En este blog hablo acerca de actualidad, historia, política, música, deportes y filosofía.
Queda para más tarde pasar del blog a la web.
¿Por qué corriente propia? Pedí consejo a mis amigos de Relajeros para el nombre y al final me quedé con este. Tengo mi propia corriente, unas veces estoy con unos, otras con otros. Corriente Propia.
Los acontecimientos se suceden estos días a velocidad de vértigo.
Comenzando por Ucrania, fue muy comentada la bronca en directo y ante las cámaras que Trump y Vance echaron a Zelenski en la Casa Blanca, instándole a aceptar un alto el fuego cuando él estaba tratando de explicarles que Putin no cumple los acuerdos.
Una imagen sin duda bochornosa, que muestra a las claras cómo EEUU con Trump a la cabeza, quiere dictar a los demás lo que deben hacer. Por cierto que Marco Rubio, secretario de Estado (equivalente a ministro de exteriores) también estaba presente y su cara durante la bronca era un poema, aunque luego no dijo ni mu más allá de respaldar la posición de Trump y Vance, lógico por otra parte si no quiere perder su puesto.
De hecho, poco después de esa reunión, EEUU paralizó el suministro de armas a Ucrania y dejó de compartir información de inteligencia con este país, además de amenazar con cortar el suministro del uso de Starlink (comunicación vía satélite) como medida de presión para que Zelenski aceptase el alto el fuego, cosa que acabó sucediendo.
Putin por su parte dio largas mientras seguía bombardeando plantas energéticas y recuperaba la región de Kursk, y al final ha acabado aceptando un alto el fuego tan solo para las infraestructuras energéticas. Además, para la mesa de negociación en Arabia Saudí ya ha dicho que Rusia debe obtener todos los territorios del Donbás, pese a que parte de ellos siguen bajo control ucraniano, e insta a un cambio de gobierno en Ucrania y a un desarme de su ejército.
(En este mapa se puede comprobar el territorio ucraniano actualmente en manos de Rusia. Como se puede apreciar, no controla en totalidad las regiones de Jersón, Zaporiyia y Donetsk, pero aún así reclama su control total en la mesa de negociación).
Está por verse cómo se desarrollan esas negociaciones, y si finalmente Ucrania y Europa consiguen sentarse a la mesa. La idea de que tropas europeas se desplieguen en el frente para vigilar la paz es rechazada categóricamente por Rusia. Además, los números varían, ya que según Ucrania tendrían que ser entre 100.000 y 200.000 soldados, mientras que Francia y Reino Unido hablaban de 30.000 y ahora lo han bajado a 10.000. Es decir, de desplegarse, sería una fuerza bastante pequeña.
También hay que entender que sin la participación ni apoyo estadounidense, estos soldados europeos estarían solos frente a Rusia. Pero claro, la logística de tener permanentemente a 100.000 soldados en la línea de frente es gigantesca, mientras que una cifra como 10.000 es mucho más manejable.
Por cierto que se habla de que podrían participar en ese despliegue países no europeos como Australia, Turquía o Canadá. De hecho en Canadá, un efecto imprevisto de la política de Trump que insiste en que Canadá se convierta en el 51º Estado de los EEUU y en imponer aranceles, es que el partido liberal gobernante, muy bajo en las encuestas, ha remontado espectacularmente, al adoptar su nuevo líder un tono desafiante contra Trump.
Mientras Francia y Reino Unido están dispuestos a enviar tropas, hay algunos países como Polonia o Italia que se muestran reticentes. En el caso polaco se alega que al tener frontera con Rusia en Kaliningrado y con Bielorrusia, no pueden descuidar esos flancos enviando soldados fuera. Mientras que en el caso italiano son más prudentes y quieren ver a dónde conduce la negociación antes de mostrarse voluntarios a enviar tropas al frente.
El partido republicano de EEUU ha cambiado tanto desde que adoptó el populismo con el tea party y Sarah Palin, que hoy en día Bush hijo parece hasta un moderado si se le compara con Trump. Quien nos lo iba a decir.
Cómo ha llegado el partido republicano a esto sería algo que convendría analizar, pero no está tan lejos de lo que sucede en otros países con el auge de los partidos de extrema derecha. La diferencia es que en EEUU, al estar el bipartidismo tan arraigado, la ola populista ha llegado a tomar el poder en el principal partido conservador, en vez de surgir otro partido a su derecha que le hiciese sombra y eventualmente le adelantase, como ha sucedido en Italia (Fratelli d'Italia de Meloni y la Liga Norte de Salvini adelantando por la derecha a la Forza Italia de Berlusconi y Tajani), Francia (Reagrupación Nacional de Le Pen adelantando por la derecha al partido republicano de Sarkozy y Chirac), o Polonia (el PiS de Kaczynski adelantó a la derecha tradicional de Tusk, aunque estos alineándose con otros partidos consiguieron recuperar el gobierno).
En otros países, si bien no les han adelantado, tienen una fuerza no despreciable y en auge, como Alemania con AfD, España con Vox, Portugal con Chega, o el Reino Unido con UKIP.
(De izquierda a derecha, Orbán, Abascal y Le Pen, en una cumbre reciente celebrada en Madrid de la familia política de buena parte de los partidos de ultraderecha europeos).
Si bien hay diferencias entre estos partidos, les suelen unir algunas cosas en común, como un patriotismo exacerbado unido a la defensa de la soberanía nacional frente a otros órganos de decisión supranacionales como la UE o la ONU, un rechazo general a la inmigración relacionado especialmente con la población musulmana, y cierta nostalgia por el pasado y los valores y costumbres tradicionales que se pueden traducir en políticas restrictivas en cuanto a la diversidad de género, menor esfuerzo por luchar contra el cambio climático, o un ensalzamiento de regímenes y épocas pasadas históricas.
Aunque todo eso ya se daba en los partidos de derecha tradicionales, la diferencia es que estos nuevos partidos y líderes llevan estos temas por bandera, acusando a los partidos o líderes tradicionales de haber sucumbido al sistema y haber aceptado políticas de la izquierda.
