchez rara vez piensa en el bien nacional, sino en su bien propio, y algo en lo que los analistas coinciden es en que si Sánchez adelantó las elecciones es porque pensó que era la solución menos mala no para España, sino para su partido y en especial para él mismo. Si hubiese aguantado hasta noviembre - diciembre, posiblemente el PP hubiese continuado consolidándose (algo que ya está haciendo, pero tal vez aún a mayor escala), y dentro del PSOE se hubiese comenzado a exigir responsabilidades a Sánchez por centrar él la campaña de las municipales y por tanto ser el principal responsable de la derrota del partido.

Posiblemente este no sea el escenario ideal de Sánchez, ya que durante este semestre España preside el Consejo de la UE, algo a lo que normalmente se le suele dar bastante importancia, y que esto coincida con unas elecciones generales y un posible cambio de gobierno, no es la mejor carta de presentación, ni mucho menos. 

Sin embargo, ante la perspectiva de aguantar 6 meses en el poder en malas condiciones, con ruido interno en su partido, y externo de la oposición, prefirió sacrificar la baza de la presidencia del Consejo de la UE, que le habría dado mayor visibilidad internacional, a cambio de pillar a pie cambiado a la oposición y jugárselo todo a la carta de Vox.

Esto es, confiar en que los pactos de las municipales reflejen que el PP se encasilla con Vox, y que ante este temor el voto de izquierdas se movilice, ya sea por él o por Sumar, y puedan contrarrestar el avance de la derecha.

La jugada le ha salido más o menos bien, ya que el PP ha llegado a acuerdos con Vox en diferentes municipios donde ni siquiera era la primera fuerza política para arrebatarle el poder al PSOE, como pueden ser Burgos, Valladolid, Toledo y Guadalajara. Y en las Comunidades Autónomas que tenían elecciones, algo parecido, llegando a acuerdos el PP con Vox en Extremadura cuando el PSOE fue la primera fuerza en dicha comunidad.

Por eso la propuesta que hace Feijóo de que gobierne la lista más votada, es decir, que el PSOE apoye al PP cuando estos últimos queden primeros, o que el PP apoye al PSOE cuando sea el PSOE el que acaba primero, no es creíble. Y es que, como dijo Sánchez, eso solo funciona cuando gana el PP para que le apoye el PSOE, ya que en Burgos, Valladolid, Toledo, Guadalajara o Extremadura, el PP no ha apoyado al PSOE que fue la primera fuerza, sino que la segunda (PP) y la tercera fuerza (Vox) pactaron para echar a la primera.

(La presidenta del PP extremeño, María Guardiola, y el portavoz de Vox en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo).

En resumen, que Sánchez está consiguiendo trasladar el mensaje de que el PP pacta con Vox, basándose en hechos. Pero a pesar de ello, las encuestas siguen dando de ganador al PP que podría sumar mayoría con Vox. ¿Por qué? Pues yo pienso que porque la gente ya tiene naturalizado que el PP va a pactar con Vox y no le supone mayor trauma. Obviamente siempre va a haber gente a la que Vox le cause mucho rechazo, y que podrían estar desmovilizados y ante esto decidan acudir a votar a la izquierda. Pero pienso que es un porcentaje relativamente pequeño. 

A los desmovilizados no se les convence de ir a votar con el mensaje del miedo. Se les convence de ir a votar con el mensaje de la ilusión. ¿Por qué Podemos dio la sorpresa en las elecciones europeas de 2014? Pues porque la gente percibía a Podemos con ilusión, como algo nuevo que podía cambiar las cosas en un panorama muy complicado. ¿Y por qué han ido dejando de votarles? Porque se han ido desilusionando a medida que han entrado en el gobierno y han sido lo mismo que lo que había antes, o por lo menos no se ha notado un gran cambio. Es evidente que hay políticas que han sido diferentes, y ahora las analizaremos, pero si las comparamos con las expectativas que tenían sus votantes, han estado muy por debajo de lo esperado.

