lunes, 11 de febrero de 2019

Gobierno de Sánchez, auge de Vox, y situación en Venezuela

Hace alrededor de 8 meses escribí acerca del gobierno de Sánchez y las posibles medidas que podía tomar. Ahora parece que estamos llegando a sus últimos días, y la verdad es que poco se ha avanzado.
A la dimisión ya comentada del ministro Màxim Huerta, se le unió la de Carmen Montón por plagio en su trabajo fin de Máster. Se extendió asimismo la duda sobre el propio Pedro Sánchez por su tesis doctoral, hasta que finalmente aceptó hacerla accesibe digitalmente, y se comprobó que no había plagio suficiente como para dimitir. De todos modos es increíble que algunos de los que más acusan a Sánchez y Montón sean los del PP cuando tienen los casos Máster de Cifuentes y Casado, que por mucho que el Supremo no haya querido entrar, todos sabemos lo que hubo ahí.

También estuvieron en la cuerda floja Pedro Duque, Josep Borrel, y Dolores Delgado. El primero por un caso de pago de impuestos que recuerda al de Monedero o más recientemente al de Pepu Hernández, candidato del PSOE para Madrid. Sin embargo parece que Duque lo ha sorteado bastante bien.
Borrel tuvo el caso de una venta controvertida de acciones, y Delgado las conversaciones grabadas con Villarejo, que la situaban al borde de la ley junto a Baltasar Garzón.
Sin embargo, parece que con la dimisión de Montón se cubrió el cupo y ya no dimitió nadie más pese a que fueron saliendo cosas. Tanto con que era un Consejo de Ministros muy preparado y muy feminista, y resulta que sus componentes han resultado como los de cualquier otro gobierno.


(De izquierda a derecha: Borrell, Huerta, Montón y Delgado. Foto: 20 minutos)

Aparte de las polémicas respecto a la ética de los ministros, lo cierto es que de política, poco se ha hecho. El gobierno no ha sido capaz de sacar adelante los presupuestos, principalmente porque los nacionalistas se niegan a apoyarlos si no hay referéndum. Como consecuencia, es bastante previsible que vayamos a un adelanto electoral.

Seguramente lo más sensato hubiese sido que Sánchez renunciase a gobernar y que cuando fue investido presidente, hubiera convocado inmediatamente elecciones. Creo que a él y a su partido les habría ido mejor de lo que les va a ir ahora. Pero le pudo la ambición y el deseo de tomar medidas sociales para ganar puntos, que chocaron con la realidad de tener 84 diputados y negociar todo con unos partidos a los que no les importa nada lo que pase en España, y mucho lo que pase en Cataluña.

Y eso que ha habido bastantes gestos, como el acercamiento de los presos a Cataluña, la decisión de la abogacía del Estado de no acusar de rebelión a los líderes del procés, la esperpéntica figura del relator en las negociaciones, el incremento de la inversión en Cataluña a costa de otras Comunidades...etc.

Sin embargo, los nacionalistas son insaciables. Sobre todo los que huyeron a Waterloo para evitar enfrentarse a una condena de prisión alta por las decisiones que tomaron, pues no tienen nada que perder. En cambio los que se quedaron como Junqueras, parece que están en una vía más posibilista, pero son engullidos por los radicales de la CUP y la Crida.


(En esta imagen (hacer clic para agrandar) se puede apreciar la diferencia de penas que se solicitan al incluir o no el delito de rebelión por parte de la fiscalía y de la abogacía del Estado).

Por otro lado, tenemos el auge de Vox. Algunos quieren explicarlo con la inmigración o incluso con la caza (en Andalucía hay muchos cazadores, y no sentaron nada bien las declaraciones en contra de esta actividad por la ministra Ribera), pero lo cierto es que principalmente se debe a la situación en Cataluña, al hartazgo con las diferencias en las CCAA, y al discurso feminista. 

No es casualidad que cuando tuvieron que negociar, hicieran hincapié en este último tema. La custodia compartida, la sensación de que la violencia contra las mujeres importa más que la violencia contra niños, ancianos u hombres en el seno del hogar, las denuncias falsas, las cuotas...todo ello son ingredientes que mezclados hace que mucha gente se harte, y sobre todo el no poder decir lo que se piensa por miedo a que lo tachen a uno de facha, misógino, machista, o similar.
Por ello, al ver a un partido como Vox que no le tiembla el pulso al hablar de forma diferente, mucha gente se ve representada.

Abascal ataca también al PP, en especial con el tema de las CCAA. Y es que al PP le van muy bien las CCAA para su reparto de poder territorial. Por ejemplo, recientemente Feijóo reclamaba más financiación para Galicia. Además, cuando el PP ha gobernado en España, nunca ha solucionado el problema de la inmersión lingüística en Cataluña. Y estas diferencias entre CCAA y la política del PP respecto a ellas es algo que los votantes también ven, así como lo que propone Vox al respecto.

