sábado, 31 de agosto de 2024

La culminación del viraje de Venezuela hacia la dictadura

El último artículo exhaustivo que publiqué en el blog sobre Venezuela fue en 2017, centrándome en la crisis política entre el oficialismo y la oposición, después de que esta última ganase las elecciones parlamentarias de 2015 y el gobierno de Maduro reaccionase convocando una asamblea constituyente y suspendiese las funciones del parlamento controlado por la oposición. Anteriormente había escrito sobre los problemas económicos a los que se enfrentaba Venezuela y el clima de crispación entre ambos bandos políticos, así como otro artículo cuando murió Chávez en el que hacía una recopilación de todo lo que había sido su gobierno a lo largo de más de una década, y la ilusión que había generado.

Pues bien, la situación política en Venezuela no ha mejorado desde 2017, al contrario, sigue enquistada y cada vez va a peor. En las elecciones presidenciales de 2018 se impidió presentarse a los principales partidos de la oposición, con lo que estos decidieron llamar al boicot electoral, debido a lo cual Maduro fue reelegido con una participación electoral bastante baja, inferior al 50%. 

Como consecuencia de esto, se generó una crisis política que llevó a que en 2019 Juan Guaidó, político opositor y presidente de la asamblea nacional, fuese reconocido por la oposición como presidente legítimo de Venezuela, al considerar la reelección de Maduro como ilegítima. Varios países reconocieron a Guaidó como presidente legítimo, pero al no tener el poder efectivo, de poco sirvió. Hubo un intento de golpe militar por parte de la oposición que fracasó, aunque logró liberar al opositor Leopoldo López del arresto domiciliario al que estaba sometido, para después refugiarse en la embajada española en Caracas y finalmente acabar en Madrid.

Tras el golpe fallido se sucedieron varias rondas de negociaciones infructuosas entre el gobierno y la oposición.


En medio de todo esto cabe destacar el éxodo venezolano. Y es que hubo millones de venezolanos que dejaron el país durante esos años debido a la crisis económica y de devaluación de la moneda.

En 2020 se celebraron elecciones parlamentarias, una vez quedó congelado el proyecto de asamblea constituyente impulsado por el gobierno como forma de contrarrestar al triunfo de la oposición en las anteriores elecciones parlamentarias de 2015. En esta ocasión, la oposición volvió a encontrarse con numerosas trabas para presentarse, con lo que volvieron a llamar al boicot electoral. La participación fue muy baja, superando apenas el 30%. A consecuencia de la falta de alternativa política, el oficialismo logró la inmensa mayoría de los escaños.

Por discrepancias internas dentro de la oposición, el mandato de Guaidó terminó en 2022. Las negociaciones con el gobierno para llegar a unas elecciones presidenciales en 2024 en las que pudiera competir la oposición en igualdad de condiciones continuaron. De hecho, en 2023 la oposición celebró unas primarias con alta participación que eligieron como candidata con una abrumadora mayoría a María Corina Machado, opositora reconocida por entre otras cosas haber organizado el referéndum revocatorio contra Chávez en 2004. Antes, se habían retirado de las primarias otros posibles candidatos como Henrique Capriles - quien ya había sido candidato de la oposición contra Chávez en 2012 y contra Maduro en 2013 - debido a su inhabilitación política, o el propio Guaidó, quien tenía difícil liderar a la oposición desde el exilio.

Sin embargo, sobre Corina Machado se impuso también una inhabilitación política al igual que con Capriles, con el objetivo de dificultar a la oposición tener un líder de peso durante la jornada electoral. La oposición reaccionó con rapidez nombrando a la veterana académica Corina Yoris como reemplazo para Machado. Pese a que no existía ninguna clase de inhabilitación contra Yoris, el Consejo Nacional Electoral bloqueó su candidatura, a lo que la oposición reaccionó nombrando como candidato al ex diplomático Edmundo González.