Por su parte, el PP, pese a esos pactos, intenta desligarse todo lo que puede de Vox. A punto estuvieron de ir a una repetición electoral en Extremadura, y es posible que lo hagan en Murcia, ya que pretenden que Vox les apoye gratis a cambio de nada. Es obvio que en el PP prefieren ser elegidos con mayoría absoluta. ¿Quién no lo preferiría? Pero también es bastante evidente que dada la fragmentación política actual, eso es algo muy difícil de conseguir. Por eso apelan al voto útil, para lograr una mayoría suficiente que deje a Vox en una posición de debilidad y no pueda exigir mucho, como por ejemplo, entrar en el gobierno, y se tengan que conformar con apoyarlo desde fuera con tal de echar a Sánchez del poder.

Y Vox, que no son tontos, obviamente intentan negociar duro y exigir entrar en los gobiernos para tratar de aplicar el máximo número de sus políticas. Porque de lo contrario sus votantes verán que votar a Vox es lo mismo que votar al PP, y para eso votarían directamente al PP. Por ello en Vox tratan de hacerse fuertes, hacer ver que entran en gobiernos y que se aplican sus políticas, para no perder a sus votantes.

Dicho lo cual, es bastante probable que en las elecciones el PP aumente mucho y Vox baje algo. La mayor parte de las encuestas sitúan al PP entre 140 y 150 escaños, aunque ellos confían estar entre 150 y 160. A mí eso me parecería ya demasiado. Lo más probable a mi entender es que estén entre 145 y 148 escaños. Y Vox, que actualmente tiene 52 escaños, según las encuestas podría quedarse entre 33 y 35. A mí me parece un número demasiado bajo, porque creo que hay mucho voto oculto a Vox, que no se manifiesta pero que lo tiene claro a la hora de votar. Ahora bien, las apelaciones al voto útil y a echar a Sánchez también influyen, y por eso creo que bajarán en escaños, pero no tanto. Yo les daría entre 37 y 39, y no descartaría que se quedasen en 40 o por encima.

Al PSOE todas las encuestas (menos tal vez el CIS de Tezanos) le dan entre 100 y 110 escaños. Actualmente tiene 120. Yo creo que podría incluso bajar de los 100, aunque es cierto que el voto del miedo ante Vox puede influir algo, así que le daría una horquilla de entre 97 y 104 escaños. Y es que el debate del cara a cara no les ha beneficiado en nada, con un Sánchez muy faltón que interrumpía todo el rato y muy nervioso. Hay quien culpa de la estrategia del debate a Óscar López, director de gabinete de Sánchez, y que echan de menos a Iván Redondo, quien durante años fue asesor suyo de reconocida competencia.

Y finalmente Sumar. El adelanto electoral también pilló con el pie cambiado al espacio político a la izquierda del PSOE, que apenas estaba comenzando a reconstituirse y seguía inmerso en una lucha entre Sumar y Podemos. Finalmente tuvieron que llegar rápidamente a un acuerdo para repartirse las listas, sin primarias ya que no había tiempo material para realizarlas, y Podemos pagó un alto precio, pues varias de sus caras más visibles como Irene Montero, Echenique, o Mayoral, no van a ir en las listas, al entenderse que podrían perjudicar más que ayudar, ya que la gente en general no tiene una buena opinión de ellos. Otros, como Alberto Garzón, fueron más inteligentes y se apartaron a un lado, para permitir que entrase gente nueva. Ione Belarra en principio parece que sí que podría repetir como diputada dado que va en un puesto de salida en las listas de Madrid. Más dudoso podría tenerlo Enrique Santiago, al que han puesto como cabeza de lista en Córdoba.

Aún así, creo que la campaña se le está poniendo cuesta arriba a Sumar. Empezaron bien con buenas propuestas como reducir la jornada laboral, otorgar 20.000 euros a todos los jóvenes de 18 años para que puedan emprender si así lo desean, dar una ayuda universal de 200 euros al mes por cada hijo, o aumentar los permisos de maternidad y paternidad, pero el tema central de los medios de comunicación y de los demás partidos políticos está siendo el de los pactos, con lo que sus propuestas no acaban de destacar entre la opinión pública. 


