sábado, 4 de febrero de 2023

Marruecos, España y el Sáhara: Una relación compleja

Hace bastantes años escribí una entrada en este blog sobre la cuestión del Sáhara con motivo de la protesta que estaba llevando a cabo la activista Aminatou Haidar, pero me he dado cuenta de que el tema es lo suficientemente complejo como para realizar otra entrada más detallada y que analice más a fondo la problemática respecto a este territorio, teniendo en cuenta de forma más amplia las relaciones históricas entre Marruecos y España.
Para ello, en vez de remontarnos tan solo a 1975, lo haremos a varios siglos atrás, y englobando a la totalidad de Marruecos, para hablar también de las islas Canarias, de Ceuta y de Melilla.


Marruecos, como todos los países del Mediterráneo, estuvo bajo el dominio de diferentes pueblos o imperios (fenicios, romanos, visigodos, bizantinos, árabes...). Sin embargo, durante el domino árabe, había varias tribus y dinastías que se disputaban el poder (almorávides (1040-1147), almohades (1147-1269), benimerines (1244-1465), watasíes (1472-1549), y saadíes (1554-1659)), y no fue hasta bien entrado el siglo XVII cuando la dinastía alauí, la actual, se logró hacer con el poder y unificar el reino (1666). 

Es a partir de entonces y no antes cuando podemos hablar de Marruecos como tal, como país, Estado o reino. Antes de esa fecha ese concepto no existía, estando el territorio, como digo, dividido en varios reinos o territorios, que estaban en disputa entre ellos. En ocasiones el dominio de estas dinastías podía ocupar la totalidad de lo que hoy conocemos como Marruecos más parte de Argelia, Mauritania o España, y en otras, menos territorio, según la influencia y las campañas militares del momento.

Es importante destacar que estas dinastías no obedecen simplemente a un cambio de sultanes entre diferentes familias, sino que una dinastía se hacía con el poder luchando contra la que lo ostentaba en ese momento, que solía ser de una tribu diferente asentada en un determinado territorio de lo que hoy conocemos como Marruecos.


Pues bien, resulta que una vez bien avanzada la reconquista, ya en el siglo XV, Castilla y Portugal comenzaron a lanzar expediciones al norte de África. Las que han perdurado hasta hoy en día fueron la conquista de Ceuta en 1415 por parte del infante Enrique el Navegante, de la Corona de Portugal, y la de Melilla en 1497 por parte de Pedro de Estopiñán para la Corona de Castilla. Posteriormente, tras la secesión de Portugal respecto a Castilla en 1640, la ciudad de Ceuta optó por permanecer leal a Castilla y se incorporó a esta Corona.


(Azulejos que representan la toma de Ceuta por Enrique el Navegante, presentes en la estación Sao Bento en Oporto, pintados en 1916 por el artista portugués Jorge Colaço), 

Además de estas dos ciudades, España sigue conservando algunos islotes pequeños cerca de Marruecos, como es el caso del Peñón de Vélez de la Gomera, conquistado en 1508, perdido en 1522, y recuperado en 1564. En el año 2012 se produjo un incidente cuando siete activistas marroquíes ocuparon el islote portando banderas de Marruecos como forma de reclamar la soberanía marroquí sobre el mismo. Cuatro de ellos fueron detenidos por el ejército español, y tres lograron escapar.

Este incidente recuerda al sucedido con la Isla del Perejil en 2002. Tras la conquista de Ceuta, la Isla del Perejil pasó también a ser considerada portuguesa dada su proximidad geográfica a la ciudad (así se recogió en el Tratado con el Reino de Fez). Cuando Ceuta pasó a ser leal a España, se dio por hecho que sucedía lo mismo con la Isla del Perejil.
Sin embargo ya en el siglo XX Marruecos comenzó a protestar. Tras la independencia de este país, España abandonó el islote, y en 1963 se llegó a un acuerdo para que ninguno de los dos países lo ocupase. 

No obstante, el 12 de julio de 2002, 12 infantes de la marina marroquí pasaron a ocupar el islote y a plantar banderas marroquíes. Se alega que Marruecos pudo haber realizado este acto para mostrar su descontento con la política española, gobernada en aquel entonces por Aznar, quien había apoyado el censo de saharauis realizado por la ONU para el referéndum de autodeterminación (a lo que me referiré posteriormente de forma más amplia), así como a desavenencias en acuerdos pesqueros para que barcos españoles pudiesen faenar en aguas marroquíes
Tras varios días de advertencia, finalmente el día 17 el ejército español pasó a ocupar el islote a fin de desalojar a sus ocupantes, y posteriormente se volvió a la situación anterior. En este vídeo el que fuera por aquel entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, relata cómo se sucedieron los acontecimientos respecto a ese asunto:



Hubo otros territorios en el norte de África que fueron conquistados por los castellanos o los portugueses, conocidas como "plazas fuertes de África", pero décadas o siglos después, acabaron abandonándolas o perdiéndolas en favor de tribus árabes o bereberes. En el caso de Portugal fueron:

Alcazarseguir, en el actual Marruecos (1458-1549);
Safí en el actual Marruecos (1488-1541);
Agadir, en el actual Marruecos (1500-1526);
Mogador, en el actual Marruecos (1506-1525);
Azamor en el actual Marruecos ( (1513-1541).
Magazán en el actual Marruecos (1513-1769);
Anafer, la actual Casablanca (1515-1755);

Tánger por su parte fue conquistada por la Corona de Portugal en 1471. Este país decidió ceder esta ciudad a Inglaterra en 1661. Inglaterra se retiraría de Tánger en 1684 debido a las presiones militares del Sultán de Marruecos para hacerse con la ciudad.