Razón en parte no les falta. La derecha tradicional en España se opuso al divorcio, al aborto, o al matrimonio homosexual. Pero cuando gobernó, no hizo nada por cambiarlo.
Así pues, estos nuevos partidos y líderes, al poner el acento en temas candentes y señalar a quienes dicen estar en contra pero que no hacen nada por cambiarlo, consiguen arrastrar a cada vez mayor número de votantes.
También ayuda, por supuesto, que en estos nuevos partidos aparezcan líderes carismáticos y con buena oratoria. Y Trump en el caso del partido republicano, es el mejor ejemplo.
Antes de entrar en política, era un conocido empresario por protagonizar su propio programa de televisión, en el cual había varias personas que trabajaban para su empresa, y Trump las iba despidiendo una a una hasta que al final uno conseguía quedarse con el puesto.
(Anuncio en la Torre Trump del programa de televisión de la NBC "The apprentice" en la que Trump es el protagonista anunciando a los empleados concursantes que están despedidos con su demoledora frase "You're fired").
Por tanto, era bien conocido por el público en general, y la cualidad que tiene al hablar y hacer captar la atención de la gente, manejando el tono de voz, haciendo sentirse partícipes a la gente que le escucha, y hablando claro y sin rodeos, es desde luego innegable.
Como decía al principio, el terreno en el partido republicano estaba ya preparado desde que John McCain cometiese el error garrafal de elegir a Sarah Palin como su futura vicepresidente en caso de que ganase las elecciones frente a Obama en 2008. Sarah Palin, que era gobernadora de Alaska, lideró un movimiento conservador dentro del partido republicano, el conocido como Tea Party, que apoyaba a los congresistas y senadores más conservadores dentro del partido republicano frente a otros más moderados.
Israel ha aprovechado
la confusión creada en Siria tras la caída de Al Asad, y ha hecho suyo el dicho "a río revuelto ganancia de pescadores", lanzando una ofensiva apoderándose de territorio adyacente a los Altos
del Golán, que es un territorio sirio
bajo ocupación israelí desde 1967.
(En
este mapa se puede apreciar en rojo claro la zona ocupada por Israel
desde 1967, y en morado la zona anexionada en Siria por Israel tras la caída del régimen de Al Asad, que
abarca la provincia de Quneitra y que es fronteriza con Líbano,
quedándose bastante cerca de Damasco)
Se
han excusado alegando que quieren crear una zona de contención. Además,
han realizado múltiples bombardeos en Damasco destruyendo armamento.
Esto supone una clara provocación y declaración de intenciones, para dejar
a los rebeldes sin armamento pesado y por tanto sin posibilidades de
defenderse ni mucho menos de atacar.
Se
dice que a Israel le sorpendió la ofensiva rebelde. Y aunque
previamente había estado bombardeando posiciones iraníes en Siria, y a
Hezbollah en Líbano, tampoco le acaba de convencer un gobierno de
orientación islamista en Siria, con lo que estaría tratando de
asegurarse la frontera, y de crear tensiones dentro de Siria,
apareciendo ellos como salvaguarda de las minorías, además de por
supuesto aprovechar para su gran proyecto de expansión territorial
mediante la fuerza bruta, un verdadero ejemplo de colonialismo actual.
Israel
teme que tras el triunfo de la revolución en Siria, esta pueda
contagiarse a países vecinos. Conviene recordar que la primavera árabe
de 2011 discurrió a lo largo de varios países, y que si bien en Egipto
fue aplastada bajo el mando de Al Sisi, durante el breve período de
tiempo que Mursi estuvo en el poder, se acercó a los palestinos, lo que
inquietó a Israel. En Jordania por su parte, aunque la revolución no
llegó a triunfar, sí que hubo protestas. Y si estas volviesen a surgir,
tanto en Egipto como en Jordania, podrían poner en problemas a Israel,
que actualmente mantiene acuerdos de paz con ambos países. Por supuesto
Israel teme más a un gobierno árabe islamista democrático que a un
gobierno árabe laico autoritario, con el que sabe que siempre se puede
entender, y así jugar su consabida carta de presentación de "única democracia en Oriente Medio".
Ya han pasado dos semanas desde que el régimen de Al Asad cayó en Siria, refugiándose el presidente depuesto en Rusia, ante la negativa de los Emiratos Árabes Unidos de acogerle debido a la mala imagen que les podría causar entre la población árabe en general.
Las calles en Siria se han llenado de gente celebrando la victoria de la revolución, portando banderas, fotografiándose con los rebeldes...
Hay muchos, tanto en la prensa como en el espectro político, que se empeñan en señalar el carácter islamista y/o yihadista de HTS, el principal grupo rebelde que ha liderado la última ofensiva que ha acabado con el régimen. Y con este señalamiento, alertan de los temores de lo que puede suceder en Siria, en especial para minorías como los cristianos, los kurdos, los drusos, o lo que puede significar para las mujeres y la población en general el establecimiento de un gobierno islámico que ha tenido nexos con grupos terroristas como Al Qaeda.
Si bien estos temores están en cierta medida justificados, y conviene mantener la prudencia acerca de lo que puede suceder en el futuro cercano en relación al nuevo gobierno sirio y sus políticas, también es cierto que hay algunas cosas que deben ser matizadas o al menos puestas en contexto.
La primera, y probablemente la más importante, es analizar los hechos del presente. Y la verdad es que son positivos. Tras la caída del régimen, todos en Siria han salido a celebrarlo, incluidos los cristianos. Las zonas que supuestamente eran más favorables al régimen, como Latakia o ciertos barrios de Damasco, están llenas de gente celebrano el fin de la "dinastía" de los Asad. Los periodistas que van a Siria a cubrir lo que está sucediendo, coinciden unánimente en que hay alegría en las calles, en que la gente quiere hablar con ellos, en que no se encuentran con ningún problema por parte de las nuevas autoridades para informar y realizar su trabajo.