Además, sus políticas ambiguas en determinadas áreas no les acaban de ayudar. Por ejemplo sobre el Sáhara llevan en las listas a una activista por la autodeterminación de este territorio, pero también al ex embajador de España en la ONU que tiene un discurso bastante conciliador con Marruecos. O con el tema de Cataluña, que dicen que son favorables a que se vote en referéndum el acuerdo que salga de la mesa de diálogo, sin hacer mención a un referéndum de autodeterminación como venía siendo habitual en el espacio de Podemos en Cataluña, lo que también les genera fricción interna. O la ley del solo sí es sí, que tras apartar a su principal responsable (Irene Montero) tratan de pasar de puntillas sobre ella, conocedores de la chapuza que realizaron y que la sociedad se lo echa en cara, pero también de que es un tema de conflicto dentro de la propia izquierda.

Así pues, a pesar de que Sumar ha conseguido aglutinar a la izquierda, pues se han sumado varios partidos regionalistas como Compromís, CHA, Más Madrid o Batzarre, aparte de los estatales Podemos, IU, Más País, Equo y Alianza Verde, no se espera por contra un gran resultado de Sumar. Y eso que su lideresa, Yolanda Díaz, es bastante apreciada en general por la gente, con un discurso conciliador, pero firme en la defensa del avance de derechos, como buena negociadora en temas como la reforma laboral o el salario mínimo. Pero desgraciadamente acumulan demasiado lastre, no solo con la ley del solo sí es sí, también con la ley trans, muy polémica, o con su apoyo a políticas lingüísticas excluyentes en el español, sobre todo en Baleares (donde está Més, partido nacionalista dentro de Sumar) y Valencia, que el PP y Vox ya están empezando a corregir ahora que gobiernan allí. Por poner otro ejemplo, desde Sumar quieren que se normalice el uso de lenguas cooficiales en instituciones españolas y europeas. Será que no somos capaces de entendernos en español y hay que gastar más dinero en traductores ya que apenas tenemos déficit o deuda. En fin...

De esta forma, parece que lo máximo a lo que puede aspirar Sumar es a repetir el resultado electoral. Actualmente Podemos cuenta con 33 escaños. 36 si les sumamos los de Más País y Compromís. Pese a los gritos de "Presidenta, presidenta" que corean los seguidores de Sumar a Yolanda Díaz, creo que ante la dificultad de estos comicios, ya se darían con un canto en los dientes si consiguen sumar 36 escaños. Posiblemente se dejen alguno y no descartaría incluso que bajasen de los 30. Les daría una horquilla de entre 27 y 34.

Y es que Sumar puede ilusionar más que Podemos, pero es muy poco tiempo desde que se ha formado hasta que hay elecciones, y mucho desgaste del gobierno. Porque sí, se habrá aprobado la reforma laboral, pero de aquella manera, gracias a un error de un diputado del PP, y con el voto en contra de ERC y Bildu al considerarla demasiado timorata, igual por cierto que los sindicatos ELA, LAB y CIG. También es verdad que si hubiesen hecho una reforma laboral demasiado drástica no habrían conseguido el acuerdo de la patronal y el PP se habría comprometido a derogarla. En cambio ahora Feijóo ha dicho que no la va a tocar, y al no ser que le obligue Vox (que sí que quiere derogarla), no creo que lo haga.

Claro que este argumento también podría verse al revés. Si el PSOE y Podemos hubiesen acordado una reforma laboral más ambiciosa, puede que los ciudadanos lo hubiesen premiado en las urnas y fuesen mejor en las encuestas con lo que no habría riesgo de que el PP lo derogase. Se puede mirar desde los dos ángulos. Yo creo que por seguridad jurídica está bien que no la vayan a derogar, aunque también me gustaría que hubiese sido más ambiciosa.

En cualquier caso no se trata solo de la reforma laboral. Han subido el salario mínimo, vinculado las pensiones al IPC, y han protegido a los trabajadores frente a la pandemia mediante los ERTE. Solo Dios sabe cuántos despidos y recortes habría habido si hubiese estado el PP en el gobierno durante la pandemia. También ha sido un éxito la excepción ibérica que ha permitido abaratar el coste de la energía y poner coto a la inflación.