En el caso de Arcila, la conquistó Portugal en 1471 para abandonarla en 1550 y volverla a ocupar en 1571. Tras perderla en 1589 España la volvió a ocupar hasta que la volvió a perder en 1691. De 1912 a 1956 volvería a estar en manos españolas.

Respecto a La Mamora, fue ocupada por un período breve por parte de Portugal (1513-1515), y un siglo después por España (1614-1681).

Algo parecido sucedió con Larache, que fue tomada por Portugal en 1471 pero que la abandonaron rápidamente. España se hizo con el territorio en 1610 tras ser entregada por el sultán de aquel momento a cambio de que le ayudasen a recuperar su trono. La mantuvo en su poder hasta 1689.


Mientras que en el caso de España, los territorios que conquistó inicialmente en el norte de África aparte de los ya mencionados previamente, fueron:

Caraza en el actual Marruecos (España 1505-1532);
Peñón de Argel, en la actual Argelia (España 1510-1529);
Bugía, en la actual Argelia (España 1510-1555);
Trípoli, en la actual Libia (España 1510-1530);
Bizerta, en el actual Túnez (España 1535-1573);
La Goleta, en la actual Túnez (España 1535-1574);
Susa, en el actual Túnez (España 1537-1574);

Por su parte, Orán y Mazalquivir (en la actual Argelia) fueron conquistada por España en 1505, y continuaron en su poder hasta 1708, aunque las recuperó en 1732 hasta que en 1792 el rey Carlos IV decidió venderlas al gobernador del Imperio Otomano de Argel. Posteriormente pasarían a ser parte de Francia hasta la independencia de Argelia.


Respecto a las Islas Alhucemas, fueron otorgadas a España en 1560 por el sultán saadí del momento, a cambio de protección frente a los otomanos, y siguen siendo españolas a día de hoy.

Finalmente, también pertenecen a España a día de hoy las Islas Chafarinas, que fueron tomadas en 1848 como forma de adelantarse a los franceses que tenían en mente ocuparlas.


De este modo, vemos que si bien fueron numerosas las ciudades en territorio marroquí y de la zona del Magreb que estuvieron en manos de Castilla o de Portugal, hasta nuestros días solo han llegado Ceuta y Melilla más algunos islotes, pese a que estas ciudades sufrieron varios intentos de toma de ciudad por parte del sultanato de Marruecos y de Inglaterra y Holanda. 

En el caso de Ceuta, llegó a estar asediada más de 30 años seguidos (1694-1724), situación que volvió a repetirse en 1734, 1757 y 1790-1791. Melilla también fue sitiada en 1774.



Hay que tener en cuenta que todas estas incursiones de la Corona de Castilla y de Portugal en el norte de África no tenían únicamente una razón económica, comercial o territorial, que también, sino que además la tenían de seguridad, para frenar o contrarrestar los ataques de los piratas berberiscos que solían atacar a barcos europeos en el mediterráneo.

El caso de las Islas Canarias, si cabe, es más ridícula la aspiración marroquí sobre estas islas, ya que nunca estuvieron en su propiedad. Es más, los árabes ni siquiera llegaron a ellas, y cuando comenzó su conquista por parte de la Corona española, los habitantes originarios de las Islas Canarias eran politeístas.
Después de haber realizado varios contactos en el siglo XIV de índole comercial, económico y religioso, la conquista como tal comenzó en el siglo XV, llevada a cabo en etapas progresivas que abarcan de 1402 a 1496.

Algo parecido a todo esto sucedió en el territorio que hoy conocemos como el Sáhara, cuando en 1478 el conquistador Diego de Herrera levantó una fortaleza en Santa Cruz de la Mar Pequeña, en lo que hoy conocemos como el Sáhara Occidental. Permaneció bajo dominio español hasta 1527, fecha en la que fue abandonada.

Entre 1859 y 1860 tuvo lugar la conocida como Guerra de Marruecos, en la que España invadió Marruecos como represalia por los constantes ataques que sufrían las ciudades de Ceuta y Melilla. La guerra duró cuatro meses, durante los cuales España tomó Tetuán, venció en Tánger, y acabó con la firma de un tratado de paz, en el que entre otras cosas, se declaraba a Marruecos como responsable de la guerra, se le obligaba a pagar una indemnización (España se quedaría con Tetuán hasta que la indemnización fuese recibida) y a cesar en los ataques a Ceuta y Melilla, a reconocer la soberanía española de las Islas Chafarinas, y a ceder a España el territorio de Santa Cruz de la Mar Pequeña.


(Las estatuas de los leones hoy presentes en el Congreso de los Diputados, fueron esculpidas con restos de los cañones capturados en aquella guerra).

Sin embargo, al ser un territorio que había sido parte de España hacía más de tres siglos, se alegó a que no se conocía con exactitud qué parte del territorio era, y se procedió a ceder en 1883 la provincia de Sidi Ifni, que estaba en realidad más al norte que el antiguo enclave español. Durante esos años se realizaron varias expediciones y se llegaron a acuerdos con las tribus que habitaban el Sáhara para que reconociesen la soberanía española, aunque no pasó a formar parte de España como tal hasta 1934, momento en el que se formalizó su inclusión como una provincia más.