No solo eso. Los pasos que han ido dando las nuevas autoridades, por el momento, son dignos de aplauso. HTS ha publicado varias directrices ordenando a sus militantes respetar a las minorías religiosas, no inmiscuirse en la vestimenta de las mujeres, o no caer en represalias contra quienes apoyaban al régimen. Así por ejemplo decretaron una amnistía general, salvo para altos cargos del gobierno, del ejército o del sistema de prisiones.
(Al Jolani, líder de HTS, pronuncia un discurso en la mezquita de los Omeyas en Damasco, tras la toma de la capital por parte de los rebeldes).
Los periodistas que cubren la situación coinciden en que todo está siendo muy pacífico. Nada que ver por ejemplo con Irak cuando cayó el régimen de Sadam Hussein, y los chiíes se vengaron de los suníes que habían apoyado mayoritariamente a Sadam, realizándose múltiples ejecuciones y arrestros en las primeras semanas, ante la pasividad estadounidense que estaba sobre el terreno.
Aquí en cambio, parece que el sentimiento contra el régimen de Al Asad estaba bien arraigado en la población, por mucho que algunos nos intentasen convencer de lo contrario. Detengámonos en esto un momento. Una persona cristiana, que supuestamente según nos decían estaba "protegida" por el régimen de Al Asad contra los fundamentalistas islámicos, resulta que celebra la caída del régimen precisamente a manos de dichos radicales. Algo falla en el argumento, ¿no? Alguien podría alegar que es una celebración fingida, para autoprotegerse. Pero tan en masa como se está dando, me resulta difícil de creer.
Se ha llegado a decir que HTS ofreció al arzobispo de Alepo el cargo de alcalde de la ciudad, pero que éste lo rechazó al considerarlo incompatible con sus labores religiosas.
Hasta ese punto parece ser que está el pueblo sirio unido. Seguramente a la comunidad cristiana les preocupe que pueda haber un gobierno islamista en el país. Pero sinceramente, más les preocupaba que continuase el régimen.
Porque, y esto es importante, conviene recordar lo que era el régimen de Al Asad. No era una simple dictadura al uso. Era un régimen de terror. Hay dos palabras claves en árabe para explicarlo: Mujabarat, y Shabiha. Los primeros, los mujabarat, son los servicios de inteligencia. Y no eran comparables a los que pueda tener cualquier país, no. En el caso sirio se encargaban de vigilar a su propia población, de detener a cualquier persona sospechosa de disidencia, y en su caso torturarla o ejecutarla. Esto hacía que la población siria viviese con un miedo constante de expresarse, ante el temor de que el que pudiese estar escuchando fuse un mujabarat.
La segunda, shabiha, se refiere a los matones del régimen. Sí, matones. Gente de los bajos fondos, de la delincuencia, con la que el régimen se aliaba para aterrorizar a la población. Les permitía sus actividades delictivas (entre ellas el tráfico de drogas) a cambio de su lealtad, y de utilizarles a su conveniencia. Cuando la revuelta estalló en 2011, el régimen les envió sin miramientos a los barrios que se habían alzado, para que saqueasen, diesen palizas, violasen, ejecutasen, a todo aquel que se encontrasen por el camino.
Otra palabra en árabe: Sednaya. Se refiere a la prisión de Sednaya, que algunos, salvando las distancias, le han denominado como el Auschwitz sirio. Se trataba de la mayor prisión de Siria, donde el régimen se dedicó a recluir y torturar a cualquiera que alzase la voz. Cuando las fuerzas rebeldes entraron en la prisión a liberar a los detenidos, encontraron gente con evidentes problemas mentales al haber pasado tanto tiempo recluida. Presos que creían que les estaban liberando los iraquíes de Sadam Hussein (es decir, llevaban tanto tiempo en prisión y tan aislados de lo que sucedía en el mundo que ni siquiera sabían que Hussein había sido derrocado en Irak). Entre algunos prisioneros liberados, un antiguo soldado que se negó a disparar a civiles en Hama, en los años 80. Niños. Sí, niños en la prisión. Y no porque el régimen encarcelara a niños. No. Eran niños que habían nacido en prisión, fruto de las violaciones que los funcionarios de prisiones ejercieron sobre las mujeres presas. Instrumentos de tortura. Hay algunos tan horrendos como una prensa de papel que utilizaban para deshacerse de los cuerpos aplastando los huesos y órganos. Y cadáveres. La mayoría ejecutados poco antes de que las fuerzas rebeldes llegaran a
Damasco. Algunos presos tuvieron más suerte y narraron que su ejecución
estaba prevista para el día siguiente a su liberación.
Se han encontrado también múltiples fosas comunes con restos humanos a lo largo de todo el país. Hay que tener en cuenta que los liberados de prisión han sido relativamente pocos, y que sigue habiendo miles de desaparecidos. Se habla de que en estas fosas podría haber restos humanos pertenecientes a decenas de miles de personas, que se dice pronto. Algunos elevan la cifra hasta llegar a las 100.000 personas. Escalofriante.
Pero todo esto no es nuevo. Todo esto ya se sabía. Lo habían estado narrando los sirios, al menos desde 2011, tanto dentro como fuera del país. Lo que pasa es que muchos no escucharon, o no quisieron escuchar. Los horrores de las cárceles estaban documentados, por ejemplo, a través del archivo César, con fotografías de todo lo que sucedía allí que se consiguieron sacar al exterior.
Lo inconcebible ha sucedido. Después de años de guerra civil, y de que el régimen machacase a la oposición con ayuda de sus aliados, las tornas han cambiado, y la oposición se prepara para el asalto final estrechando el cerco sobre Homs y Damasco.
Pero antes de narrar y analizar lo sucedido en estas últimas semanas, considero conveniente hacer un pequeño repaso del contexto y de cómo se ha llegado a esta situación.