Y por supuesto el tema estelar de Cataluña. A mucha gente le gusta lo que defiende Vox sin complejos, una aplicación del artículo 155 mucho más dura que la que hizo Rajoy.
Todo esto hace que Vox haya aumentado mucho su base de votantes. Eso, y una campaña de comunicación bien diseñada apoyada por Bannon, que fue jefe de campaña electoral con Trump.



(Este vídeo de campaña de Vox en Andalucía fue muy comentado. Abascal aparece a caballo con música del Señor de los Anillos. Si consigues que hablen de ti, aunque sea mal, ya tienes medio camino hecho).

Además hay que tener en cuenta el descalabro de Podemos. Un partido totalmente dividido, donde lo último ha sido que Errejón ha decidido ir por su lado con Carmena. Después de unas palabras muy duras del núcleo duro de Iglesias (Monedero, Echenique, Verstrynge y Montero), han tenido que aceptar que competir contra Errejón era una temeridad, máxime cuando Espinar, antaño afín a Iglesias, dimitió tras oponerse al plan de Iglesias.

De todos modos la crisis no es reciente. Viene de bastante atrás. Las peleas en Madrid entre los más radicales (Ganemos, IU, anticapitalistas y pablistas) contra los más moderados (afines a Carmena y Errejón, como Rita Maestre y Tania Sánchez) comenzaron desde el minuto 0, y es algo que se reproduce en los demás lugares de la geografía española. Por no hablar de las peleas internas en IU, donde todos los que no encajan con Garzón se están yendo, como Llamazares o Grosske. O de los líos que tienen en Marea (Galicia), Navarra, o Cantabria, con sectores de podemos y confluencias enfrentados entre ellos. Estas peleas internas lastran mucho a Unidos Podemos. Ya en Andalucía les superó Ciudadanos, y cuando haya elecciones parece bastante evidente que se van a quedar por detrás de este partido y puede que pierdan sus feudos en Madrid y otras ciudades al sumar mayoría las derechas.


(Arriba, los aun afines a Iglesias: Echenique, Montero y Mayoral. Abajo, los que se han ido apartando: Errejón, Alegre y Bescansa. Foto: ok diario).

De este modo, según las encuestas, al más que probable descalabro electoral del PSOE por la factura catalana, y al desplome de Podemos por sus líos internos y su desconexión con la sociedad, se le unirá el auge de Vox por las razones antes expuestas. Aunque el PP se desangrará por ambos costados perdiendo votos por la derecha para Vox y por el centro para Ciudadanos, creo que lo conseguirá camuflar al igual que ha hecho en Andalucía, pues es bastante probable que la suma PP+C's+Vox alcance la mayoría cuando sean las elecciones, que todo parece indicar que serán este año.

Claro que las encuestas solo son encuestas. Pero sirven para ver la tendencia, siempre que sean más o menos creíbles, y no como han hecho con el CIS, que antes era un organismo respetable, al que se valoraba por el tamaño de la muestra en las encuestas, y que si bien se le criticaba porque tardaba en ver cambios en el electorado o los minusvaloraba, ahora ha perdido totalmente el respeto que antes aún tenía. Todo se debe al nuevo director, Félix Tezanos, del PSOE, que ha impuesto una metodología diferente a la hora de realizar encuestas y que curiosamente dejan al PSOE en primer lugar con una diferencia abismal respecto a los demás, sin que ninguna empresa que esté en el sector tenga unas cifras siquiera parecidas. Esto hace que para ver datos fiables ya no se pueda acudir al CIS, con el desprestigio que esto supone para el organismo.

(Foto: Tabarnews).


Volviendo a la política que ha llevado a cabo el gobierno, si por algún casual los partidos independentistas decidiesen aprobar los presupuestos que el PSOE pactó con Podemos, y estos se aplicasen, podríamos encontrarnos con una limitación al precio del alquiler, que viene siendo muy necesario dada la burbuja especulativa que se ha creado a su alrededor, y que va muy en línea con la precariedad laboral y los sueldos bajos. También entraría en vigor la ampliación del permiso de paternidad a 8 semanas.

Pero como estamos sin presupuestos, solo han podido subir el salario mínimo a 900 euros mensuales vía decreto. Hay muchas críticas a esta subida diciendo que va a destruir empleo. Eso lo único que demuestra es el nivel de precariedad más absoluto que se vivía en este país, en el que había muchas empresas pagando sueldos inferiores a 900 euros mensuales. Luego dicen que en España el índice de natalidad es muy bajo. ¿Cómo va a subir con salarios de miseria que no permiten a la gente ahorrar ni mucho menos hipotecarse para comprar un piso?
Si por algunos fuese, no habría salario mínimo, y así las empresas podrían pagar a alguien 100 euros al mes, o directamente no pagarle y que fuese el empleado el que tuviese que pagar a la empresa por trabajar, porque así conseguiría experiencia para poner en el currículum. Hay quienes son insaciables, y desde el poder se les debe poner coto. Y una forma para ello es el salario mínimo, que debe ser digno y permitir una vida decente a los trabajadores. No legalizar la esclavitud.