A modo de ejemplo, en 1884 se fundó la ciudad de Villa Cisneros, actual Dajla, dentro del territorio conocido como Río de Oro. En 1916 pasó a ocuparse Tarfaya, que se rebautizó como Villa Bens, dentro del territorio conocido como Cabo Juby. Y en 1920 se fundó La Güera. Además, dentro del Sahara español estaba el territorio conocido como Saguia el Hamra, que contaba con ciudades como Smara y El Aaiún, fundada por España en 1938. En cuanto a la ciudad de Sidi Ifni, fue fundada en 1934.

Es importante destacar que todos estos territorios del Sáhara vivían al margen del reino de Marruecos, que no tenía dominio sobre ellos, como así reconoció en un tratado del siglo XVIII, y que como se ha mencionado, la mayor parte de estas ciudades fueron fundadas por España.

Por otra parte, y en el contexto de la colonización de África por parte de potencias europeas como Reino Unido, Francia, Bélgica o Alemania, en 1912 se estableció el protectorado español sobre Marruecos, mediante el cual Marruecos quedaba dividido en una parte bajo influencia española y en otra bajo influencia francesa. A España le correspondió una zona del norte de Marruecos que unía Ceuta con Melilla, y una zona al sur que delimitaba con la colonia española en el Sáhara. 


(Hacer clic en la imagen para ampliar).

Es durante la ocupación paulatina de ese territorio que sucede el archiconocido desastre de Annual en 1921, en el que España perdió cerca de 11.500 militares a manos de los marroquíes, al subestimar al enemigo. Estas cifras que ya de por sí son exageradamente altas, cobran mayor relevancia puesto que cerca de la mitad fueron ejecutados después de haberse rendido.

El desastre militar tuvo consecuencias políticas en España, al sospecharse de la influencia del Rey Alfonso XIII en la mala toma de decisiones. Finalmente en 1923 el rey apoyó el golpe de Estado del general Primo de Rivera, quien en 1925 comandó el desembarco de Alhucemas poniendo fin a la guerra y estableciendo definitivamente el Protectorado Español en el norte de Marruecos. Señalar que ese desembarco fue innovador militarmente al realizarse con tanques y aviones de cobertura, y que fue estudiado por Eisenhower para el desembarco de Normandía en 1944. Además, el coronel Francisco Franco, que después daría el golpe de Estado en 1936, participó con éxito en dicha operación, siendo ascendido por ello a general de brigada.
Este éxito se debió en parte gracias al apoyo francés, quien aceptó colaborar dado que el sultán marroquí había atacado también al protectorado francés.



Finalmente, en marzo de 1956 Marruecos logró su independencia de Francia. Franco reconoció también la independencia de Marruecos un mes después, en lo que se refería al protectorado español en el norte del país. Sin embargo el reconocimiento de la independencia de la parte sur, referente a Caobo Juby, tardó dos años más, y no se concedió hasta 1958 después de una guerra de dos años. Por su parte, Ifni se incorporó a Marruecos en 1969.

Por cierto que en 1968 España había también otorgado la independencia a Guinea Ecuatorial, territorio que había adquirido mediante un tratado con Portugal en 1778. Esa independencia se produjo tras la votación en un referéndum de autodeterminación, que también servía como referéndum constitucional. El 64% de la población votó a favor.


Y es así como llegamos finalmente a 1975, año en el que muere Franco y que Marruecos aprovecha para lanzar la famosa Marcha Verde para ocupar el Sáhara. El ejército español se retira, permitiendo la ocupación. Sin embargo, muchos saharauis no estaban de acuerdo con esta ocupación, y ya hacía años que habían comenzado a organizarse para reclamar la independencia. Por ejemplo, el Frente Polisario se había creado en 1973 con el objetivo de lograr esta independencia. De hecho, es un acrónimo que quiere decir Frente por la liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, es decir, los dos territorios del Sáhara que seguían siendo españoles.



La Marcha Verde se fomentó en parte debido a que ya se estaba hablando de un referéndum de autodeterminación para la provincia española del Sáhara. De hecho, la propia ONU así lo había solicitado en 1970, y España lo aceptó en 1974, indicando que el referéndum se celebraría en 1975.

Ante esta maniobra, Marruecos había optado por preguntar a la Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de la ONU, acerca del estatus jurídico de la región del Sáhara, lo que bloqueó el referéndum hasta que la Corte se pronunció. Cuando lo hizo, el 16 de octubre de 1975, la respuesta fue un tanto ambigua, indicando que si bien había habido nexos entre Marruecos y Mauritania con las tribus que habitaban el Sáhara, en ningún momento se podía hablar de soberanía marroquí sobre ese territorio.

No obstante, el rey Hassan II reaccionó ante este dictamen convocando la Marcha Verde el 5 de noviembre, alentando a civiles a invadir la provincia española, lo que así hicieron el día siguiente. Hay que recordar que Franco estaba hospitalizado y que el aquel entonces príncipe Juan Carlos, era quien dirigía el país, y quien ordenó a las tropas españolas que se replegaran permitiendo el paso a los civiles marroquíes. El 14 de noviembre España firmó junto a Marruecos y Mauritania el acuerdo tripartito de Madrid, en el cual España accedía a abandonar el territorio dejando al frente del mismo a Marruecos y Mauritania, junto a la Asamblea General Saharaui, de la cual las partes se comprometían a respetar su opinión.