(De izquierda a derecha, Corina Yoris, Corina Machado, y Edmundo González)

Finalmente se celebraron elecciones. Y pese a que todas las encuestas daban como vencedor a la oposición, el Consejo Nacional Electoral proclamó ganador a Maduro. Eso sí, sin publicar las actas electorales, que en su mayoría se encuentran en poder de la oposición, y que atestiguan sin el menor tipo de duda el triunfo de esta frente a Maduro. Aquí conviene aclarar que en Venezuela, al estar el voto automatizado, una vez contabilizados los votos se imprimen las actas, que se las pueden quedar quienes están en la mesa electoral, y electrónicamente se envían al Consejo Nacional Electoral (CNE). 

Es decir, la oposición cuenta con la mayor parte de las actas impresas, que certifican su victoria, y que publicaron en internet, mientras que el CNE ha publicado los resultados que dan como vencedor a Maduro sin respaldarlo publicando las actas electrónicas con las que cuenta, pues obviamente si lo hiciera quedaría claro que mintieron al anunciar el resultado. Ahora, el tribunal supremo, compuesto por jueces leales al oficialismo, ha ratificado a Maduro como vencedor. 

miércoles, 28 de agosto de 2024

El concierto económico para Cataluña y el sainete de Puigdemont

El año pasado escribí un artículo en el blog en el que analizaba el posible pacto de Sánchez con Junts para que el primero continuase al frente del gobierno en España a cambio de conceder la amnistía a los segundos y que por tanto los "exiliados" que rehuían de la justicia ante una posible condena por su implicación en el procés y que no habían sido indultados debido precisamente a que habían huido de la justicia y por lo tanto no habían sido juzgados, pudiesen volver sin miedo a acabar entre rejas.

Pues bien, la amnistía se acordó en un primer momento para permitir la investidura de Sánchez, y hace unos meses fue definitivamente aprobada después de muchos tiras y aflojas, que entre otras cosas llevaron a ERC, que en aquel momento gobernaba Cataluña, a adelantar las elecciones, en un intento de contrarrestar una posible candidatura de Junts liderada por un retornado Puigdemont una vez estuviese la ley de amnistía en vigor, ya que consideraban que les podía perjudicar electoralmente.

Este adelanto electoral llevó a Sánchez a tomar la decisión de prorrogar los presupuestos estatales de 2023, ante la evidencia de la imposibilidad de negociarlos con unas elecciones de por medio que subirían el listón de demandas a conceder por parte de Sánchez a Cataluña para un posible acuerdo presupuestario.

Una vez se celebraron las elecciones, los números le daban a Illa, el candidato socialista, para gobernar con el PP y Vox, alcanzando milimétricamente la mayoría absoluta con 68 escaños. Pero claro, que el PSOE pacte un gobierno con Vox, o que se sostenga en este partido para gobernar, destruiría todo el discurso de Sánchez de miedo a la derecha, con lo que optó por buscar una mayoría con ERC y los Comunes, que también sumaba 68 escaños.



El resultado fue que ERC, presionados por el buen resultado de Junts, exigió el concierto económico para Cataluña a cambio de apoyar a Illa, y por tanto sacar rédito frente a Junts, haciendo ver que consiguieron cosas importantes mediante la negociación. Para sorpresa de nadie, el PSOE ha cedido, y ERC accedió a investir a Illa después de que sus bases respaldasen el acuerdo con una mayoría ajustada.

Probablemente con un acuerdo de menor envergadura, las bases hubiesen rechazado investir a Illa, dadas las tensiones actuales existentes en el seno de ERC tras los malos resultados electorales, entre un bando liderado por Junqueras y otro liderado por Marta Rivera, quien volvió de su exilio en Suiza gracias a la ley de amistía. Según se alega, además de motivos personales, habría motivos políticos, al haber intentado Junqueras expandir la base de ERC mirando más hacia el PSOE, mientras que Rivera querría volver más hacia una unión de acción de las fuerzas independentistas.