Otra medida que sí que han podido llevar a cabo ha sido el incremento de las pensiones, dejando atrás el famoso 0,25% implantado por el PP que indignó a muchos jubilados y les hizo salir a las calles. Aún a día de hoy siguen protestando, y con razón, pues aunque ahora el incremento no sea tan ridículo, lo cierto es que el importe de la pensión mínima debería subir al menos hasta alcanzar una cantidad digna.

(En el País Vasco las movilizaciones por las pensiones fueron masivas. Foto: euronews).


Ya mencioné en su día también el tema del aquarius. Desde entonces se han dado cuenta de que en la UE no hay voluntad real para solucionar el problema y que cada uno va por su lado, con lo que el gobierno español ya no acepta tan fácilmente el desembarco de inmigrantes.

Otras 2 propuestas estrellas como recuperar la sanidad y la justicia universal, siguen en el limbo. Si bien la primera fue aprobada, aún no está del todo implementada. Y respecto a la segunda, parece que no se va a llegar a las expectativas generadas. 

La reforma de la ley electoral para acabar con el voto rogado y que los españoles que viven en el extranjero puedan participar de forma más sencilla en las elecciones, tampoco acaba de llegar por las trabas del PP.

Lo que sí cambió de forma bastante estrambótica fue TVE. En una votación rocambolesca, el consejo de administración pactado con podemos no salió elegido por apenas 2 votos, con lo que tuvieron que nombrar a un administrador provisional. La sensación, bastante general, es que se ha pasado de una TVE del gobierno del PP, a una televisión del gobierno del PSOE, cuando el objetivo debería haber sido lograr una televisión independiente y profesional.

Algunas leyes polémicas como la LOMCE, la reforma laboral, o la ley mordaza, siguen en vías de reforma. Por otro lado, se ha acercado a algunos presos de ETA cumpliendo con la ley penitenciaria, y se espera que se siga por el mismo camino.

Una de las medidas estrellas ha sido el intento de sacar a Franco del Valle de los Caídos, pero no contaban con que si le sacan de un sitio, la familia le meterá en otro, y el problema de apología del franquismo el 20-N no desaparecerá, sino que mudará de sitio. Cuanto mejor habría sido dejarle donde está, y reformar el Valle para convertirlo en un museo, con paneles y audioguías que explicasen lo que fue la guerra civil, el franquismo, la represión, la construcción del Valle, y la historia de las personas que están enterradas en él.


(Tumba de Franco en el Valle de los Caídos. Foto: rtve).


Al final, tras 8 meses de gobierno de Sánchez, lo que tenemos es mucho ruido y pocas nueces. Muchas promesas de cambio, y pocos resultados.


En política exterior, la agenda ha estado marcada por el Brexit y Venezuela. Hubo bastante polémica con el caso de Gibraltar. Finalmente parece que España sí que tendrá algo que decir respecto a la futura situación del peñón tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Y en cuanto a Venezuela, las prisas de algunos por reconocer a Guaidó presionaron a la UE para hacer lo propio. Pero como todo en la UE se tiene que hacer por consenso, una vez más no se hizo nada y se dejó la responsabilidad de reconocer o no a Guaidó a los Estados. Algunos como Italia o Grecia no lo han hecho, y otros como España o Portugal sí.

El reconocer a Guaidó puede ser peligroso en el sentido de que no controla ni un milímetro de territorio venezolano. Cuando ha habido conflictos en otros países y se ha reconocido a un gobierno paralelo, como en Libia, o se han cerrado embajadas y cortado relaciones, como con Assad, siempre había algún grupo que controlaba parte del territorio en el país en cuestión y era al que se le concedía la legitimidad.

Pero aquí es diferente. Guaidó se auto-proclamó presidente sin poseer dominio territorial, ni contar con apoyo del ejército. Si todavía no le han arrestado es porque están esperando a ver si se calman las cosas y avanza la negociación planteada por México y Uruguay a la que se ha medio sumado la UE.

(Tabaré Vázquez, presidente de Uruguay, y Federica Mogherini, Alta Representante de la UE para asuntos exteriores, en la conferencia celebrada en Uruguay por el grupo internacional de contacto por Venezuela. Foto: infobae).

Hay muchos que cuestionan la legitimidad de Guaidó para proclamarse presidente y dicen que es un golpe de Estado. También hay muchos otros que dicen que Maduro es un dictador y un presidente fraudulento.