De hecho, el 10 de diciembre la ONU aprobó una resolución por la que se instaba a la celebración del referéndum. El 26 de febrero de 1976 España se retiró del territorio, y Marruecos y Mauritania pasaron a ocupar su parte. Marruecos alegó que la Yemáa (Asamblea General Saharaui) había optado por la unión a Marruecos. Sin embargo, el Frente Polisario alegó que la Yemáa había sido disuelta y que quien había participado en dicha votación era menos de la mitad de la Asamblea. Por tanto consideraba dicha votación ilegítima y respondió proclamando la RASD (República Árabe Saharaui Democrática).

(Escudo de armas de la RASD).

Hay que tener en cuenta que a día de hoy hay una serie de países que reconocen a la RASD como Estado soberano sobre el Sáhara, entre los que cabe citar en África a Argelia, Mauritania, Libia, Mali, Nigeria, Ghana, Etiopía, Kenia, Tanzania, Angola, Mozambique, Botswana, Namibia, o Sudáfrica. En Asia a Siria, Irán, Yemen, Vietnam, Laos, Camboya o Corea del Norte. Y en América, a México, Panamá, Cuba, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia o Uruguay.

Luego hay una serie de Estados que reconocieron a la RASD en su momento pero que a día de hoy tienen las relaciones diplomáticas congeladas, como es el caso del Chad, Zambia, Madagascar, Afganistán, India, Papúa Nueva Guinea, Costa Rica, Paraguay o Albania. 

La RASD no existe solo sobre el papel. Funciona realmente con un Estado, con gobierno, parlamento, ejército, medios de comunicación (canales de televisión, radio, periódicos)...etc.


El Frente Polisario mantuvo actividad armada contra Marruecos y Mauritania oponiéndose a la ocupación de estos de su territorio. Mauritania se retiró en 1979, cediendo su territorio al Frente Polisario. Sin embargo Marruecos no reconoció esta cesión y se apoderó del territorio. En los años 80 Marruecos comienza a construir un muro para frenar los ataques saharauis, dividiendo de esta forma el territorio del Sáhara. El Frente Polisario quedó al este del muro, en el territorio colindante con Argelia, donde solían refugiarse.


(En esta imagen (se puede hacer clic para ampliar) se puede comprobar como está actualmente distribuido el territorio del Sáhara. En amarillo, el territorio que a día de hoy está en manos del Frente Polisario. En naranja oscuro, al norte, se aprecia el territorio saharaui asegurado por Marruecos al construir el primer muro en junio de 1982 (línea amarilla). Después, en naranja claro, debajo del naranja oscuro, el territorio saharaui asegurado por Marruecos en enero de 1984 al construir el segundo muro (línea verde clara). Con el tercer muro (línea verde oscura), construido en mayo de 1984, se aseguraron el territorio representado en gris. Con el cuarto muro (línea naranja), construido en enero de 1985, se aseguraron el territorio representado en verde. Con el quinto muro (línea marrón), construido en septiembre de 1985, se aseguraron el territorio representado en morado. Y con el sexto muro (línea gris), construido en abril de 1987, se aseguraron el territorio representado en azul).


A finales de los años 80 comienzan las conversaciones de paz, llegándose a firmar un alto el fuego en 1991, vigilado por una misión de la ONU, responsable de organizar un referéndum de autodeterminación, el cual nunca llegará a realizarse debido a discrepancias en la elaboración del censo. De este modo, mientras el Frente Polisario mantenía que el censo debía ser el de 1974 cuando España acordó celebrar un referéndum, Marruecos quería que en el censo se incluyese a los actuales pobladores del territorio, marroquíes en su mayoría, al haber abandonado los saharauis la mayor parte del territorio para refugiarse en Argelia de la ocupación marroquí, la cual ha fomentado la colonización de civiles marroquíes del territorio saharaui ocupado.

En el año 2007 Marruecos propuso un plan para conceder al territorio del Sáhara una autonomía política, algo rechazado por el Frente Polisario, que solo contempla el referéndum de autodeterminación con la opción de independencia sobre la mesa.

En 2009 la activista Aminatou Haidar se ponía en huelga de hambre tras serle negada la entrada en el aeropuerto de El Aaiún, territorio saharaui controlado por Marruecos, debido a que en el trámite administrativo de entrada, en el apartado de nacionalidad había escrito saharaui en vez de marroquí. Marruecos la expulsó a Lanzarote (España), donde la activista comenzó la huelga de hambre para que las autoridades españolas la devolvieran a El Aaiún. Hay que destacar que la policía marroquí le había retirado el pasaporte, y sin él no podía volar fuera de España. Finalmente, 32 días después, le concedieron un salvoconducto y pudo regresar.

La situación actual dista mucho de estar tranquila. En 2010 se sucedieron una serie de enfrentamientos en campamentos saharauis en territorio marroquí entre activistas saharauis que protestaban por la falta de trabajo y vivienda, y la policía marroquí, que se saldó con el asalto al campamento por parte del ejército marroquí y la muerte de varias personas.

La estrategia de presión de Aminatou Haidar la utilizarían posteriormente otros activistas saharauis como forma de llamar la atención acerca de la cuestión del Sáhara. Por ejemplo, la utilizó en 2012 Lafkir Kaziza, quien estuvo 16 días en huelga de hambre frente a la embajada marroquí en España, con el fin de demandar la liberación de 22 presos saharauis encarcelados con motivo del levantamiento de 2010. Hubo actores españoles que se solidarizaron con él. Finalmente fue hospitalizado y abandonó la huelga de hambre para evitar mayores riesgos para su salud.

