Acerca de la consulta soberanista en Cataluña, me llama la atención la postura de la izquierda, que mayoritariamente dice respetar el derecho de autodeterminación y que en algunos casos incluso se posiciona en favor de la independencia.
Primero, para que esa consulta pudiera ser legal y vinculante, habría que reformar la Constitución, y esa reforma habría de ser aprobada por todos los españoles.
Segundo, si esa reforma se hace, ¿a quién damos potestad para decidir sobre su futuro? ¿A las actuales Comunidades Autónomas? ¿Y si León quiere decidir por su cuenta sin que tenga que interferir Castilla? ¿O el Valle de Arán? ¿O Álava quiere ir por su cuenta? ¿O Miranda de Ebro sin que interfiera Burgos capital? ¿O el condado de Treviño?
¿Bajamos el listón de las actuales Comunidades Autónomas a las provincias o incluso a los municipios?
¿Y por qué detenerse en los municipios? ¿No puede Gamonal decidir por sí mismos, independientemente de lo que piense el resto de Burgos? Es lo que hizo Igeldo recientemente, barrio de San Sebastián, y solo lo apoyó Bildu. El PNV se posicionó en contra.
O sea que hasta dentro de los que defienden el derecho a decidir (pnv) creen que hay que poner límites (bien para el país vasco sin que interfiera el resto de España, pero no está bien que igeldo decida sin que pueda decir nada el resto de San Sebastián. ¿Y por qué no? ¿Por qué un caso está bien y otro no?).
Y apostaría a que CiU diría algo parecido sobre el Valle de Arán.
Así que creo que los que apuestan por el derecho a decidir, y por tanto que se recoja en la Constitución, deberían definir muy bien a qué nivel le quieren (CCAA, provincia, municipio, barrio...). ¿En base a qué aceptar el derecho a decidir para unos y no para otros? ¿En que unos son una nación y otros no? ¿Quién define lo que es una nación? ¿Todos los historiadores están de acuerdo con que existen las naciones catalana, gallega, vasca, andaluza, canaria...etc? Me da que no.
¿Lo deciden los políticos? Entonces ser una nación o no dependería del nº de políticos nacionalistas que hubiese en un territorio.
¿Lo deciden los sociólogos, antropólogos...? Creo que sería bastante parecido a lo de los historiadores.
En resumen, el derecho a decidir le veo muy indefinido. No le veo sentido a que Gamonal o León quisieran decidir ser naciones, pero tampoco veo por qué habría de negárselo si se le concede a otros.
Aparte de que no estoy seguro de que los españoles aprobasen una reforma constitucional que limita su derecho a decidir al territorio en el que viven. Porque a uno de Sevilla sí que le afecta si Cataluña se va de España, en relaciones comerciales, económicas, de todo tipo.
Pero pongamos que se llega a un acuerdo del derecho a decidir, que se reforma la Constitución y que se definen bien los límites (o no límites), lo cuál ya me parece complicado.
Estaríamos entonces en un escenario en el que la consulta en Cataluña sería legal (y posiblemente en otros territorios que quisiesen votar también y tuviesen a partidos nacionalistas presionando para ello).
En ese escenario que ya está reconocido el derecho a decidir, ¿qué mensaje tendría que dar la izquierda? Ya no valdría con decir que respetan el derecho a la autodeterminación. Ahora tendrían que posicionarse. Y no de una forma esquiva, ambigua, hablando de libertad de voto, de proceso democrático, de elegir de verdad...No. Tendrían que dejar bien claro si están a favor de la independencia o en contra. Nada de caminos a medias. Los caminos a medias se discuten en el parlamento, no en una votación de autodeterminación.
Por tanto en esa consulta con 2 opciones de respuesta, la izquierda a mi entender tendría que apostar claramente por el no a la independencia, y hacer campaña muy agresiva por ello. No como ahora, que dicen que se les va a echar mucho de menos o que se vota por la independencia para conseguir una ruptura con el sistema.
Si de verdad algunos se creen el discurso patriótico de que España no se vende a la troika y de que juntos podemos vencerla, hay que hacer ese discurso, y no dar palmadistas en la espalda a quienes quieren poner barreras, fronteras, aranceles, nuevos pasaportes, nuevas monedas...etc.
También ha sido noticia las declaraciones de Mónica de Oriol, presidenta del Círculo de empresarios, quien afirmó que preferiría contratar mujeres menores de 25 años o mayores de 45, pues entre 25 y 45 podían quedar embarazadas y con los permisos de maternidad, lactancia y reducción de jornada, disminuir su productividad. En su opinión estos permisos perjudicaban a las mujeres porque las empresas eran reacias a contratarlas.
También dijo que seguramente las vacaciones escolares de los niños eran demasiado largas y habría que reducirlas para que coincidiesen con las de los padres.
Bien, esta señora y los que piensan como ella, lo que quieren hacer es echar abajo todo lo que se ha conseguido hasta ahora (40 horas semanales, vacaciones pagadas, pensiones, prestación por desempleo, asistencia sanitaria, educación gratuita, y más recientemente, la conciliación de la vida laboral y familiar). Por supuesto no lo dicen de golpe, pero unas veces unos dicen que hay que abaratar la indemnización por despido y quitar peso a la negociación colectiva (y lo hacen camuflándolo como que va a haber más contrataciones y más flexibilidad, aunque todos sabemos que esto sólo conlleva más despidos y estancamiento o reducción de los salarios), otras que la seguridad social está muy mal y más vale que te vayas haciendo un fondo de pensiones o contrates un seguro médico. Luego dan más prestigio a las escuelas y universidades privadas. Después hablan de la liberalización de los horarios, de eliminar días de fiesta...y voila, de vuelta al siglo XIX.