Tal vez ambos tengan algo de razón. Maduro nunca aceptó la derrota en las elecciones legislativas, y se sacó de la manga una Asamblea Constituyente elegida de forma bastante anti-democrática, como ya expliqué en su día. Por ello, cuando llegaron las elecciones presidenciales, la oposición decidió boicotearlas, y ahora ha hecho lo que hizo Maduro con el Parlamento al convocar la Asamblea Constituyente: No reconocerle como presidente y sí en cambio a Guaidó. Es decir, que ahora tenemos 2 parlamentos y 2 presidentes. Los parlamentos no se reconocen entre ellos, los presidentes tampoco, y cada presidente solo reconoce a un parlamento.

Un lío que se podría haber evitado si el diálogo impulsado por Zapatero hubiese llegado a buen puerto. Ahora Maduro ha pedido ayuda al Papa, y este ha dicho que está dispuesto si la otra parte también lo solicita. El problema es que hay mucha desconfianza entre ambas partes. La oposición acusa a Maduro de negociar para luego no cumplir nada de lo que promete. Y Maduro les acusa de escoger la vía de la confrontación.



(Los impulsores del anterior diálogo. De derecha a izquierda, el ex-presidente Zapatero (España), monseñor Tscherrig (Vaticano), Leonel Fernández (ex-presidente de la República Dominicana), y Martín Torrijos (ex-presidente de Panamá). Foto: El Español).

Desde luego lo mejor que le puede pasar ahora mismo a Venezuela es que la negociación planteada por Uruguay y México avance. Porque si no corre el riesgo de dirigirse a un enfrentamiento civil.

En cualquier caso, lo que está claro es que el PP y Ciudadanos han utilizado y utilizan a Venezuela como arma electoral. Estuvieron presionando día sí y día también para que Sánchez reconociese de forma inmediata a Guaidó, sin esperar a ver si era posible una posición común de la Unión Europea.

Es curioso que se preocupen tanto por los derechos humanos en Venezuela. ¿Por qué no presionan tanto para que se deje de reconocer a los gobernantes de China, Arabia Saudí, Irán, Corea del Norte, Nicaragua, Egipto o Sudán, por ejemplo? Porque anda que esos países no incumplen los derechos humanos. 100.000 veces más que Maduro. Y en esos países la oposición está reprimida de forma indiscriminada, encarcelada, asesinada, exiliada, recluida en campos de concentración o condenada a la pena capital. 

Sin embargo, no veo a Rivera ni a Casado levantar la voz porque Sánchez se reúna con el presidente de China. Ni porque España venda armas a Arabia Saudí.
Claro, como tenemos acuerdos económicos y comerciales muy importantes con ellos, es mejor no decir nada. En cambio de Venezuela se habla constantemente. Ya les gustaría a los encarcelados en China, Egipto, Nicaragua, Corea del Norte o Arabia Saudí, que se presionase tanto para que los demás países dejasen de reconocer a esos gobiernos dictatoriales.



(En este vídeo se narra en inglés de forma resumida lo que ha sucedido recientemente en Sudán, donde las protestas contra el régimen dictatorial y la represión que las siguen recuerdan a lo que sucedió en Libia o Siria).

Mucha hipocresía. También por la otra parte. Por los que dicen que es una vergüenza el juicio del procés, que en España no hay democracia, que eso no fue un golpe, pero que ahora a lo de Guaidó sí que lo llaman golpe.

Aquí tengo que romper una lanza en favor del gobierno de Canadá. El primer ministro de ese país, Justin Trudeau, sí que mantiene una posición coherente respecto a los derechos humanos en el mundo. Ha reconocido a Guaidó como presidente, pero no le ha temblado el pulso para acoger a Rafah Mohammed Al Qunun, una joven saudí que huyó de su país tras rechazar un matrimonio forzado y apostatar del Islam.

Tampoco se ha achicado ante China después de que esta reaccionase con el arresto de varias personas canadienses en represalia por la detención en Canadá de Meng Wangzhou, hija del líder de Huawei, compañía de telefonía móvil china, de las más importantes del mundo. Oficialmente se acusa a Huawei de violar las sanciones a Irán, pero parece que realmente lo que está detrás es una guerra tecnológica de espionaje a través de los teléfonos móviles. 

El gobierno canadiense se ha mantenido firme pese a estas represalias y no ha liberado a Wangzhou. Muy diferente de lo que hizo el PP cuando China le exigió que anulase la ley de justicia universal pues podía perjudicarle.
Además, Canadá es ejemplo en el mundo en cuanto a la acogida de refugiados.

Ojalá hubiese más presidentes y líderes políticos como Trudeau, que defienden los derechos humanos en todo el mundo, y no solo allí donde les interesa.

(Trudeau recibiendo a refugiados sirios en diciembre de 2015 en Toronto).


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