Cabe mencionar, por cierto, que en el Sahara se sigue hablando español junto al árabe, gracias al esfuerzo de profesores en su mayoría cubanos. Y es que como mencionaba antes, Cuba sigue siendo uno de los mayores apoyos que tiene el Sáhara Occidental. Habrá muchas cosas que criticar a Cuba, pero parece innegable que en cuestiones de educación y sanidad son un ejemplo a seguir, con sus brigadas internacionales de médicos y profesores.

Desgraciadamente el apoyo de España al Sáhara es cada vez más reducido, sobre todo a nivel institucional. Afortunadamente hay asociaciones que siguen implicadas, sobre todo en los programas de acogida de niños para que pasen las vacaciones en España, huyendo del calor abrasador del verano en el Sáhara y aprovechando para aprender el idioma.

Claro que la cooperación de las ONG españolas en los campamentos de refugiados sigue siendo importante, pese a que en ocasiones resulte peligroso, como cuando en 2011 una rama del grupo yihadista Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) secuestró a dos cooperantes españoles y una italiana, tras lo cual el Frente Polisario reforzó la seguridad en los campamentos para que no se volviese a repetir un incidente similar.
No obstante, las cosas fueron evolucionando, y a la amenaza de AQMI la fue remplazando la del Daesh. En concreto el grupo local afín a esta organización terrorista lo lideraría hasta su abatimiento a manos de las tropas francesas en el Sahel en 2021, Walid Abu, saharaui, quien participó en el secuestro de 2011.

En el propio Marruecos ha habido protestas de diversa índole poniendo en cuestión el sistema político. Allí también llegó en 2011 la primavera árabe, y se realizaron ciertas reformas constitucionales para tratar de apaciguar los ánimos, en el sentido de dar más poder al gobierno y menos a la monarquía, que no obstante se seguía reservando el poder decidir sobre asuntos clave, algo que distaba bastante de lo que demandaban los manifestantes.

En 2016 comenzó en la región del Rif, al norte de Marruecos, una serie de protestas sociales al sentirse los manifestantes abandonados por el gobierno. Esta región siempre ha sido problemática para Marruecos, y como consecuencia, se ha invertido poco en ella, y las diferencias económicas con el resto del país son notables. El gobierno marroquí reaccionó reprimiendo las protestas y encarcelando a sus instigadores, entre ellos a su líder Nasser Zefzafi.

El descontento en Marruecos no se vive únicamente en Rif. También la hinchada del Raja Casablanca es conocida por sus cánticos contra el gobierno. Tampoco es de extrañar, pues entre otras cosas, Marruecos destaca por ser uno de los países árabes con mayor tasa de analfabetismo

Más recientemente, en noviembre de 2020, el Frente Polisario dio por roto el alto el fuego y reanudó las hostilidades armadas contra Marruecos, como respuesta al desalojo por parte de Marruecos de un grupo de activistas saharauis que estaban realizando un bloqueo de carretera en un paso de control del muro, que ellos consideraban ilegal.


Y es en este contexto en el que en abril de 2021 España decidió favorecer la llegada de incógnito a su territorio de Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la RASD, para ser tratado de la infección de COVID que tenía en ese momento.

La Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH), a la cual el Frente Polisario acusa de estar al servicio de Marruecos, se enteró de alguna forma de la entrada de Gali en España, e interpuso una querella en la Audiencia Nacional por la supuesta responsabilidad de Gali en el ejercicio de torturas a refugiados saharauis disidentes. Esta querella quedó archivada al no proporcionarse ni un solo indicio que lo justificase. No obstante, la llegada de Gali a España se hizo pública, y Marruecos lo consideró como una agresión.

De esta forma, en mayo de ese año, Marruecos alentó una llegada masiva de más de 10.000 inmigrantes a Ceuta, entre ellos 1200 menores, muchos de ellos reclutados en colegios haciéndoles creer que iba de excursión. Todo esto le costó el puesto político a la ministra española de exteriores, González Laya, máxima valedora de la acogida de Gali en España. Laya acabó siendo cesada por este motivo en julio de 2021.

Aquí habría que añadir el cierre de la aduana de Melilla por decisión unilateral de Marruecos en 2018, dificultando por tanto el comercio entre esta ciudad española y las ciudades marroquíes colindantes, clave para la economía de esta zona. Solo recientemente se ha experimentado su apertura junto con la de Ceuta, ciudad que no contaba con aduana hasta el momento, y donde los intercambios comerciales se realizaban mediante porteo, esto es, mujeres marroquíes que iban a comprar a Ceuta y volvían a Marruecos cargadas con hasta 90 kg a sus espaldas, hasta que Marruecos decidió prohibirlo debido a que no cobraban aranceles mediante este sistema.

En este vídeo de poco más de 10 minutos, se explica muy bien todo el conflicto del Sáhara, con especial incidencia en la colonización española y la marcha verde:



Un año después de la crisis con Marruecos debido a la llegada de Gali a España y a la avalancha de inmigrantes, se supo que durante ese periodo de primavera - verano de 2021, Marruecos supuestamente espió a móviles de altos cargos del gobierno español mediante el programa espía Pegasus, de origen israelí. Entre los objetivos espiados estaban el presidente del gobierno Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, la de Exteriores o el ministro del Interior. De hecho se sospecha que Marruecos se enteró de la llegada de Gali a España gracias a que Marruecos también estaba espiando al Frente Polisario mediante el programa Pegasus.

