miércoles, 30 de agosto de 2023

Rubiales como síntoma de los problemas del fútbol español

 Luis Rubiales ha pasado de ser alguien conocido únicamente entre quienes seguíamos el fútbol, a ser conocido en toda España. Y no precisamente por algo bueno, sino por su negativa a dimitir y su cerrazón a aferrarse al cargo cuando todo el mundo le instaba a dimitir.

Después de que la selección española femenina de fútbol lograse un hecho histórico, alzarse con la copa del mundo, y en medio de la celebración, a Luis Rubiales, presidente de la federación española de fútbol, no se le ocurrió otra cosa que plantar un beso en la boca a una jugadora, al parecer sin su consentimiento. En un principio, él alegó que fue producto de la euforia, y que se había equivocado

Pero como las explicaciones no parecieron suficientes, y entre otras cosas se alegó que se había presionado a la jugadora para que quitase importancia al asunto o dijese que fue consentido, pues la bola fue creciendo. Cuando parecía que no le quedaba otra salida que dimitir, en una asamblea de la federación que había convocado sobre la marcha, y viendo que muchos de los asistentes a dicha asamblea (presidentes de clubes, de federaciones territoriales, árbitros, representantes de jugadores, entrenadores...) le habían ido retirando poco a poco su apoyo hasta ese momento incuestionable, Rubiales decidió ser Rubiales, y enrocarse en el cargo acusando a los medios de cometer un "asesinato" contra su persona, y diciendo que el beso fue consentido. Su madre ha salido en su apoyo y se ha puesto en huelga de hambre encerrándose en una iglesia.


Rubiales ya tiene varias denuncias, y la FIFA decidió intervenir apartándole del cargo durante 90 días, pues el asunto traspasó las fronteras nacionales para convertirse en noticia internacional. El gobierno español poco puede hacer, pues para retirarle del cargo debe suspenderle el Tribunal Administrativo Deportivo (TAD), probando que cometió una falta muy grave, y aún está pendiente de que emita la resolución.

En cualquier caso, a nadie se le escapa que una persona con un mínimo de decencia, habría agachado la cabeza, habría entonado el mea culpa, y habría salido por la puerta intentando hacer el mínimo ruido posible. Pero esa persona no es Rubiales. A Rubiales le gusta el ruido y la polémica. Es su hábitat natural. Y es que esta última polémica, que sin duda alguna debería haberle hecho dimitir, porque aparte de la acción que cometió, muy grave se mire como se mire si efectivamente no hubo consentimiento, entre otras cosas ha empañado un triunfo histórico de la selección femenina de fútbol, no ha sido por desgracia la única polémica de este personaje, ni mucho menos.

La real federación española de fútbol, RFEF para acortar, ha estado envuelta en polémicas durante mucho tiempo. El predecesor de Rubiales fue Ángel Villar, quien estuvo en el cargo nada más y nada menos que cerca de 30 años, de 1988 a 2017, cuando no se fue por su propia voluntad, sino que fue suspendido por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y posteriormente destituido por el TAD tras ser detenido por la Guardia Civil en medio de una investigación por irregularidades financieras por las que él y su entorno se habrían embolsado grandes cantidades de dinero mientras estaba en su cargo.


Durante el mandato de Villar en el cargo, se acuñó un nuevo término, "el Villarato", que venía a decir que había ayudas arbitrales a rivales del Real Madrid para que este no ganase. Durante años no hubo pruebas de esto, y se alegaba que era la excusa que ponían ciertos seguidores del Real Madrid para justificar sus derrotas.

Sin embargo, recientemente salió a la luz el caso Negreira, por el que se descubrió que el Barça había estado pagando durante muchos años ingentes cantidades de dinero al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros por unos supuestos informes. Lo que se sospecha es que ese dinero fuera para que influyese en la designación de árbitros para los partidos que pudiesen perjudicar al Real Madrid o beneficiar al Barça. Y si se comprueban las estadísticas del Barça en cuanto a expulsiones y penaltis antes de que comenzasen estos pagos y durante el periodo en el que se realizaron, quedan pocas dudas de que esto fue efectivamente así.


Claro que igual que con Rubiales, con Villar al mando hay que señalar lo obvio. Que había estómagos agradecidos que votaban una y otra vez por que Villar, y después Rubiales, siguiesen en el cargo. Que no fue hasta que las aguas bajaron demasiado turbias cuando empezaron a darles la espalda. Ahí tenemos por ejemplo las palabras amables de Del Bosque con Villar cuando este fue detenido. O de Luis Enrique con Rubiales en plena polémica.

Es decir, Villar y Rubiales no estaban solos. Tenían a gente que les apoyaban. Y eso si cabe es más grave incluso que el comportamiento de Villar y Rubiales. Hubo honrosas excepciones, como cuando Iker Casillas amagó con postularse para el cargo de presidente de la RFEF y competir por el puesto haciendo frente a Rubiales, aunque ante la falta de apoyos finalmente no se presentó.


(Cartel promocional de la candidatura de Iker Casillas para presidir la RFEF en 2020).


¿Y de dónde procede Rubiales? ¿Cómo accedió al cargo tras la destitución de Villar? Bien. Rubiales tras ser jugador fue presidente de la AFE (asociación de futbolistas españoles), y luchó por los derechos de los futbolistas, especialmente de los más humildes, quienes en muchas ocasiones tenían muchos salarios mensuales atrasados y jugaban sin cobrar. La AFE, presidida por Rubiales, incluso llegó a convocar huelgas de futbolistas, contando con el apoyo de futbolistas de primer nivel como Xavi, Piqué, Iniesta, Ramos o Casillas.