Numerosos han sido los artículos que escribí en este blog respecto a Siria, siendo el primero allá por octubre de 2011, cuando la revuelta no había hecho más que comenzar en el marco de las primaveras árabes. En marzo de 2012 me lancé a recoger firmas con un manifiesto en el que se condenaba la represión en Siria del régimen de Al Assad. Poco después daba cuenta de algunas de las firmas más notorias. Luego escribí sobre la izquierda y su ceguera a la hora de condenar ciertas dictaduras y represiones, así como sobre el principio de no injerencia, o previamente sobre el pacifismo. Tras otro artículo incidiendo en por qué había que condenar a Al Assad, escribí sobre los crímenes cometidos por los rebeldes, y finalmente escribí sobre quienes se oponían a una intervención en Siria en 2013 debido al uso de armas químicas por parte del régimen contra la oposición.
Aunque después dejé de escribir directamente sobre Siria, sí que continué mencionando lo que sucedía en otros artículos más heterogéneos, como un artículo sobre la política de Putin, otro en el que entre otros temas hablaba sobre las torturas en las cárceles sirias, u otros dos sobre el Estado Islámico.
Es decir, que continué atento a la actualidad en Siria, a pesar de que escribiese menos sobre ello en el blog.
A modo de resumen, para quien la realidad siria le quede demasiado lejana, conviene recordar que es una dictadura del partido Baaz desde que tomó el poder en 1963. 7 años después, Hafez Al Asad dio un golpe interno para situarse en la presidencia, hasta que murió en el año 2000, momento en el que le sucedió su hijo Bachar, pese a que Siria era una república y no una monarquía. De hecho tuvieron que cambiar la constitución para permitirlo, ya que solo se permitía presidir el país a personas mayores de 40 años, y Bachar tenía 34 en ese momento.
(Retratos de Hafez Al Asad, a la izquierda, y Bachar Al Asad, a la derecha)
Por supuesto había otros partidos políticos y elecciones, pero los partidos que podían molestar eran reprimidos, los opositores encarcelados, y las elecciones amañadas.
En el marco de la primavera árabe en 2011, tras los levantamientos en Túnez y Egipto, le llegó el turno a Libia y Siria. A diferencia de lo ocurrido en los dos primeros países, tanto en Libia como en Siria las manifestaciones pacíficas derivaron en una espiral violenta debido a la represión del régimen, que conllevó que la oposición se armase para defenderse y en última instancia derribar al régimen.
El último artículo exhaustivo que publiqué en el blog sobre Venezuela fue en 2017, centrándome en la crisis política entre el oficialismo y la oposición, después de que esta última ganase las elecciones parlamentarias de 2015 y el gobierno de Maduro reaccionase convocando una asamblea constituyente y suspendiese las funciones del parlamento controlado por la oposición. Anteriormente había escrito sobre los problemas económicos a los que se enfrentaba Venezuela y el clima de crispación entre ambos bandos políticos, así como otro artículo cuando murió Chávez en el que hacía una recopilación de todo lo que había sido su gobierno a lo largo de más de una década, y la ilusión que había generado.
Pues bien, la situación política en Venezuela no ha mejorado desde 2017, al contrario, sigue enquistada y cada vez va a peor. En las elecciones presidenciales de 2018 se impidió presentarse a los principales partidos de la oposición, con lo que estos decidieron llamar al boicot electoral, debido a lo cual Maduro fue reelegido con una participación electoral bastante baja, inferior al 50%.
Como consecuencia de esto, se generó una crisis política que llevó a que en 2019 Juan Guaidó, político opositor y presidente de la asamblea nacional, fuese reconocido por la oposición como presidente legítimo de Venezuela, al considerar la reelección de Maduro como ilegítima. Varios países reconocieron a Guaidó como presidente legítimo, pero al no tener el poder efectivo, de poco sirvió. Hubo un intento de golpe militar por parte de la oposición que fracasó, aunque logró liberar al opositor Leopoldo López del arresto domiciliario al que estaba sometido, para después refugiarse en la embajada española en Caracas y finalmente acabar en Madrid.
Tras el golpe fallido se sucedieron varias rondas de negociaciones infructuosas entre el gobierno y la oposición.
En medio de todo esto cabe destacar el éxodo venezolano. Y es que hubo millones de venezolanos que dejaron el país durante esos años debido a la crisis económica y de devaluación de la moneda.
En 2020 se celebraron elecciones parlamentarias, una vez quedó congelado el proyecto de asamblea constituyente impulsado por el gobierno como forma de contrarrestar al triunfo de la oposición en las anteriores elecciones parlamentarias de 2015. En esta ocasión, la oposición volvió a encontrarse con numerosas trabas para presentarse, con lo que volvieron a llamar al boicot electoral. La participación fue muy baja, superando apenas el 30%. A consecuencia de la falta de alternativa política, el oficialismo logró la inmensa mayoría de los escaños.
Por discrepancias internas dentro de la oposición, el mandato de Guaidó terminó en 2022. Las negociaciones con el gobierno para llegar a unas elecciones presidenciales en 2024 en las que pudiera competir la oposición en igualdad de condiciones continuaron. De hecho, en 2023 la oposición celebró unas primarias con alta participación que eligieron como candidata con una abrumadora mayoría a María Corina Machado, opositora reconocida por entre otras cosas haber organizado el referéndum revocatorio contra Chávez en 2004. Antes, se habían retirado de las primarias otros posibles candidatos como Henrique Capriles - quien ya había sido candidato de la oposición contra Chávez en 2012 y contra Maduro en 2013 - debido a su inhabilitación política, o el propio Guaidó, quien tenía difícil liderar a la oposición desde el exilio.
Sin embargo, sobre Corina Machado se impuso también una inhabilitación política al igual que con Capriles, con el objetivo de dificultar a la oposición tener un líder de peso durante la jornada electoral. La oposición reaccionó con rapidez nombrando a la veterana académica Corina Yoris como reemplazo para Machado. Pese a que no existía ninguna clase de inhabilitación contra Yoris, el Consejo Nacional Electoral bloqueó su candidatura, a lo que la oposición reaccionó nombrando como candidato al ex diplomático Edmundo González.