El hecho de que habían sido espiados lo reveló el propio Sánchez, para tratar de quitarse de encima el escándalo de que el gobierno español había espiado con este programa a políticos independentistas.

Pues bien, la decisión tomada por España en 2022 de respaldar el plan marroquí de autonomía para el Sáhara - en un giro total a lo que venía siendo la política internacional de España en este asunto durante décadas y en lo que muchos estiman como la segunda gran traición de España al pueblo saharaui tras permitir la marcha verde y la ocupación marroquí del territorio - se ha estimado que vino influenciada por la crisis previa de 2021 y el espionaje de Pegasus, aludiéndose a un posible chantaje del gobierno marroquí al español, lo cual sería gravísimo.

También se han alegado las presiones de EEUU, que históricamente siempre se ha posicionado del lado marroquí, al verles como un contrapeso a Argelia que contaba con el respaldo de la URSS. Por no hablar de los recursos pesqueros y de fosfato que tiene el Sáhara, lo que hace que para Marruecos sea de mayor importancia controlar ese territorio.

En cualquier caso, lo que sorprende es la predisposición del PSOE para alinearse con Marruecos en este y otros asuntos, cuando la práctica totalidad del resto de partidos políticos españoles, ya sea a izquierda o a derecha, siempre se han posicionado a favor del Sáhara y de cumplir con el referéndum de autodeterminación.



Como ejemplo véase las excelentes relaciones que mantienen ex altos cargos del PSOE con Marruecos, como pueden ser Zapatero o Moratinos. Y qué decir de la ex ministra de vivienda María Antonia Trujillo. Sí, la que propuso que para acabar con el problema de la vivienda una buena idea era vivir en 30 metros cuadrados. Pues resulta que ahora ella vive en Marruecos y ha asegurado que Ceuta y Melilla deberían ser marroquíes.

Por cierto que en el reciente mundial de fútbol celebrado en Qatar, salieron imágenes de aficionados en El Aaiún celebrando el buen papel de la selección marroquí en dicho torneo, alegando algunos de este modo que los habitantes de ese territorio se sienten marroquíes y no saharauis. Claro, con la política de colonización que ha realizado Marruecos sobre el territorio que ocupa, lo extraño sería otra cosa. En esta entrevista, Taleb Alisalem, activista saharaui, da su versión sobre la propaganda marroquí en torno al mundial.

Lo último ha sido una resolución en el Parlamento Europeo en el que entre otras cosas esta institución mostraba su preocupación por la libertad de prensa en Marruecos, y de hecho señalaba el caso de Ignacio Cembrero, un periodista español que fue espiado por Pegasus y se atrevió a apuntar a Marruecos, por lo que está siendo sometido a un hostigamiento judicial por parte de este país. 

Aparte del caso de Cembrero, conviene señalar el de varios periodistas marroquíes encarcelados con acusaciones falsas de violación, para impedirles ejercer su profesión. Por no hablar de personas menos conocidas que también han sido condenadas a años de prisión simplemente por expresarse en redes sociales.



Todos los partidos políticos españoles salieron en respaldo de Cembrero, a excepción del PSOE. Pues lo mismo pasó con la resolución del Parlamento Europeo. Todos los partidos votaron a favor, menos dos: El PSOE (salvo Iratxe García que votó a favor) y Reagrupación Nacional, el partido de Le Pen en Francia. Se sabe que Marruecos presionó para que el PSOE votase en contra, amenazando con cancelar la cumbre bilateral que iban a mantener próximamente si no lo hacía, como así informó por ejemplo Ali Lmrabet, periodista marroquí afincado en España. 

Y todo para que al final el rey Mohamed VI ni siquiera se digne a acudir a la cumbre y prefiera seguir de vacaciones en Gabón. Tampoco es tan extraño, pues según se ha afirmado, suele acostumbrar a pasar más de la mitad del año fuera del país, de vacaciones.
Pero es que además parece que no les ha bastado, porque en las conclusiones de la cumbre el gobierno marroquí instó al gobierno español a ayudarles a combatir al Frente Polisario, cediendo entre otras cosas la gestión del espacio aéreo sobre el territorio. Ya lo que nos faltaba, que España no solo abandonase a los saharauis sino que encima les combatiese.

Este voto en contra de la resolución del PSOE es muy preocupante, porque además la resolución venía motivada tras un escándalo mayúsculo en el Parlamento Europeo, pues se descubrió que Qatar y Marruecos habían estado ejerciendo de lobby a eurodiputados, pagándoles dinero para tratar de que las relaciones entre la UE y estos países mejorasen.
En principio no debería haber nada de malo en hacer de lobby, pero si a eso le sumas una cantidad de dinero, entonces ya no estamos hablando solamente de lobby, sino de corrupción pura y dura, de cohecho.

Si el argumento que tiene el PSOE para renunciar a la pretensión del referéndum sobre el Sáhara son las presiones que pudiera haber ejercido EEUU para que España se alinease con Marruecos y bloquease a Argelia, apaga y vámonos. EEUU podrá solicitar lo que desee, pero si España es un país soberano, podrá hacer caso o no, según convenga a sus propios intereses. Porque debe velar por ellos, no por los intereses de EEUU, por muy aliado que sea de este país. Lo contrario significaría que no somos soberanos en política exterior, y eso sería gravísimo.