Claro que desde el PSOE no lo llaman concierto, sino acuerdo de financiación singular. Pero como dice el refrán, aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

No hay más que ir al detalle del acuerdo para comprobarlo. Cataluña se quedará con el 100% de los impuestos que recaude, y entregará una parte al Estado por las inversiones que este haga en Cataluña, más otra de solidaridad para el resto de España. Cuesta encontrar las diferencias con el concierto económico vasco y navarro.

lunes, 26 de agosto de 2024

Ucrania ataca a Rusia en Kursk, y el caso de Pablo González y los espías rusos

Numerosos han sido los artículos que he escrito en este blog respecto a Ucrania y Rusia desde 2014 con la revuelta del Maidán que echó del poder en Ucrania al presidente proruso Yanukóvich y la posterior ocupación rusa de los territorios ucranianos de Crimea y el Donbás, pasando por un artículo posterior con un tono bastante irónico acerca del autoritarismo de Putin y los estragos que estaba realizando dentro de Rusia y en la política internacional, hasta llegar a 2022, primero con la acumulación  de tropas rusas en la frontera ucraniana y la política de la OTAN, y después con el ataque inicial ruso y la hipocresía de buena parte de la izquierda española al respecto al ponerse de algún modo del lado de Rusia.

A esos artículos les siguieron otros analizando las sanciones puestas en marcha por Occidente, así como el chantaje energético que realiza Rusia a Europa y el auge del precio de la energía y los alimentos como consecuencia de la guerra; el repliegue de posiciones ruso en el frente con Ucrania y los problemas de agilidad en la toma de decisiones en política exterior que genera la obligación de consenso entre los Estados miembros de la UE; la contraofensiva ucraniana en Jerson y Járkov; la movilización parcial en Rusia para aumentar sus efectivos militares para la guerra y la posibilidad de que utilizase bombas nucleares en el frente; hasta llegar finalmente al estancamiento de la contienda en otoño de 2023 debido al atrincheramiento de las fuerzas rusas para frenar cualquier intento de contraofensiva ucraniana y a la falta de aviación en el ejército ucraniano, así como de la rebelión fallida del grupo paramilitar Wagner contra el status quo en Rusia o del apoyo sustancial del líder checheno Kadirov a Putin.

Sin olvidar otro artículo más amplio y reciente sobre la nueva guerra fría en el que entre otras cosas mencionaba el sorteo que se hace de las sanciones para seguir comerciando con Rusia. 

Pues bien, prácticamente un año ha pasado desde el último artículo en el que analizaba la situación en el frente, y si bien sigue habiendo cierto estancamiento, también hay novedades.

La más importante sin duda es la nueva ofensiva que ha lanzado Ucrania en territorio ruso. Concretamente en Kursk. Esto es toda una novedad ya que hasta ahora se había estado combatiendo única y exclusivamente en Ucrania, y si bien se habían producido algunas pequeñas incursiones y ataques en Rusia, estos habían sido bastante anecdóticos.

Así por ejemplo, algunas legiones de voluntarios rusos que combaten del lado ucraniano, habían lanzado incursiones en más de una ocasión en el territorio ruso de Belgorod, que fueron sofocadas en poco tiempo, y Ucrania ha lanzado con cierta periodicidad drones y misiles contra territorio ruso, llegando incluso hasta Moscú, aunque no dejaban de ser meros ataques simbólicos o ataques para dañar nudos logísticos ferroviarios o de suministros rusos, como infraestructuras energéticas.



Pero ahora ha dado un paso más, y en vez de enviar o dar el visto bueno a que vayan voluntarios rusos a combatir dentro de Rusia, Ucrania ha enviado a su propio ejército, y no en una mera incursión, sino a apoderarse de territorio ruso, y ya puestos, a hacer cientos de prisioneros entre los soldados rusos que se rinden a su paso.