Por tanto, es cierto que la economía va bien, pese a como lo quiera poner el PP. También, es obvio, los precios han subido, y el gobierno podría haber hecho más, como quitar el IVA a la carne y al pescado, como propone el PP.

Y sobre todo, deberían haber hecho más en vivienda, sanidad y educación. Ahí prácticamente no han hecho nada, y eso se nota. Ahora se llenan la boca de promesas con un bono a las hipotecas, con poner topes al interés variable, con construir viviendas públicas...5 años han tenido y lo único que han hecho en materia de vivienda ha sido poner freno al incremento de los alquileres (a buenas horas, y lo que les ha costado) y dar ayudas a los jóvenes para pagar el alquiler que están pésimamente gestionadas por las CCAA.

En sanidad, parecido. Es cierto que venían de la época de recortes del PP, pero también lo es que no han mejorado la situación. Ahora es cuando prometen reducir los tiempos de espera, apoyar a los enfermos de ELA (a buenas horas cuando les han tenido abandonados durante muchísimo tiempo), aumentar las plazas universitarias en medicina y enfermería, o reforzar la atención primaria, el MIR y la salud mental. Tiempo han tenido y no lo han hecho. Y ahora el PP promete también lo mismo. Añadiendo algo. Que es la tarjeta sanitaria única en todo el territorio nacional, así como un historial clínico único. Algo básico y de cajón a lo que la izquierda incomprensiblemente se niega. Bien está que lo recoja ahora el PP, que durante los años que ha estado en el gobierno no lo ha implementado. Tal vez sea porque Vox también lo lleva en su programa. Habrá que ver qué sucede con el aborto y la eutanasia, ya que Vox lleva en su programa derogar ambas leyes, y el PP tan solo modificarlas, así que creo que se irá más bien en este último sentido.

Más creíbles resultan las propuestas de Sumar de incluir el dentista, el oculista, el psicólogo y el fisioterapeuta en la sanidad pública. Pero claro, tienen que convencer al PSOE, algo que como hemos comprobado en muchas ocasiones, es harto difícil.


Otras de las promesas del PSOE en campaña han sido el transporte público gratuito para los menores de 24 años o las becas para quienes se preparan unas oposiciones. A buenas horas. No habría estado de más verlo cuando han estado gobernando, y no prometiendo algo ahora cuando no se les ocurrió en los 5 años anteriores. Por no hablar de la ley mordaza, algo que prometieron eliminar y no lo han hecho porque se negaron a eliminar las pelotas de goma o las devoluciones en caliente. Si no quieres hacer algo, ¿para qué lo prometes?

Y en educación. ¿Qué ha hecho el gobierno en educación? La verdad es que no recuerdo nada sustancial, más allá de leyes encaminadas a eliminar el fracaso escolar dificultando las repeticiones de curso, pero no porque se de apoyo al estudiante, sino porque no se pone límite al número de suspensos para poder pasar de curso. Ahora, tanto el PP como el PSOE prometen la educación infantil gratis de los 0 a los 3 años. Más vale tarde que nunca, pero anda que no podían haberlo hecho cuando estuvieron el el gobierno. Aunque en defensa de Feijóo hay que decir que él sí que lo hizo cuando era presidente de Galicia, y que en el tema sanitario y de educación Galicia estaba bastante mejor que otras CCAA.

Vox también lleva en su programa que haya una PAU única. Esperemos que si gobierna el PP, les fuercen a lograr esto, que es algo básico para la igualdad de todos los españoles y que es algo a lo que incomprensiblemente la izquierda se niega una y otra vez, seguramente presionados por sus socios nacionalistas.

También el PSOE ha propuesto que la matrícula universitaria sea gratis si se aprueba todo. Bien está prometer, pero mejor está cumplirlo. Como por ejemplo hizo Susana Díaz en Andalucía, pese a que muchos en su partido la denostasen como conservadora.