Es lógico que España trate de llevarse bien con Marruecos para tratar de tener controlada la situación de la inmigración, el tráfico de drogas y el terrorismo, así como para llegar a acuerdos en materia pesquera, económica, comercial y energética, entre otras. 

De hecho, Marruecos es el mayor productor y exportador de hachís del mundo. Este cultivo se introdujo en el país, en la zona del Rif, con la conquista árabe, y no fue hasta los años 70 que empezó a exportarlo al resto del mundo. Por su cercanía con España, es el principal país a donde envían sus cargamentos a través de las redes de narcotráfico.

Respecto a la inmigración, el papel de Marruecos es clave para obstaculizar el paso de pateras organizados por las mafias hacia Andalucía, las islas Canarias, o Ceuta y Melilla, a donde también intentan llegar mediante asaltos a las vallas.

Asimismo, para frenar el terrorismo, la cooperación de Marruecos con España es importante. Por cierto que aquí cabría mencionar que dentro de las teorías de la conspiración acerca del 11M, aparte de la archiconocida de ETA, hay otras que no son tan conocidas pero que también han estado planeando sobre el ambiente. Una, alentada por la izquierda, que se trató de una operación de la OTAN, que estaba haciendo simulacros de atentados por aquellas fechas en Holanda. Y otra, más alentada por la derecha, que decía que los servicios secretos marroquíes estuvieron implicados.

Por su parte, las aguas marroquíes y especialmente las saharauis son muy suculentas para los barcos pesqueros europeos, y una solución a la disputa entre Marruecos y el Sáhara facilitaría las cosas para la pesca.

En cualquier caso, no puede ser que por miedo a que Marruecos deje de cooperar en materia de pesca, terrorismo o de inmigración, cedamos siempre a su chantaje. Porque además, como se ha demostrado, Marruecos es insaciable. Tan pronto te controla la inmigración como se enfada y deja de controlarla. No es un socio fiable. Por lo tanto el gobierno español debería estar preparado para cualquier eventualidad y tender claramente unas líneas rojas en las que no puede ceder en absoluto, y esas deberían ser no poner en cuestión a Ceuta y Melilla, no dejar vendidos a los saharauis, o no enemistarnos con Argelia. Quien por cierto era un suministrador clave de gas para España, y más en el contexto internacional donde se está vetando el gas y el petróleo ruso. Por eso se entiende todavía menos la decisión de Sánchez respecto al Sahara, dada la previsible reacción adversa de Argelia, como así ha sido, de encarecer el gas que vende a España y de disminuir el suministro.

También hay que tener en cuenta que Argelia y Marruecos tienen pésimas relaciones. De hecho en estos momentos están rotas, debido precisamente al escándalo de espionaje mediante el programa Pegasus al que antes me refería (Marruecos no espió solamente a España o al Frente Polisario, también hizo lo propio con Francia y Argelia), además de que Marruecos apoyó el movimiento de autodeterminación de la región de Cabilia en Argelia, lo que evidentemente nos sentó nada bien en este país. A modo de ejemplo, el gasoducto que partía de Argelia, pasaba por Marruecos y llegaba a España, está paralizado, y Argelia transporta directamente su gas a España por barco. Argelia puso como condición que España no facilitase su gas a Marruecos, algo que España ha cumplido a medias. No está transfiriendo el gas argelino a Marruecos, pero sí que está utilizando el gasoducto que le une con Marruecos y que está cerrado entre Argelia y Marruecos, para enviar gas (procedente de otros países) a Marruecos.


(Gráfico comparativo de las importaciones de gas de España entre julio de 2021 y julio de 2022. Como se puede ver, las importaciones procedentes de Argelia se reducen considerablemente, mientras que las procedentes de EEUU, Nigeria y hasta ¡Rusia! se incrementan en ese período).

Las razones de estas malas relaciones históricas entre Marruecos y Argelia son varias. No solamente por el Sáhara, que también, puesto que Argelia es el apoyo más fuerte que tienen los saharauis. De hecho acoge en su territorio los campamentos de refugiados. También hay que tener en cuenta que Argelia desde la guerra de independencia con Francia, mantiene unas relaciones bastante frías con este país, mientras que Marruecos en cambio mantiene muy buenas relaciones con Francia. Por no hablar de lo que se ha mencionado antes, que Marruecos estaba alineada con EEUU y Argelia con la URSS.

A esto habría que sumarle problemas fronterizos entre Marruecos y Argelia, o la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, a cambio de que EEUU apoyase el plan de autonomía marroquí para el Sáhara. Una estrategia de Trump que ya había tenido resultados parecidos con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, quienes también normalizaron sus relaciones con Israel, a cambio por ejemplo en el caso de Sudán, de que EEUU le sacase de la lista de patrocinadores del terrorismo. Una normalización que Argelia rechaza, al continuar apoyando a Palestina frente a la ocupación israelí.


En resumen, lo que se está viendo es que en el tablero internacional los fuertes están ganando y los pequeños se están quedando cada vez más solos, a pesar de que la razón esté con ellos. De este modo, hay cada vez más países que reconocen a Israel, y que callan o hacen poco cuando este país comete alguna barbaridad contra los palestinos, y quienes apoyan abiertamente a Palestina, son cada vez menos y de forma más timorata.