Todos los derechos que tenemos ahora se consiguieron a base de huelgas, manifestaciones y violencia, muchos años de lucha por parte de los trabajadores. Y porque los empresarios veían que si no cedían se podía establecer un régimen socialista o comunista y por tanto acabar con sus privilegios.
Ahora esa amenaza no parece muy real, y están volviendo a recuperar terreno, apoyados por un sindicalismo desorientado que cobra subvenciones y prefiere pactar el alargamiento de la edad de jubilación. Estamos en una época de retroceso, y las palabras de Mónica Oriol no son más que la punta del iceberg. Aunque han sonado muy mal y se la ha exigido que rectifique, desde la prensa todos los días se está hablando de disminuir el sector público, de gestionar de forma privada los hospitales, de subir las tasas de matrícula de la universidad y también subir la nota de corte...en resumen, de volver al siglo XIX, excusados en la globalización y competitividad frente a China, Brasil o India.
Y la socialdemocracia está haciendo el juego a esta teoría económica, lo estamos viendo con la reforma laboral de Renzi, con las medidas económicas de Hollande, hasta en los países nórdicos está empezando a suceder.
Vamos a volver a una época de lucha de clases, sólo es cuestión de tiempo que los de abajo se empiecen a organizar. Ya lo están haciendo en las mareas por la sanidad pública, la educación pública, contra los desahucios, los sindicatos contra la reforma laboral...pero hay que unir todas esas luchas y darles un formato político, tanto a nivel local como nacional y europeo. Con tiempo llegará, y mientras tanto los partidarios de la privatización y la pérdida de derechos acusarán de mil mentiras para meter miedo, pero la gente ya no es tonta, y ve lo que está pasando. Y un grito hace estremecerse a estos manipuladores: ¡Sí se puede!
Recientemente hubo elecciones legislativas en Ucrania.
Desde la izquierda se dice que hay que apoyar a los "antifascistas" de Donetsk y Lugansk, que están luchando contra los nazis solo con la ayuda de Rusia.
Bien, estos supuestos "antifascistas" han impedido votar en Donetsk y Lugansk. Gran ejemplo aquella fuerza antifascista que impide votar a los demás.
Según el recuento de votos, alabado hasta por observadores rusos, los ultranacioanlistas, el sector derecha, los nazis a quienes dicen combatir los "antifascistas" (entre ellos los españoles que fueron allí a luchar), han obtenido el 1,8% de los votos y 1 escaño.
Gran amenaza fascista que desde luego debe ser combatida, ¡¡¡¡un 1,8% de los votos!!!! ¡¡¡1 parlamentario!!! ¿¿¿¿No será que en realidad les preocupa más que los sectores pro europeos divididos en 5 partidos hayan conseguido respectivamente el 21,8% (partido del actual presidente, 132 escaños), 22,12% (partido del 1º ministro, 82 escaños), 10,97% (partido nuevo surgido del maidan, 33 escaños), 7,44% (partido radical, al que las encuestas daban como 2º, ahora con 22 escaños), y 5,68% (el partido de Timoshenko, 19 escaños)???? Es decir, sumados los 5, un 68,01%. Más de 2/3. En escaños, 288. La mayoría está en 226.
Pero es que además, Svoboda, partido ultranacionalista (que no nazi), ha obtenido un 4,71% de los votos, logrando tan sólo 6 escaños de un total de 450. ¡Oh, peligro, 6 de 450, sálvese quién pueda! ¡Por favor!
Mientras que los antiguos partidarios de Yanukovich se han quedado un 9,43%, 29 escaños.
(Hay otros 94 escaños de independientes).
¿Por qué estos antifascistas impiden votar? ¿No será que tienen miedo a la democracia y se demuestre que en realidad la gente de Donetsk y Lugansk no les apoya y prefiere a los proeuropeos? Si no es así, que les hubiesen dejado votar, podrían haber optado por el Bloque Opositor o el Partido Comunista.
Porque sí, el Partido Comunista se presentó a estas últimas elecciones (obtuvo un 3,88% de los votos y ningún escaño). De hecho dónde no se puede presentar es en Donetsk (noticia del periódico larepublica.es, un medio como todos sabemos totalmente partidario del imperialismo :D).
Vaya antifascistas más guays, que no dejan votar a su gente y cuando ellos organizan elecciones no dejan presentarse al partido comunista. Esos son los antifascistas que a mí me gustan, sí señor.
(Imagino que la Brigada Carlos Palomino estará entusiasmada con esta gran muestra de democracia de sus compañeros antifascistas).
Creo que algunos deberían dejar ya el rollo de nazis-antifascistas y asumir la realidad de una vez por todas. Esto no va de fascismo contra comunismo. No. Va de Rusia contra Europa. Así de claro. El fascismo o el antifascismo es algo irrelevante que les ha venido muy bien a algunos para tapar sus verdaderas intenciones.
Resulta que ahora la mayoría de la población de Ucrania está por unirse a Europa. Nos podrá gustar más o menos, pero hay que respetar lo que ellos deciden en las urnas, y desde luego, no aplaudir a quienes impiden votar o presentarse.
De hecho se informó de que tirotearon a 4 personas que pretendían votar en Donetsk.
¡¡¡¡Viva el antifascismo y la democracia, of course!!!!
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