(De izquierda a derecha, Corina Yoris, Corina Machado, y Edmundo González)
Finalmente se celebraron elecciones. Y pese a que todas las encuestas daban como vencedor a la oposición, el Consejo Nacional Electoral proclamó ganador a Maduro. Eso sí, sin publicar las actas electorales, que en su mayoría se encuentran en poder de la oposición, y que atestiguan sin el menor tipo de duda el triunfo de esta frente a Maduro. Aquí conviene aclarar que en Venezuela, al estar el voto automatizado, una vez contabilizados los votos se imprimen las actas, que se las pueden quedar quienes están en la mesa electoral, y electrónicamente se envían al Consejo Nacional Electoral (CNE).
Es decir, la oposición cuenta con la mayor parte de las actas impresas, que certifican su victoria, y que publicaron en internet, mientras que el CNE ha publicado los resultados que dan como vencedor a Maduro sin respaldarlo publicando las actas electrónicas con las que cuenta, pues obviamente si lo hiciera quedaría claro que mintieron al anunciar el resultado. Ahora, el tribunal supremo, compuesto por jueces leales al oficialismo, ha ratificado a Maduro como vencedor.
El año pasado escribí un artículo en el blog en el que analizaba el posible pacto de Sánchez con Junts para que el primero continuase al frente del gobierno en España a cambio de conceder la amnistía a los segundos y que por tanto los "exiliados" que rehuían de la justicia ante una posible condena por su implicación en el procés y que no habían sido indultados debido precisamente a que habían huido de la justicia y por lo tanto no habían sido juzgados, pudiesen volver sin miedo a acabar entre rejas.
Pues bien, la amnistía se acordó en un primer momento para permitir la investidura de Sánchez, y hace unos meses fue definitivamente aprobada después de muchos tiras y aflojas, que entre otras cosas llevaron a ERC, que en aquel momento gobernaba Cataluña, a adelantar las elecciones, en un intento de contrarrestar una posible candidatura de Junts liderada por un retornado Puigdemont una vez estuviese la ley de amnistía en vigor, ya que consideraban que les podía perjudicar electoralmente.
Este adelanto electoral llevó a Sánchez a tomar la decisión de prorrogar los presupuestos estatales de 2023, ante la evidencia de la imposibilidad de negociarlos con unas elecciones de por medio que subirían el listón de demandas a conceder por parte de Sánchez a Cataluña para un posible acuerdo presupuestario.
Una vez se celebraron las elecciones, los números le daban a Illa, el candidato socialista, para gobernar con el PP y Vox, alcanzando milimétricamente la mayoría absoluta con 68 escaños. Pero claro, que el PSOE pacte un gobierno con Vox, o que se sostenga en este partido para gobernar, destruiría todo el discurso de Sánchez de miedo a la derecha, con lo que optó por buscar una mayoría con ERC y los Comunes, que también sumaba 68 escaños.
El resultado fue que ERC, presionados por el buen resultado de Junts, exigió el concierto económico para Cataluña a cambio de apoyar a Illa, y por tanto sacar rédito frente a Junts, haciendo ver que consiguieron cosas importantes mediante la negociación. Para sorpresa de nadie, el PSOE ha cedido, y ERC accedió a investir a Illa después de que sus bases respaldasen el acuerdo con una mayoría ajustada.
Probablemente con un acuerdo de menor envergadura, las bases hubiesen rechazado investir a Illa, dadas las tensiones actuales existentes en el seno de ERC tras los malos resultados electorales, entre un bando liderado por Junqueras y otro liderado por Marta Rivera, quien volvió de su exilio en Suiza gracias a la ley de amistía. Según se alega, además de motivos personales, habría motivos políticos, al haber intentado Junqueras expandir la base de ERC mirando más hacia el PSOE, mientras que Rivera querría volver más hacia una unión de acción de las fuerzas independentistas.
Claro que desde el PSOE no lo llaman concierto, sino acuerdo de financiación singular. Pero como dice el refrán, aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
No hay más que ir al detalle del acuerdo para comprobarlo. Cataluña se quedará con el 100% de los impuestos que recaude, y entregará una parte al Estado por las inversiones que este haga en Cataluña, más otra de solidaridad para el resto de España. Cuesta encontrar las diferencias con el concierto económico vasco y navarro.
Numerosos han sido los artículos que he escrito en este blog respecto a Ucrania y Rusia desde 2014 con la revuelta del Maidán que echó del poder en Ucrania al presidente proruso Yanukóvich y la posterior ocupación rusa de los territorios ucranianos de Crimea y el Donbás, pasando por un artículo posterior con un tono bastante irónico acerca del autoritarismo de Putin y los estragos que estaba realizando dentro de Rusia y en la política internacional, hasta llegar a 2022, primero con la acumulación de tropas rusas en la frontera ucraniana y la política de la OTAN, y después con el ataque inicial ruso y la hipocresía de buena parte de la izquierda española al respecto al ponerse de algún modo del lado de Rusia.
A esos artículos les siguieron otros analizando las sanciones puestas en marcha por Occidente, así como el chantaje energético que realiza Rusia a Europa y el auge del precio de la energía y los alimentos como consecuencia de la guerra; el repliegue de posiciones ruso en el frente con Ucrania y los problemas de agilidad en la toma de decisiones en política exterior que genera la obligación de consenso entre los Estados miembros de la UE; la contraofensiva ucraniana en Jerson y Járkov; la movilización parcial en Rusia para aumentar sus efectivos militares para la guerra y la posibilidad de que utilizase bombas nucleares en el frente; hasta llegar finalmente al estancamiento de la contienda en otoño de 2023 debido al atrincheramiento de las fuerzas rusas para frenar cualquier intento de contraofensiva ucraniana y a la falta de aviación en el ejército ucraniano, así como de la rebelión fallida del grupo paramilitar Wagner contra el status quo en Rusia o del apoyo sustancial del líder checheno Kadirov a Putin.
Sin olvidar otro artículo más amplio y reciente sobre la nueva guerra fría en el que entre otras cosas mencionaba el sorteo que se hace de las sanciones para seguir comerciando con Rusia.