Atrás quedaron los tiempos en los que todos los países árabes se unían para luchar contra Israel en favor de Palestina. Aparte de los países mencionados anteriormente que normalizaron relaciones con Israel, habría que añadir a Egipto y Jordania, que hicieron lo mismo a finales del siglo pasado. Si a eso le sumamos el caos que se vive en algunos países árabes envueltos en guerras civiles o inestabilidad crónica (véase Túnez, Libia, Yemen, Siria, Irak, Líbano...), lo cierto es que a los palestinos les queda el apoyo iraní y poco más. 

Hasta Turquía está también normalizando relaciones con Israel después de estar años congeladas por el incidente en el que Israel asaltó un barco que pretendía romper el bloqueo a Gaza. Arabia Saudí por su parte no se atreve a abrir relaciones con Israel por miedo a su opinión pública interna, pero está claro que le gustaría seguir la misma línea que sus amigos de los Emiratos Árabes Unidos quienes sí que normalizaron relaciones con lsrael.
Así pues, a los palestinos aparte de Irán, les quedaría algo de apoyo real en Qatar y Argelia.


Lo mismo sucede desgraciadamente con el Sáhara. Cada vez son más los que se inclinan del lado marroquí, ya sean Francia, EEUU, o España, quedando muy pocos del lado saharaui (Argelia, Sudáfrica, Venezuela o Cuba, entres sus principales apoyos). Y eso a pesar de que tienen razón y que se debería celebrar allí un referéndum conforme al censo de 1974. Pero desgraciadamente en la historia, no siempre gana el que tiene razón, sino el que es más fuerte y consigue convencer a otros para posicionarse de su lado.

Lo hemos visto también con la problemática entre la República Popular China y Taiwán (oficialmente República China). Hay que recordar que tras el triunfo comunista en China, los derrotados se refugiaron en Taiwán. Al principio muchos países no reconocían al gobierno chino, y seguían reconociendo al gobierno que estaba asentado en Taiwán. Sin embargo, cada vez hay más países que debido a la potencia económica y comercial que es China, pasan a reconocer a la República Popular China como legítima, retirando de ese modo el reconocimiento previo que tenían a Taiwán.
Actualmente tan solo 14 Estados mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán, la mayor parte islas o países pequeños que apenas tiene relaciones comerciales con China. Entre estos países podríamos destacar a Paraguay, el Vaticano, Honduras, Haití o Guatemala.

Yo no sé si en este caso la razón está de parte de China o de Taiwán. Lo mejor para todos sería que se reunificasen en un solo país, respetando el sistema político y económico propio de cada territorio. Pero tras el fiasco de Hong Kong, en donde pese a preservar el sistema capitalista y democrático China ejerce cada vez mayor influencia, nada hace pensar que no fuesen a ejercer esa misma influencia en Taiwán, y por lo tanto los habitantes de esa isla se oponen de momento a la reunificación.



China ya está amenazando con tomar la isla por la fuerza para forzar la reunificación, pero eso podría traer problemas mundiales muy serios dada la previsible reacción estadounidense y occidental en contra (en forma de sanciones económicas o comerciales a China, por no hablar de escenarios militares). Si ya la economía mundial se está debilitando debido al impacto de la guerra en Ucrania como consecuencia de la agresión rusa en forma de inflación y crisis energética, una agresión china a Taiwán podría suponer un trastorno muchísimo mayor, teniendo en cuenta que China es la segunda potencia económica del mundo y que muchos de los bienes y recursos que importamos proceden de allí, por no hablar del porcentaje de deuda de cada país que está en manos chinas.

Es decir, que Taiwán, al igual que Palestina o el Sáhara, lo tiene muy complicado. No obstante, en principio, cuenta con el apoyo de EEUU. No como reconocimiento oficial, pero sí como garantía ante una posible agresión china. Eso es algo con lo que no cuentan ni los palestinos ni los saharauis, que cada vez más ven como las potencias ocupantes (Israel y Marruecos) van ocupando mayor parte de sus territorios, llevando a colonos, desplazando a los refugiados a campamentos, y encarcelando o haciendo desaparecer a los que puedan ejercer algún tipo de resistencia, aparte de ganarse el respaldo internacional a través de sus buenas relaciones con EEUU.

Una desgracia para los palestinos y los saharauis, que a pesar de tener razón, cada vez están más solos. Veremos si en el caso de que haya cambio de gobierno en España y llega el PP al poder, cambiaría algo o no. Es difícil, pero podrían dar marcha atrás en el reconocimiento al plan de autonomía marroquí para el Sáhara y volver a reclamar el referéndum de autodeterminación. Sin embargo eso podría hacer que Marruecos presionase con la inmigración, dejando pasar a los inmigrantes sin controlar la frontera, como ya ha hecho en otras ocasiones, por lo que sospecho que el PP tratará de dañar lo menos posible la relación con Marruecos, aún a costa de desentenderse de los saharauis.

No obstante, el líder del PP ya ha señalado en alguna ocasión que no le parece de recibo que en plena crisis energética el gobierno español se haya enemistado con el argelino. Por lo tanto alguna señal, aunque timorata, podría haber, para volver a donde se estaba antes del reconocimiento del plan de autonomía. Veremos, pero está claro que lograr el referéndum de autodeterminación dada la cantidad de colonos que hay ya en territorio saharaui y la oposición frontal marroquí a realizarlo sin actualizar el censo de 1974, parece muy complicado que vaya a suceder, especialmente si no hay nadie presionando fuertemente a Marruecos para que acceda, y no parece que vaya a ser el caso, desgraciadamente. 

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