Por cierto que no es de descartar que si hay un gobierno del PP y Vox, haya ruido interno en el PSOE y le muevan la silla a Sánchez. Con lo que no acabaría de descartar una vuelta de Susana Díaz. Aunque a día de hoy García Page o Lambán parecen mejor posicionados para el puesto. Por ejemplo Page logró imponer las listas electorales que él deseaba para las generales, y eso que desde la dirección nacional del PSOE le querían imponer otras listas, cosa que sí que consiguieron por ejemplo en Aragón, Valencia o Castilla y León.

También se rumoreaba que Sánchez podría acabar como secretario general de la OTAN, ya que el puesto estaba pendiente de renovación. Sin embargo finalmente han extendido un año a Stoltenberg en el puesto. Es cierto que sería un poco raro que presidiese la OTAN un expresidente de un país que le dedica tan poco presupuesto a sus fuerzas armadas como es España. Por no hablar de la contradicción de haber tenido como socios de gobierno a partidos que se quieren salir de la OTAN.

En todo esto nos hemos olvidado de Ciudadanos, que tras la debacle de las municipales, decidieron no presentarse a las generales, tal vez pensando en guardar fuerzas para las europeas. Veremos, pero lo más probable es que la gente se acaba olvidando de ellos, y díscolos de Ciudadanos como Igea y Bal ya están pensando en organizar otro partido político para ocupar ese espacio. Habrá que ver en qué queda, pero parece que el PP está logrando ensancharse, tanto en su centro, como en su derecha, tal y como estuvo en época de Aznar y en la primera época de Rajoy, así que parece difícil que a corto plazo un espacio de centro pueda captar votos. Sobre todo si el PSOE da un giro al centro en caso de que Sánchez pierda las elecciones.

Asimismo se podría mencionar a Macarena Olona, díscola de Vox que ha fundado un partido político nuevo, "Caminando juntos". Eso sí, se presenta en pocas provincias, ya que por ejemplo no consiguió reunir los suficientes avales para poder presentarse por Madrid o Barcelona. De todas formas, lo que parecía que podía ser un problema para Vox, al final parece que no dejará de ser una mera anécdota, ya que las propuestas de Macarena son cuanto menos curiosas, y no parece probable que vaya a arrastrar mucho voto de Vox. Por ejemplo, planteó la necesidad de que haya un referéndum entre república y monarquía. Y para abrir campaña electoral, no se le ocurrió mejor sitio que en un club de alterne, alegando que era algo conocido para muchos políticos. Y es que parece que tiene posiciones favorables a la legalización de la prostitución, ya que la primera de la lista por Valencia de este partido, es una firme defensora de ello.

Es curioso que en general la izquierda se apodere del feminismo, pero luego cuando se trata de defender a las mujeres que están siendo sometidas a la prostitución, no se atreven, y hablan de legalización. Por no hablar de la defensa de la transexualidad dentro de la izquierda, que está provocando que muchas feministas clásicas que defienden a las mujeres se aproximen cada vez más a posiciones de derechas. Creo que nadie debería atribuirse el término feminista como un todo, ya que ni el feminismo está cohesionado respecto a muchos postulados.


Uno de los argumentos que se suele dar contra Vox es que es un partido machista que niega la violencia de género. Es cierto que la niega, porque para ellos toda violencia que se produce en el hogar debe ser entendida como violencia doméstica. Pero también es cierto que Vox defiende aumentar las penas por violación, hacer pública la nacionalidad de los agresores, o reducir la edad penal de los menores que realizan este tipo de agresiones. Así que creo que la crítica a Vox en este sentido es más ideológica y semántica que real. Por ejemplo Sumar lleva en su programa electoral que incumplir con la pensión alimenticia sea considerado violencia de género. Algo que ya me parece rizar el rizo demasiado.

Lo que sí que se puede criticar a Vox con razón es por ejemplo en sus postulados de medio ambiente, ya que quiere abandonar los acuerdos de París de reducción de emisiones, quiere continuar con la energía nuclear (algo en lo que está de acuerdo el PP), y favorecer la explotación de recursos minerales sin tener en cuenta el impacto ambiental que pueda generar.