Pues bien, prácticamente un año ha pasado desde el último artículo en el que analizaba la situación en el frente, y si bien sigue habiendo cierto estancamiento, también hay novedades.
La más importante sin duda es la nueva ofensiva que ha lanzado Ucrania en territorio ruso. Concretamente en Kursk. Esto es toda una novedad ya que hasta ahora se había estado combatiendo única y exclusivamente en Ucrania, y si bien se habían producido algunas pequeñas incursiones y ataques en Rusia, estos habían sido bastante anecdóticos.
Así por ejemplo, algunas legiones de voluntarios rusos que combaten del lado ucraniano, habían lanzado incursiones en más de una ocasión en el territorio ruso de Belgorod, que fueron sofocadas en poco tiempo, y Ucrania ha lanzado con cierta periodicidad drones y misiles contra territorio ruso, llegando incluso hasta Moscú, aunque no dejaban de ser meros ataques simbólicos o ataques para dañar nudos logísticos ferroviarios o de suministros rusos, como infraestructuras energéticas.
Pero ahora ha dado un paso más, y en vez de enviar o dar el visto bueno a que vayan voluntarios rusos a combatir dentro de Rusia, Ucrania ha enviado a su propio ejército, y no en una mera incursión, sino a apoderarse de territorio ruso, y ya puestos, a hacer cientos de prisioneros entre los soldados rusos que se rinden a su paso.
Esto conviene analizarlo en profundidad. ¿Por qué Ucrania realizaría un movimiento así? ¿Qué gana con todo esto?
Numerosas han sido las entradas que he hecho en este blog acerca del conflicto entre Israel y Palestina en el último año.
La primera fue tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, analizando la barbarie cometida y anticipando lo que podía ser la respuesta israelí. La segunda, cuando esta se produjo, centrándome en el daño a los civiles palestinos, en la inmoralidad de la reacción israelí y en la posible solución de dos Estados.
La tercera, acerca del posible ataque a Rafah, con la involucración de la Corte Penal Internacional en el conflicto de la mano de Sudáfrica, instando a Israel para que limite el daño a los civiles, y en la búsqueda de soluciones de la comunidad internacional para resolver el conflicto presionando para ello a Israel, así como en las negociaciones para un alto el fuego.
Y finalmente la cuarta, abordando la ideología sionista y la radicalización de la sociedad israelí, que explican por qué el gobierno israelí sigue empeñado en la ofensiva en Gaza rechazando los acuerdos de tregua y las presiones internacionales, así como la campaña de boicot y sanciones a Israel como forma de presión, y el supuesto apoyo del público de Eurovisión a Israel.
De esta forma llegamos al momento actual, y desde la cuarta entrada, han sucedido bastantes cosas. Las negociaciones para un alto el fuego continúan, y según EEUU están más cerca que nunca de alcanzarse. Sin embargo, hay quien señala que podría ser una estratagema de presión a Hamás, quien no parece convencida de los términos del acuerdo, para que ceda ante una trampa israelí, y también a Irán, para que postergue un posible ataque a Israel.
En su día analicé el fracaso de España en el Mundial 2022, y las dudas previas a la Eurocopa 2020 (celebrada en 2021 por la pandemia), centrándome sobre todo en el estilo de juego de posesión, toque y poca verticalidad, así como en las alineaciones y convocatorias de los seleccionadores.
Pues bien, no creo que Luis De la Fuente me haya escuchado, pero sin duda España ha ganado en verticalidad y juego de ataque, y eso ha sido clave para alzarse con la victoria.
Sin duda, la incorporación de nuevos jugadores como Nico Williams y Lamine Yamal, extremos jóvenes por ambas bandas con capacidad de desborde, ha ayudado muchísimo, ya que ha dado frescura al ataque, con jugadores que encaran al rival, regatean, crean ocasiones de peligro, y disparan a puerta. Algo de lo que España estaba muy necesitada.
Pero además de eso, para mí ha sido igual de importante el centro del campo, donde Dani Olmo y Fabián se han consolidado como acompañantes de Rodri. Y esto se debe a su gran calidad, sí, pero también a la fortuna, dadas la lesión previa de Gavi y la posterior lesión de Pedri durante la Eurocopa. Si estos dos no se hubiesen lesionado, posiblemente habrían sido titulares, dejando pocos minutos a Olmo y Fabián en las segundas partes, y probablemente el resultado habría sido diferente.
(Dani Olmo y Fabián celebran un gol allá por 2019, cuando conquistaron el campeonato europeo sub 21 con España)
En mi opinión, el juego de Fabián y Dani Olmo es claramente superior al de Pedri y Gavi. No es que estos dos últimos sean malos, pero para mí, comparados con el nivel de Fabián y Olmo, están un peldaño por debajo.
Comenzando por España, y tomando como referencia las elecciones generales de 2023, el PP ha subido ligeramente y el PSOE ha bajado ligeramente. Si tomásemos como referencia las elecciones europeas de 2019 el cambio sería mayor, pero sería un poco como hacerse trampas al solitario, ya que en 5 años suceden muchas cosas, entre otras que Ciudadanos ha desaparecido del mapa y sus escaños los ha absorbido el PP.
También hay que tener en cuenta la participación, ya que en 2019 fue inusualmente alta (60%) al coincidir con unas elecciones municipales, mientras que esta vez se ha quedado ligeramente por debajo del 50%, en la media de la UE.
Resulta sorprendente que el PSOE se mantenga por encima del 30% de los votos pese a la aprobación de la ley de amnistía, que por cierto, apenas han tardado 48 horas después de la jornada electoral para hacerla efectiva a través de su publicación en el BOE. Se ve que desde que el 30 de mayo la aprobó definitivamente el Congreso de los Diputados, no habían tenido tiempo para ello. O más bien ganas.
