Nos estamos acercando a los dos años desde el ataque del 7 de octubre de 2023 de Hamás, y la situación en Gaza, lejos de mejorar, continúa empeorando.
Israel está empleando el hambre como arma de guerra. Esto no es nuevo, ya desde los inicios de la ofensiva cortaron el suministro de electricidad y agua a Gaza, y bombardearon hospitales. Pero es que ahora además, en connivencia con EEUU, Israel ha reemplazado la entrada de ayuda humanitaria que organizaba la ONU por una nueva entidad denominada "Fundación Humanitaria de Gaza", con la excusa (sin prueba alguna) de impedir que Hamás se hiciese con alimentos. Y según denuncia la ONU y varias ONG como Oxfam o Médicos sin Fronteras, esta entrada de ayuda humanitaria organizada por Israel es claramente insuficiente, lo que provoca desórdenes de los palestinos desesperados por conseguir comida, y en consecuencia el ejército israelí dispara para mantener el orden, habiendo provocado ya más de 1.000 muertos de esta forma.
Todo esto por supuesto son crímenes de guerra. Pero poco le importa a Israel que Netanyahu tenga una orden de detención de la Corte Penal Internacional, o que Israel esté siendo investigado por genocidio por la Corte Internacional de Justicia, ya que mientras cuente con el apoyo de EEUU, puede sentirse a salvo. De hecho EEUU ha sancionado a miembros de la CPI simplemente por realizar su trabajo investigando los crímenes de guerra cometidos en Gaza.
Y no parece que el apoyo de EEUU a Israel vaya a disminuir. De hecho recientemente ha negado el visado a las autoridades palestinas que tenían previsto viajar a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU. ¿Por qué? Pues parece ser que quieren torpedear el reconocimiento del Estado Palestino que planean realizar Francia, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Obviamente esta restricción es totalmente ilegal, ya que EEUU como país anfitrión está en la obligación de facilitar los visados. Pero como todos sabemos, a EEUU e Israel les importa más bien poco el derecho internacional.
Por supuesto Israel ha reaccionado diciendo que dicho reconocimiento al Estado Palestino es un premio a Hamás. Es la estrategia de siempre, cualquiera que ose levantar la voz contra lo que está haciendo Israel, le acusan de cómplice con Hamás, cuando una cosa no quita la otra. Se puede condenar lo que hizo Hamás el 7 de octubre al mismo tiempo que se condena el genocidio que está realizando Israel en Gaza.