Por no hablar de sus tonterías de teorías de la conspiración que recuerdan a Donald Trump sobre la Agenda 2030, que no son más que unos objetivos de desarrollo sostenible aprobados por Naciones Unidas para lograr en 2030, encaminados fundamentalmente a acabar con la pobreza y proteger el clima, pero que grupos ultras y conspiranoicos manipulan para decir que se fomenta el adoctrinamiento o se rompe la familia, cuando evidentemente esos no son los objetivos. En realidad lo que esconden es que no quieren perder la soberanía nacional y consideran la Agenda 2030 una imposición, cuando no es más que un plan que el Gobierno se compromete a cumplir, es decir, a lograr los objetivos. Pero que no tendría mayores consecuencias si no lograse cumplirlos, más allá del mero hecho de que no se cumplirían.

En cualquier caso entra dentro del discurso de Vox, que también quiere por ejemplo acabar con la soberanía de la UE y que prime la soberanía nacional. Es decir, quieren acabar con lo que se ha logrado en los últimos años de unir a las personas, y volver a que los Estados se enfrenten entre sí. Es un rechazo al globalismo mal entendido, porque en vez de tratar de mejorarlo, lo que quieren es volver al pasado, y va a ser que no. Felizmente esa etapa está superada, y la UE ha venido a quedarse y a avanzar. Aunque evidentemente tendrá que hacer frente a obstáculos y superar adversidades y escepticismos, sobre todo cuando una minoría es capaz de bloquear a la mayoría, pero creo que la UE es el camino a seguir, por mucho que les pese a los de Vox.

Claro que hay muchos que se escudan en la UE para huir de sus problemas. Por ejemplo el otro día salía el Director General de Tráfico a decir que en 2024 habrá peajes en las autovías porque es una imposición de Bruselas. ¡Mentira! Que un cargo público salga a contar mentiras de una forma tan impune e infame da vergüenza ajena. Fue el propio gobierno de Sánchez quien envió un informe a la Comisión Europea asegurando que para corregir el déficit instalarían los peajes. ¡Fue una propuesta del propio gobierno de Sánchez! Y ahora se quejan diciendo que Bruselas lo impone. ¡Pero si fuisteis vosotros quienes lo propusisteis! Y cuando la Comisión Europea pregunta que por qué no cumplís lo que prometisteis, decís que es culpa suya. Definitivamente tratan a la gente de estúpida. Pero afortunadamente la gente no lo es, y se coge antes a un mentiroso que a un cojo.

También se puede criticar a Vox por su política económica, que aparte de derogar la reforma laboral, consiste en reducir los impuestos. Lo que puede estar bien en algunos casos, como el ya comentado del IVA en la carne o el pescado, a lo que habría que añadir la eliminación del IVA por la compra de la primera vivienda, o la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones. Otros en cambio generan más dudas, como la eliminación del impuesto de patrimonio, la reducción del de sociedades, y sobre todo, la eliminación del impuesto de las grandes fortunas (algo en lo que coincide con el PP) y la simplificación del IRPF a dos tipos básicos de 15 y del 25% a partir de los 70.000 euros, lo cual, se mire por donde se mire, es profundamente injusto, ya que el tipo mínimo sigue siendo demasiado alto para los contribuyentes con menor sueldo, y el de 25% seguramente demasiado bajo para unos sueldos tan elevados. 

El IRPF debe ser progresivo, y seguro que hay muchas cosas a mejorar, como ampliar el mínimo exento, o bajar el tipo mínimo. Pero dejarlo únicamente en dos tipos básicos me parece algo bastante aberrante. Y esta es una de las razones por las que probablemente Vox no saque tantos votos. Porque su política económica está incluso a la derecha del PP, que ya es decir. Y esto es algo que les diferencia por ejemplo de Le Pen, quien en política económica giró levemente hacia la izquierda, lo que hizo que ampliase su espectro de votos.