Está claro que su discurso de la máquina del fango, el numerito de parar 5 días por la presión de "la derecha y la extrema derecha", y las alusiones al "lawfare", han conseguido movilizar a su electorado para al menos mantener la tensión y evitar el desplome, en unos momentos críticos por la aprobación de la ley de amnistía y la investigación a la mujer y al hermano de Pedro Sánchez por posible tráfico de influencias.
Él asegura que es todo mentira y un montaje de la derecha para presionarle y quebrarle. Si es así, lo tendrán que dictaminar los jueces. Pero es curioso cómo recurre a esa estrategia cuando algo le afecta a él o a alguien de su ideología, pero no lo consideran así cuando es a alguien de la ideología contraria.
Está claro que los partidos políticos y asociaciones afines han recurrido a la justicia para intentar conseguir ventaja política. Por ejemplo con el caso Cifuentes, que se negaba a dimitir pese al escándalo del máster, está claro que alguien filtró el vídeo en el que aparecía hurtando productos en una sección de perfumería para perjudicarla.
También es evidente que la filtración sobre la investigación de Hacienda a la pareja de Ayuso se hizo en el momento preciso para perjudicarla y contrarrestar la investigación a la mujer de Sánchez.
Es bastante obvio que los partidos políticos guardan dossiers de sus rivales para utilizarlos cuando estimen oportuno. Ya lo advirtió en su día Jordi Pujol cuando empezaron a investigar a Convergencia, al advertir que caerían todas las ramas.
En cualquier caso, está bastante claro que a la izquierda le gusta hablar de montajes cuando afecta a los suyos, ya se llamen Lula, Rafael Correa, Begoña Gómez, o Pablo Iglesias, y a la derecha lo mismo cuando les afecta a ellos, ya se llamen Trump, Boris Johnson, Rita Barberá, Camps o Esperanza Aguirre.
En mi opinión hay que dejar trabajar a la justicia, quien sabrá discernir lo que es delito de lo que no. Los políticos se atacarán unos a otros, y deberían ser lo bastante inteligentes para saber hasta dónde pueden llegar.
Por cierto que apuntaban desde el PNV que no descartan que haya una repetición electoral en Cataluña (dado que Junts exige al PSOE que invista a Puigdemont como president, y ERC no quiere pactar con Illa al no ser que haya concierto económico para Cataluña) y que Sánchez lo haga coincidir con una repetición electoral nacional, para tratar de desligarse del cerco de Junts. Claro que para eso el espacio de Sumar tendría que recomponerse primero.
Decíamos que el PSOE mantiene un suelo de votos muy considerable. Sin embargo puede deberse en parte al hundimiento del espacio de Sumar y Podemos, que acudían divididos a las elecciones por primera vez. Si en las generales de 2023 obtuvieron el 12,3% de los votos, ahora, sumando el porcentaje de Sumar y de Podemos, ni siquiera llegan al 8%. Esto comparado con las europeas de 2019 no es tan grave, ya que se traduce en 5 escaños en vez de 6. Pero comparado con las generales de 2023, y teniendo en cuenta que en unas generales no hay circunscripción única sino provincial, los resultados son catastróficos, se mire como se mire.
Israel sigue ultimando el asalto final a Rafah pese a la oposición de EEUU, quien ha anunciado que podría dejar de suministrarle armamento ofensivo, y pese a que Hamás habría aceptado una propuesta de alto el fuego planteada por Qatar y Egipto.
La pregunta que nos tendríamos que hacer es ¿por qué? ¿Por qué Israel sigue empeñado en atacar Rafah pese a que Hamás ha aceptado una propuesta de tregua y pese a que no cuenta con el apoyo de su mayor aliado, EEUU?
La respuesta es a la vez sencilla y compleja. Empezando por la parte sencilla, el gobierno israelí no tiene como prioridad liberar a los rehenes secuestrados por Hamás, ni tampoco llegar a una paz duradera con los grupos palestinos, ya se denominen Hamás, Yihad Islámica, Al Fatah, o el Frente Popular por la liberación de Palestina.
¿Entonces qué es lo que busca el gobierno israelí? Según alegan, acabar con Hamás por la fuerza bruta, para que un ataque como el del 7 de octubre no se vuelva a repetir. Y si para ello tienen que asaltar Rafah, pese al inmenso peligro que corren los civiles atrapados allí y las escasas posibilidades que tienen de ponerse a salvo y de recibir ayuda humanitaria, no le temblará el pulso en hacerlo, aunque eso signifique también que EEUU pueda empezar a bloquear la ayuda que proporciona a Israel.
Podría parecer comprensible que quieran acabar con Hamás, dada la brutalidad del ataque del 7 de octubre, para asegurarse, como afirman, de que algo así no se vuelva a repetir. Pero es que atacar Rafah no garantiza que vayan a acabar con Hamás. E incluso aunque lo "consiguiesen", entendiendo por ello acabar con los máximos líderes de Hamás, como Yahya Sinwar, líder de Hamás dentro de la franja de Gaza y al que se considera como ideólogo y líder en la sombra de los ataques del 7 de octubre, eso no garantiza que en un futuro Hamás u otro grupo de ideología similar surgiese entre la población palestina y llevase a cabo un ataque similar o peor que el del 7 de octubre.
Lo único que garantizaría la paz de Israel con los palestinos sería que Israel reconociese al Estado palestino, acordasen una delimitación de las fronteras, y cesase la ocupación en Cisjordania. Con algo así, la mayoría de los palestinos estarían dispuestos a convivir, y aquellos que siguiesen abogando por la destrucción de Israel, cada vez serían menos y más aislados. Incluso Hamás ha dicho que de darse el caso dejarían las armas para convertirse en un partido político.
Pero el problema es que el gobierno israelí no quiere reconocer al Estado de Palestina, ni cesar la ocupación en Cisjordania. ¿Por qué? Pues básicamente porque es un gobierno extremista. Y aquí es donde la explicación de por qué insiste en atacar Rafah pasa a ser de simple a compleja. Para entender al gobierno israelí hay que entender su historia y los grupos políticos e ideológicos que lo sustentan. Y eso pasa por entender qué es el sionismo.