Pero es que además, tras dejar Rubiales el cargo de la AFE, quien le sucedió en el cargo también se ha visto envuelto en polémicas, y se ha creado una asociación alternativa e incluso hubo un amago de Fernando Morientes para acceder al cargo y tratar de dar un poco de luz a la asociación, aunque finalmente, al igual que el amago de Casillas en la RFEF, acabó naufragando.

Es decir, Rubiales, a priori, partía como alguien luchador, que venía como savia nueva a renovar la RFEF. Pero nada más lejos de la realidad. Al poco de llegar al cargo, comenzaron a sucederse las polémicas. Se le achaca un sueldo monstruoso que da vergüenza ajena a los ojos de cualquier español, pues cobra a cargo de la RFEF (o cobraba, pues ya le han retirado el sueldo), unos 600.000 euros al año. No estamos hablando de un jugador de fútbol, que ya sabemos qué sueldos tienen, o de un entrenador, sino de un cargo público, pues al fin y al cabo la RFEF es un organismo que depende del CSD. Rubiales cobraba más que el presidente de gobierno, por poner un ejemplo. A mí desde luego me parece escandaloso.

Pero no es lo único. Oh no. También se le achaca que realizó viajes privados a costa de la federación, que reformó su piso a costa de la federación, o que celebró fiestas también a costa de la federación. Es decir, que no se pagaba todo ello de su propio bolsillo, o de su sueldo, sino que pasaba los costes a la federación.


Todo eso puede parecer peccata minuta. Pero hay más. Junto con Gerard Piqué, dueño de la empresa Kosmos, pactó con Arabia Saudí llevar la Supercopa de España, una competición organizada por la RFEF, a este país, a cambio de unos cuantos millones para la federación...y también para Piqué y Rubiales. El asunto ya está en los juzgados.

Por no hablar de polémicas deportivas como cuando decidió destituir a Lopetegui del cargo de seleccionador dos días antes de comenzar el mundial de fútbol de 2018 al enterarse de que este había fichado por el Real Madrid y que se incorporaría al finalizar el Mundial. Aquí puede que haya quien entienda que Rubiales actuó bien y Lopetegui mal. Sin embargo deportivamente, se mire como se mire, no es buena idea en absoluto cambiar a un seleccionador a dos días de comenzar el mundial, tal y como se comprobó. Por muchas razones que pudiera tener, debería haber optado por el mal menor.

Y en el fútbol femenino también tuvo polémica, pues respaldó sin fisuras al seleccionador, Vilda, después de que 15 jugadoras se rebelasen y dijesen que no volverían más a la selección mientras siguiese en el cargo acusándole de falta de profesionalidad. Vilda consiguió mantenerse en el cargo gracias al apoyo de Rubiales, e incluso ganar el mundial, pero ahora su puesto está cuestionado precisamente por sus vínculos con Rubiales y sus aplausos cuando anunció que no iba a dimitir, como De la Fuente en el masculino.

Las jugadoras han dado un paso adelante, y uniéndose a las 15 rebeldes y a ex jugadoras, han dicho que no volverán a la selección mientras Rubiales y Vilda sigan en el puesto. Ojalá los integrantes de la selección masculina hiciesen algo parecido para que la presión a Rubiales fuese mayor. Alguno lo ha hecho, como Borja Iglesias, pero no deja de ser una excepción a la gran mayoría que ha guardado silencio o que como mucho se ha pronunciado pero sin ir más allá.

Uno de los escándalos más sonoros de Rubiales fue que se descubrió que había estado grabando conversaciones privadas al más puro estilo Villarejo, incluso con miembros del gobierno, supuestamente para protegerse.

Todo esto creo que da una idea del personaje ante el que estamos. ¿Y cómo es que no le han cesado antes con todos los escándalos que tenía? Aparte de los estómagos agradecidos mencionados anteriormente, cabría citar que el hecho de que España quiera organizar el mundial de fútbol 2030 junto con Portugal y Marruecos, es un aliciente para mantenerle en el cargo, ya que fue él quien lo impulsó. 

Pero sobre todo porque tiene una guerra abierta con Javier Tebas, presidente de la liga de fútbol profesional. La liga, a diferencia de la RFEF, es una entidad privada, compuesta por los clubes de primera y segunda división, quienes eligen al presidente de la liga.

Pues bien, Tebas tiene diferencias sustanciales con Rubiales en muchas cuestiones. Por ejemplo en los derechos televisivos, una de las mayores preocupaciones de los clubes ya que es una de sus mayores fuentes de ingresos. Tebas quiere que la liga se vea en otros países como China o EEUU, para lo que ha llegado a proponer que haya determinados partidos que se jueguen en EEUU, o partidos que se jueguen los viernes, los lunes o los domingos por la mañana, con el fin de que todos los partidos puedan ser televisados en diferente horario y aumentar así los ingresos.

Esto va en contra de los intereses de la afición y de los propios futbolistas, que tendrían que viajar miles de kilómetros para jugar un partido de su propia liga. Y Rubiales se posiciona en contra de estos planteamientos, como por otra parte resulta lógico.


Por no hablar de las posiciones políticas de Tebas, cercanas a las de Vox o Le Pen como él mismo ha reconocido, y que le diferencian también de Rubiales, próximo al PSOE.

Resumiendo. Que la polémica del beso de Rubiales es únicamente la última. Previamente a esta ha habido muchas otras. La Supercopa, el Villarato, el caso Negreira, el espionaje de Rubiales, la rebelión del fútbol femenino contra Vilda, la guerra con Tebas, los problemas en la AFE, los viajes privados, fiestas, sueldo y reforma del piso a cargo de la federación, los desvíos de fondos de Villar...Los problemas en el fútbol español son innumerables. 

Ojalá destituyan a Rubiales y entre Casillas al cargo y ponga un poco de cordura en todo esto. Porque falta hace ya.

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