Por otra parte, su política migratoria también es bastante dura, hablando de implantar un bloqueo naval en el Mediterráneo, de expulsar a inmigrantes ilegales, menas y delincuentes, de reducir cotizaciones para empresas que contraten a españoles, o de no atender a inmigrantes irregulares en la sanidad pública salvo urgencias o enfermedades infecciosas. Esto lo que refleja es que más allá de luchar contra la inmigración ilegal, tienen tintes racistas y xenófobos. La xenofobia significa miedo a la gente de otra raza, y eso es lo que parece que tienen. Normalmente ese miedo suele ser causado por el desconocimiento. Con esto no estoy diciendo que todos los inmigrantes sean unos angelitos ni mucho menos. Y obviamente tiene que haber controles migratorios, vigilancia de fronteras, y expulsiones. Y lamentablemente, también CIE e identificaciones policiales, por mucho que Sumar lo quiera eliminar. Pero el tono en el que incide Vox hace reflejar este miedo. Y puede que haya gente a la que le convence, pero desde luego a otros nos genera rechazo.

Respecto al resto de propuestas que se han oído en campaña, tanto el PP como Vox coinciden en ayudar a los autónomos y en proteger a las viviendas frente a la okupación. Es sorprendente que la izquierda se olvide de estas dos cuestiones, cuando es claro que es algo que afecta a mucha gente. No se entiende que a la izquierda le cueste tanto comprometerse con los autónomos o hacer frente a la okupación. Estadísticamente son pocas las viviendas okupadas y muchos los desahucios, dicen. Sí, claro. Estadísticamente también pueden ser pocas las mujeres violadas, pero es un problema de tres pares de narices al que hay que intentar dar solución. Pues lo mismo pasa con la okupación. Al que le okupan su vivienda le da igual que haya 3 o 3.000 viviendas okupadas en toda España. Lo que quiere es que se solucione su problema. Y la izquierda no está dando solución a ese problema. Tendrá que venir la derecha a arreglarlo. Luego nos escandalizaremos de que la gente vote a la derecha. ¿Por qué no habrían de hacerlo si la izquierda no es capaz de solucionar un problema tan claro como este? ¿O de apoyar a los autónomos?

En Vox también son muy claros respecto a las CCAA, y proponen que el Estado recupere competencias en materias clave como Educación, Sanidad, Justicia o Interior, eliminar policías y televisiones autonómicas, o ilegalizar partidos políticos independentistas. No parece probable que logren ninguna de estas cosas, porque el PP se opondrá con firmeza. Pero con que consigan que en Cataluña se vuelve a enseñan en español, a recuperar los delitos de sedición y malversación, a eliminar requisitos lingüísticos en las oposiciones, a lograr una tarjeta sanitaria única y una prueba de acceso a la universidad única, ya será bastante. Porque hay que recordar que el PP ha estado en el gobierno y nunca (salvo lo de sedición y malversación que se lo cargó Sánchez) ha logrado nada de eso.

De todas formas como casi siempre, el medio rural y la España vaciada son los grandes olvidados, y solo se acuerdan de ellos para que se pueda volver a cazar al lobo (PP y Vox) o para llevar allí inmigrantes y refugiados (PSOE). Cuando lo que siempre se está solicitando son infraestructuras para que la gente pueda elegir vivir allí y no se vea obligada a marcharse. Pero claro, eso cuesta dinero y no da muchos votos, así que seguimos en las mismas. Por eso partidos regionalistas o nacionalistas como Teruel Existe, el BNG o Coalición Canaria, están ahí, para conseguir para ellos algo por lo que los demás no pelean lo suficiente, y posiblemente consigan volver a obtener representación, sin descartar la entrada de otros que se presentan por primera vez como Soria Ya.

Claro que también hay otros como el Partido Regionalista de Cantabria o Foro Asturias que han renunciado a presentarse al tener difícil el sacar un diputado después de haber bajado en número de votos en las municipales, prefiriendo de esta forma ahorrar dinero, pues las campañas electorales cuestan bastante, sobre todo si no obtienes aquello a lo que aspiras.

Por su parte UPN volverá a presentarse en solitario tras fracasar las negociaciones con el PP para ir juntos en las elecciones, y de Bildu y el PNV se espera que logren un buen resultado, por encima de los 5 diputados cada uno, con lo que se asegurarían grupo propio en el Congreso.