Nos creíamos que con el derrumbe de la Unión Soviética y del bloque comunista en Europa del Este el mundo ya era unipolar y se agrupaba bajo la democracia y la economía del mercado, pero nada más lejos de la realidad.
Si bien ciertos países de Europa del Este se han incorporado exitosamente a la Unión Europea o van camino de ello, aún persisten en algunos de ellos tendencias prorrusas, como se puede comprobar con los actuales gobiernos de Hungría, Serbia y Eslovaquia, o con ciertos partidos políticos en Croacia.
Tras el espejismo de Yeltsin, Putin ha devuelto a Rusia a la época de la URSS, en cuanto a enfrentamiento con Occidente se refiere, así como en cuanto a control interno de la población. Lo ha ido haciendo progresivamente, eliminando a los opositores molestos, y comprando voluntades de otros opositores que han reducido el nivel de sus críticas para secundar el discurso y hacer de Putin en los grandes temas. Así por ejemplo, el partido comunista, que era la principal oposición a Putin, ha ido cada vez más graduando su discurso, hasta el punto de que sus resultados en las elecciones presidenciales (nunca exentas de fraude) no llegan ni siquiera al 5%, cuando antaño rozaban el 20%.
De este modo, uno de los opositores más molestos en los últimos tiempos para Putin, Alexander Navalny, murió en prisión en circunstancias poco claras, donde cumplía condena en el Ártico en condiciones realmente duras por "extremismo", tras haber sido envenenado en 2020, hecho que casi le costó la vida. Pese a ello, y aunque estaba claro quien era el autor del envenenamiento tras otros precedentes como el del ex espía ruso Litvinenko, asesinado por envenenamiento en Reino Unido tras enfrentarse a Putin y revelar en un libro que el FSB (los servicios secretos rusos) estaban detrás de la ola de atentados en los años 90 que llevaron a Putin al poder con la promesa de "limpiar" Chechenia, Navalny decidió volver a Rusia para continuar su campaña contra la corrupción y ofrecer una alternativa política a Putin a los rusos. Nada más aterrizar fue encarcelado, y 4 años más tarde, ha muerto.
Boris Nemtsov, líder político que aspiraba a enfrentarse a Putin, y también muy popular entre los rusos, fue asesinado a tiros en 2015. Otras opositoras, como las feministas Pussy Riot, pasaron por la cárcel tras cantar sin autorización en una iglesia, y al final acabaron exiliándose, o como Kasparov, campeón mundial de ajedrez, que también trató de enfrentarse políticamente a Putin, y se topó, al igual que Navalny, con la muralla burocrática del régimen ruso, que impide con excusas, trabas y requisitos imposibles a nuevos partidos políticos que pueden resultar molestos para el régimen, presentarse electoralmente. Temiendo por su vida, decidió exiliarse en el extranjero. Como ha tenido que hacer la última prensa libre que quedaba en el país, el diario Novaya Gazeta, donde por cierto publicaba Anna Politkovskaya, periodista muy crítica con el régimen, quien fue asesinada en 2007 en circunstancias muy extrañas.
Desde que escribí mi última entrada sobre la ofensiva de Israel en Gaza, las cosas no han mejorado. Más bien al contrario. Israel ha continuado empujando a los ciudadanos de Gaza hacia el sur, y desde hace unas semanas está anunciando que va a atacar también Rafah, que es la última localidad de Gaza antes de llegar a Egipto.
¿A dónde van a ir el millón y medio de personas que se han refugiado en Gaza provenientes de otras ciudades de la Franja? A Egipto no parece probable, pues el gobierno egipcio bien que se está apresurando a levantar un muro de contención para asegurarse de que no entren.
Esto puede parecer inhumano, y seguramente lo sea, pero hay que entenderlo desde dos vertientes. La primera, que Egipto no quiere aceptar un millón de refugiados a los que tiene que alimentar y cuidar, por todos los problemas de gestión y económicos que conllevaría. Y la segunda, y si cabe más importante, es que si entran, no hay ninguna perspectiva de que vayan a salir. Es decir, Israel habría conseguido su objetivo de expulsar a palestinos de ese territorio y anexionárselo, con lo que los refugiados en Egipto lo serían de forma permanente, no temporal.
Israel en cambio sigue con la retórica de querer acabar con Hamás y para ello insiste en que debe atacar Rafah. Poco le ha importado la resolución de la Corte Internacional de Justicia después de que Sudáfrica presentase el caso por posible genocidio, en el que se le insiste a tomar todas las medidas necesarias para evitar daños a civiles. Si decide bombardear Rafah, estará claramente incumpliendo la resolución de la Corte.
Hace dos meses escribí una entrada en este blog en el que analizaba y condenaba el ataque de Hamás perpetrado el 7 de octubre contra Israel, y especulaba sobre sus posibles consecuencias, tanto de represalia israelí como de respuesta internacional.
Pues bien, como se preveía, la respuesta israelí ha sido brutal. No es solo que hayan bombardeado y entrado físicamente en Gaza con el objetivo de acabar con Hamás. Es que se sospecha que un posible objetivo oculto de Israel con esta incursión y campaña militar en Gaza sea expulsar a los palestinos que habitan allí de forma definitiva, anexionándose Israel el territorio.
Porque por mucho que se escuden en que están combatiendo a Hamás y en que estos utilizan a los civiles como escudos humanos, lo cierto es que buena parte de los ataques israelíes se han llevado por delante vidas de miles de civiles, la mayor parte de ellos niños, y es que además, algunos ataques han sido directamente contra infraestructura civil que no tenía nada que ver con Hamás, por mucho que Israel se empeñase en decir que sí.
(Gráfico con cifras de la campaña militar israelí durante estos dos meses. Como se puede ver la cifra de muertos supera ya los 20.000, de la cual la inmensa mayoría son civiles, entre ellos más de 8.000 niños y 4.000 mujeres. Y por cierto, estas cifras, que Israel decía que eran inventadas por Hamás, ahora han reconocido que son bastante ajustadas a la realidad).