Esto conviene analizarlo en profundidad. ¿Por qué Ucrania realizaría un movimiento así? ¿Qué gana con todo esto?

jueves, 22 de agosto de 2024

Las consecuencias del asesinato de Haniyah en Irán por parte de Israel

 Numerosas han sido las entradas que he hecho en este blog acerca del conflicto entre Israel y Palestina en el último año. 

La primera fue tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, analizando la barbarie cometida y anticipando lo que podía ser la respuesta israelí. La segunda, cuando esta se produjo, centrándome en el daño a los civiles palestinos, en la inmoralidad de la reacción israelí y en la posible solución de dos Estados.

La tercera, acerca del posible ataque a Rafah, con la involucración de la Corte Penal Internacional en el conflicto de la mano de Sudáfrica, instando a Israel para que limite el daño a los civiles, y en la búsqueda de soluciones de la comunidad internacional para resolver el conflicto presionando para ello a Israel, así como en las negociaciones para un alto el fuego.

Y finalmente la cuarta, abordando la ideología sionista y la radicalización de la sociedad israelí, que explican por qué el gobierno israelí sigue empeñado en la ofensiva en Gaza rechazando los acuerdos de tregua y las presiones internacionales, así como la campaña de boicot y sanciones a Israel como forma de presión, y el supuesto apoyo del público de Eurovisión a Israel.

De esta forma llegamos al momento actual, y desde la cuarta entrada, han sucedido bastantes cosas. Las negociaciones para un alto el fuego continúan, y según EEUU están más cerca que nunca de alcanzarse. Sin embargo, hay quien señala que podría ser una estratagema de presión a Hamás, quien no parece convencida de los términos del acuerdo, para que ceda ante una trampa israelí, y también a Irán, para que postergue un posible ataque a Israel.

Y es que, entre otras cosas, Israel ha asesinado al líder político de Hamás cuando este se encontraba en Irán para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente iraní. Aunque Israel no ha reconocido oficialmente ser el responsable, es bastante evidente que la autoría del ataque es suya. Conviene recordar que Israel ya había causado la muerte previamente de varios de los hijos y nietos de Haniyah en un bombardeo en Gaza.


El asesinato de Haniyah es un hecho de la mayor relevancia que conviene analizar desde diferentes vertientes. 

miércoles, 21 de agosto de 2024

La victoria de España en la Eurocopa 2024

 En su día analicé el fracaso de España en el Mundial 2022, y las dudas previas a la Eurocopa 2020 (celebrada en 2021 por la pandemia), centrándome sobre todo en el estilo de juego de posesión, toque y poca verticalidad, así como en las alineaciones y convocatorias de los seleccionadores.

Pues bien, no creo que Luis De la Fuente me haya escuchado, pero sin duda España ha ganado en verticalidad y juego de ataque, y eso ha sido clave para alzarse con la victoria.

Sin duda, la incorporación de nuevos jugadores como Nico Williams y Lamine Yamal, extremos jóvenes por ambas bandas con capacidad de desborde, ha ayudado muchísimo, ya que ha dado frescura al ataque, con jugadores que encaran al rival, regatean, crean ocasiones de peligro, y disparan a puerta. Algo de lo que España estaba muy necesitada.

Pero además de eso, para mí ha sido igual de importante el centro del campo, donde Dani Olmo y Fabián se han consolidado como acompañantes de Rodri. Y esto se debe a su gran calidad, sí, pero también a la fortuna, dadas la lesión previa de Gavi y la posterior lesión de Pedri durante la Eurocopa. Si estos dos no se hubiesen lesionado, posiblemente habrían sido titulares, dejando pocos minutos a Olmo y Fabián en las segundas partes, y probablemente el resultado habría sido diferente.


(Dani Olmo y Fabián celebran un gol allá por 2019, cuando conquistaron el campeonato europeo sub 21 con España)

En mi opinión, el juego de Fabián y Dani Olmo es claramente superior al de Pedri y Gavi. No es que estos dos últimos sean malos, pero para mí, comparados con el nivel de Fabián y Olmo, están un peldaño por debajo.