En cuanto al independentismo catalán, hay mucha confusión. No existe una estrategia clara, y reina la división. Por una parte hay grupos que apuestan por la unilateralidad, como pueden ser la CUP, ciertos sectores de la ANC, o díscolos de Puigdemont como Clara Ponsatí; después hay partidarios de negociar con el gobierno español un referéndum, o un acuerdo político, pero que se están alejando de la unilateralidad, como pueden ser ERC, el PNC, o el PDCAT; y finalmente tenemos a los partidarios de Puigdemont que se reúnen en torno a Junts, que siguen una estrategia unilateral pero que básicamente lo que más les preocupa y en lo que focalizan su atención es en la situación de los "exiliados" y en reclamar una amnistía, pero que no se atreven a dar más pasos unilaterales, que es precisamente lo que les echan en cara los del primer grupo mencionado.


Así pues, lo más probable es que todos bajen en número de escaños. Por ejemplo se habla de que votantes de ERC pueden optar por el PSOE por miedo a un gobierno de Feijóo y Abascal. Precisamente ese es uno de los mensajes de Sánchez, que gracias a los indultos y a la eliminación del delito de sedición y la reforma del de malversación, ha conseguido rebajar el conflicto en Cataluña y desorientar a los independentistas, y que posiblemente un gobierno del PP y Vox consiga volverles a unir y que vuelvan a la unilateralidad.

Es posible que así sea, pero si sucede será porque los españoles han votado y han preferido eso a la solución de Sánchez de complacer y apaciguar, algo por lo que muchos no han tragado.

En la actualidad ERC tiene 13 diputados, y las encuestas le dan entre 8 y 10. Yo creo que seguramente estará entre 7 y 9. Por su parte, Junts tiene en la actualidad 8 escaños, y las encuestas pronostican que se quedará parecido, pero yo pienso que las divisiones teniendo al PDCAT en frente y a Ponsatí y sectores de la ANC enfrentados, les pasarán factura, y podría quedarse entre 6 y 8 escaños.

La CUP tiene actualmente dos diputados. Veremos si consiguen repetirlo, pero yo no descartaría que se quedasen fuera, porque el electorado independentista está bastante desmovilizado debido al impás de los últimos años.

Y el PDCAT que aspira a obtener representación tras la ruptura con Junts lo tiene difícil para entrar, porque como digo el espacio independentista está muy dividido, y posiblemente haya votantes de Junts o de la antigua CiU decepcionados con la radicalidad que puedan irse al PDCAT y por lo tanto debilitar a Junts. Pero de ahí a que consigan representación va un trecho. Si lo consiguen, será mínima, 1 o 2 diputados.


En resumen, se esperan unas elecciones reñidas, pero lo más normal sería que ganase el PP y que se tuviese que apoyar en Vox, ya que es con los únicos con los que puede llegar a 176 escaños. Es bastante improbable que el PSOE se abstenga o facilite el gobierno del PP, y prefiera obligarles a que se retraten con Vox, por muchas presiones que puedan recibir de los medios de comunicación, grandes empresas o incluso de la UE. Al no ser que haya una revuelta interna y caiga Sánchez, lo cual tampoco es descartable.

Pero en principio, la suma del PSOE más Sumar e independentistas se quedará por debajo de la del PP y Vox, y ante la previsible negativa del PSOE a facilitar las cosas, a Feijóo no le quedará otra que tratar de convencer a Vox para que facilite la investidura. Ahí habrá que ver si Vox exige entrar en el gobierno o no, y si exige un acuerdo programático o no. Todo dependerá de la fuerza que tenga cada uno y del grado en que dependan uno del otro. Pero si no llegan a un acuerdo todo indica que volveríamos a una repetición electoral, algo no muy descabellado teniendo en cuenta los precedentes de 2015-2016 y 2019. En ese contexto que a priori nadie desea, posiblemente Vox saldría perjudicado, y la gente que le votó preferiría votar al PP para asegurarse de echar a Sánchez. O al menos ese sería el discurso del PP. Con lo que es bastante probable que Vox no venda demasiado cara su piel y acabe apoyando aunque sea tácitamente al PP con tal de echar a Sánchez y de no repetir las elecciones.

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